Colombia: conflicto armado y crisis humanitaria - Informe de actividades 2003

 

 

El jefe de la delegación del CICR en Colombia, Sr. Juan Pedro Schaerer, presentó el Informe de Actividades Colombia 2003 en una entrevista televisiva emitida por el programa La Noche de la cadena colombiana RCN. Durante la emisión el delegado expresó: “en Colombia se ha intensificado el enfrentamiento entre las partes en conflicto en ciertas zonas del país generando grandes consecuencias humanitarias para la población civil”.

El Informe de actividades Colombia 2003 presenta tanto una visión global de las principales necesidades humanitarias detectadas por el CICR durante 2003 en el marco del conflicto armado como la respuesta emprendida por la Institución, a través de su delegación en el país, en favor de las víctimas.

El conflicto colombiano, dice el informe, es el de mayor duración en América Latina y uno de los de mayor duración en el mundo. Se caracteriza por una marcada polarización que ha agudizado el sufrimiento de la población civil debido a los métodos y los medios usados por los diferentes actores armados para conducir las hostilidades.

El documento señala además que las partes en conflicto no muestran suficiente respeto por las nociones básicas de distinción entre quienes participan y quienes no participan en las hostilidades, como lo demuestran las violaciones de los mínimos humanitarios que se cometen.

En la entrevista televisiva, el Sr. Schaerer dijo respecto de tales violaciones: “si bien el CICR no compila de manera sistemática información estadística sobre violaciones al derecho internacional humanitario (DIH), sí podemos hablar de tipologías”.

Los tipos de violaciones al DIH cometidos en Colombia que el CICR considera más alarmantes son:

•   bloqueo de poblaciones , que impide el libre tránsito de bienes esenciales y el acceso de los prestadores de salud;

•   desplazamiento ,   que registró durante 2003 cifras muy preocupantes en relación con el desplazamiento individual como reacción a las amenazas, agresiones o el asesinato de uno o varios miembros de la familia;

•   toma de rehenes por parte de los grupos armados organizados, con la consecuente angustia para los familiares, quienes enfrentan consecuencias psicológicas, legales y económicas;

•   ataques contra la misión médica , que se expresa en amenazas, homicidios o la judicialización del personal médico civil que trabaja en zonas de conflicto;

•   desapariciones , práctica utilizada por las partes como forma de intimidación de la población civil, que puede dejar a las familias de los desaparecidos en un limbo legal por años;

•   uso de minas antipersonal , que, a pesar de estar prohibido por el Tratado de Ottawa, afecta especialmente a los habitantes de zonas rurales;

•   reclutamiento de menores , práctica generalizada entre los grupos organizados. Afecta a niños y niñas que son reclutados por la fuerza o que aceptan la propuesta de ingresar a las filas de los grupos armados; y

•   problemas en los lugares de detención , como el hacinamiento, las malas condiciones de salud y el aplazamiento de investigaciones y juicios.

Basándose en las normas del derecho internacional humanitario (DIH) y en el Acuerdo de Sede suscrito con el Gobierno colombiano, el CICR, en colaboración con sus socios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, desarrolla programas de asistencia humanitaria de conformidad con sus principios de neutralidad, independencia e imparcialidad.

En Colombia, el CICR busca, a través de sus actividades, brindar asistencia humanitaria a las víctimas del conflicto armado, basado en el principio de que incluso la guerra tiene límites: límites en el modo de hacer la guerra y en el comportamiento de las partes en conflicto.

Para obtener información más detallada, puede descargar el Informe Anual CICR Colombia 2003 , disponible en formato PDF.