El informe

Armas explosivas: se debe proteger a los civiles en las zonas pobladas

El informe "Armas explosivas con amplia área de impacto: una opción mortífera en zonas pobladas" reclama un cambio de mentalidad y formula una serie de recomendaciones encaminadas a prevenir o mitigar los efectos de estas armas y mejorar la protección de la población civil.

A medida que el mundo se urbaniza, también lo hacen los conflictos. Se estima que hoy, unos 50 millones de personas sufren las horrendas consecuencias de la guerra urbana. Es probable que esta tendencia se mantenga, dado que la concentración de personas en pueblos y ciudades es cada vez mayor.

En muchos de estos conflictos, se utilizan armas diseñadas para lanzar grandes fuerzas explosivas desde la distancia y sobre superficies amplias. Muchas de estas armas, si no todas, no son adecuadas para su uso en entornos urbanos y otros centros de población.

Sus efectos son devastadores. Destruyen la vida, los medios de subsistencia, la infraestructura vital y el futuro de las personas.

Su uso debe evitarse a toda costa, afirma el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en un nuevo informe.

En el informe (en inglés) "Armas explosivas con amplia área de impacto: una opción mortífera en zonas pobladas", se analizan los principales problemas causados por el empleo de esas armas. Se basa en pruebas de primera mano obtenidas en conflictos armados recientes y en curso, como los de Afganistán, Filipinas, Gaza, Irak, Libia, Somalia, Sri Lanka, Ucrania y Yemen, entre otros.

El informe reclama un cambio de mentalidad y formula una serie de recomendaciones encaminadas a prevenir o mitigar los efectos de estas armas y mejorar la protección de la población civil.

(Video en inglés)

"El número de víctimas civiles causado por bombardeos es inaceptable. Es urgente que los Estados y todas las partes en los conflictos armados revisen y adapten sus políticas y prácticas militares y eviten el uso de armas explosivas con amplia área de impacto en zonas pobladas.

Esas armas no deberían ser utilizadas en zonas pobladas, a menos que se adopten medidas de mitigación suficientes para limitar su radio de impacto y el consiguiente riesgo de daños civiles"

— Peter Maurer, presidente del CICR

El derecho internacional humanitario no establece una prohibición general contra el uso de armas explosivas pesadas en zonas pobladas. No obstante, ese uso debe respetar todas las normas que rigen la conducción de las hostilidades, en particular las prohibiciones de lanzar ataques indiscriminados y desproporcionados, y la obligación de tomar todas las precauciones posibles en el ataque.

Las pruebas reunidas por el CICR muestran reiterados escenarios de intensos sufrimientos entre las personas civiles, especialmente las mujeres y los niños, cuando los objetivos militares situados en zonas pobladas son atacados con armas explosivas que carecen de precisión o que tienden a causar efectos en superficies amplias.

Esas armas incluyen la artillería (cañones y cohetes), la mayoría de los morteros, los sistemas de lanzacohetes múltiples, las bombas aéreas de usos múltiples, y los artefactos explosivos improvisados de gran tamaño.

Teniendo en cuenta la densidad de las poblaciones y de las estructuras civiles, es muy probable que el empleo de estas armas tenga efectos indiscriminados o que viole el principio de proporcionalidad.

(Video en inglés)

Pero, independientemente de su licitud, el informe demuestra que el uso de armas explosivas con amplia área de impacto en zonas pobladas causa:

  • Numerosas muertes y lesiones de personas civiles
  • Daños mentales y psicosociales
  • Daños importantes y destrucción de bienes civiles y de infraestructura crítica
  • Alteraciones en los servicios esenciales para la supervivencia de la población civil, como el agua, la electricidad, el saneamiento y la asistencia de salud
  • Contaminación por artefactos sin estallar
  • Degradación del medio ambiente natural
  • Desplazamiento de la población civil
  • Consecuencias de largo plazo para el desarrollo

A continuación, se presentan algunos ejemplos de la sombría realidad que afrontan los civiles en las zonas pobladas:

En Iraq, en 2016, el CICR documentó 42 incidentes en los que se utilizaron armas explosivas pesadas en Faluya, 37 de los cuales se describieron como fuego indirecto causado principalmente por morteros y cohetes. Esos 42 incidentes dejaron un saldo de al menos 115 civiles muertos y 150 heridos.

En Siria, en 2019, se estimó que 15,5 millones de personas necesitaban servicios de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene, en parte debido a los graves daños causados a la infraestructura durante el conflicto armado, particularmente por el uso de armas explosivas pesadas.

En Yemen, en 2015, los bombardeos aéreos causaron la destrucción del hospital Hayden en Sadá, dejando a 200 000 personas sin acceso a la asistencia médica vital.

En Libia, entre abril y julio de 2019, el CICR registró el desplazamiento de más de 120 000 personas civiles, causado principalmente por el uso continuo de armas explosivas pesadas en zonas residenciales de la ciudad de Trípoli.

Durante la operación militar desplegada en Gaza en 2019, se informó que la tercera parte de todas las víctimas civiles fueron niños; el 82 % de los 353 niños fallecidos murieron a causa de las armas explosivas pesadas.

En Afganistán, en 2020, se registraron más de 2 000 víctimas civiles causadas por el fuego indirecto de morteros, artillería y cohetes.

"El enorme sufrimiento de las personas civiles y la vasta destrucción causados por los conflictos armados de hoy requieren con urgencia que los Estados y todas las partes en conflictos armados reevalúen y adapten la elección de sus armas al conducir hostilidades en zonas pobladas."

— Cordula Droege, asesora jurídica principal del CICR

El informe contiene varias recomendaciones básicas sobre medidas preventivas y de mitigación, destinadas a las autoridades políticas y a las fuerzas armadas. Entre ellas, figuran las siguientes:

  • Debe evitarse el uso de armas explosivas pesadas en zonas pobladas. Esto significa que esas armas no deberían utilizarse a menos que se adopten medidas de mitigación suficientes para limitar su radio de impacto y el consiguiente riesgo de daños civiles.
  • La protección de las personas civiles debe definirse en forma explícita como un objetivo estratégico al máximo nivel de autoridad, con anterioridad al despliegue de operaciones militares, y debe integrarse en todas las órdenes militares.
  • Las fuerzas armadas deben ser equipadas con armas y medios y métodos de guerra que sean apropiados para su uso en áreas urbanas y otras zonas pobladas, y deben recibir formación acerca de su empleo adecuado.
  • La infraestructura civil debe ser identificada y localizada, y esta información se debe comunicar a los comandantes de las líneas de frente.

"Este informe demuestra que el compromiso político de tomar medidas y cambiar el inaceptable status quo es sumamente necesario y también posible. El empleo de armas explosivas pesadas en zonas pobladas debe evitarse, y la política que establezca esa obligación debe incorporarse en la doctrina, la instrucción y el entrenamiento militares. Asimismo, debe verse reflejada en el equipamiento militar y en los procesos de adopción de decisiones militares", añadió Cordula Droege.

VÍDEO (en inglés): EL IMPACTO DE LA GUERRA EN LAS CIUDADES