Colombia: vivir a la sombra de los conflictos armados

Vivir a la sombra de los conflictos armados es parte de la vida diaria de miles de colombianos que siguen afectados por una realidad sobre la que no tienen control.
Artículo 23 marzo 2022 Colombia

Mientras Colombia continuaba concentrada en contrarrestar los efectos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia por COVID-19, las consecuencias humanitarias en el país empeoraron.

Según las cifras, en 2021 la mayoría de los efectos derivados de los conflictos armados y la violencia alcanzaron el nivel más alto de los últimos cinco años.

De acuerdo con el análisis realizado por el CICR, en Colombia hay seis conflictos armados y otros tipos de violencia que afectan drásticamente la vida de las personas. La reconfiguración de los actores armados no estatales y el incremento de las confrontaciones armadas, del control social y de la disputa territorial aumentaron la presión sobre la población civil y plantearon nuevos desafíos para la asistencia humanitaria.

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Escuchar las voces de las víctimas

Lorenzo Caraffi

  Lorenzo Caraffi
  Jefe de la Delegación del CICR en Colombia

Los últimos años han presentado desafíos de innegable complejidad en el mundo. La pandemia del COVID-19 nos ha afectado a todos, pero no a todos por igual. Colombia ha tenido que enfrentar los efectos del virus en medio de los conflictos armados y la violencia crecientes.

El país ha logrado grandes avances, particularmente en el plan de vacunación contra el COVID-19. Sin embargo, los retos siguen presentes, no solo frente a la cobertura total de la vacunación, sino frente a las consecuencias derivadas de las acciones armadas en diversas zonas del país.

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Los artefactos explosivos, un peligro latente

En 2021, registramos 486 víctimas de artefactos explosivos, el número más alto de los últimos cinco años. Esta cifra evidencia el recrudecimiento del fenómeno y los efectos directos que tiene sobre la población civil, ya que la mayoría de las víctimas son civiles.

La presencia de artefactos explosivos en distintos territorios del país genera múltiples consecuencias humanitarias. La más visible de ellas es el número de víctimas directas, que refleja el profundo sufrimiento que provoca esta problemática.

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Las personas desaparecidas: un drama humanitario que no debe ser olvidado

En Colombia, la tragedia de las desapariciones no ha cesado. Por un lado, miles de familias continúan experimentando incertidumbre y angustia al no saber la suerte y el paradero de sus seres queridos, aún a pesar de que, en muchos casos, los hechos ocurrieron hace varios años, incluso décadas.

Por otro lado, en distintas zonas del país se siguen registrando desapariciones y las medidas que se han implementado para prevenir este fenómeno resultan insuficientes. Prueba de ello es que en 2021 documentamos cada dos días, en promedio, un nuevo caso de desaparición relacionado con los conflictos armados y la violencia.

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Misión Médica y la asistencia de salud en peligro

Prestar servicios de salud en Colombia es cada vez más peligroso, especialmente en las zonas más afectadas por los conflictos armados y la violencia. Con 553 agresiones registradas en 2021 por la Mesa Nacional de Misión Medica, se ha presentado un aumento histórico por tercer año consecutivo, con un incremento del 70 % respecto de 2020.

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Cárceles, migración y uso de la fuerza

La emergencia sanitaria por COVID-19 complejizó la situación en muchos establecimientos penitenciarios del país, no solo a causa de los brotes de esta enfermedad entre las personas privadas de la libertad, sino también por el acceso limitado que tuvieron los familiares, abogados, jueces y organizaciones de derechos humanos, entre otros.

Por otro lado, la población migrante con vocación de permanencia se sorganizó en departamentos afectados por los conflictos armados y la violencia, lo que la expone al peligro por su desconocimiento del contexto, pero también por el rechazo, la estigmatización y la xenofobia.

A nivel global, durante 2021 se incrementaron las movilizaciones sociales que llevaron a miles de personas a las calles a manifestarse por diferentes razones. Colombia no fue la excepción. Tanto en zonas urbanas como rurales, el mantenimiento del orden público fue un constante desafío para la Fuerza Pública, al ponerse a prueba su capacidad de responder con apego a las normas y estándares internacionales sobre el uso de la fuerza.

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Diálogo con actores armados

En medio de la pandemia continuamos nuestro trabajo humanitario de forma imparcial, neutral e independiente.

Nuestro diálogo bilateral y confidencial con portadores de armas y personas afectadas por los conflictos armados y la violencia nos permitió llegar a los lugares más alejados o de difícil acceso en el país, donde nadie más llega.

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Llamados a la acción del CICR para Colombia en 2022

La realidad de los colombianos que viven en medios de los conflictos armados y la violencia sigue siendo compleja. Por eso, por medio de estas recomendaciones le queremos enviar un mensaje a las autoridades estatales, los actores armados y la sociedad civil.

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