Foto: CICR

Diálogos para una vacunación informada

La decisión de vacunarse contra la COVID-19 por parte de comunidades indígenas del Perú.
Artículo 11 marzo 2022 Perú

El continente americano aúna el mayor número global de muertes por la COVID-19 registrados desde el inicio de la pandemia. Allí, el acceso a vacunas para las poblaciones más vulnerables es limitado y dispar: algunos países han alcanzado a un 90 por ciento de su población con un esquema de vacunación completo, mientras que en otros esa cifra no supera el 20 por ciento, un hecho que agudiza la desigualdad social y económica preexistente en esta parte del mundo.

A dos años del inicio la pandemia Perú lidera a nivel global, con 627, la tasa de mortalidad por cada cien mil habitantes. En el país se registran más de 209 mil muertes asociadas y cerca de 3 millones y medio de contagios, sin embargo, solo un 40 por ciento de las comunidades amazónicas han recibido la vacuna contra la COVID-19, de acuerdo con el Ministerio de Salud (Minsa).

En las zonas de difícil acceso marcadas por geografías diversas como selvas tropicales amazónicas o cordilleras, comunidades indígenas peruanas viven con un limitado acceso a servicios de salud o información.

Los procesos de vacunación que en las ciudades avanzan ágilmente, contrastan con la lentitud de la llegada de vacunas a comunidades que viven en lo más profundo de las selvas y montañas, situación agravada por la desinformación, los temores y rumores que circulan.

El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, con el liderazgo de la Cruz Roja Peruana (CRP), ha articulado esfuerzos con el Minsa y las organizaciones indígenas para propiciar el diálogo comunitario, con enfoque intercultural, para el diseño conjunto de intervenciones, la entrega de información y la promoción de la vacunación contra la COVID-19 a la población indígena que habita esas zonas de difícil acceso.

Gracias a ello 2.756 personas en 70 comunidades amazónicas de las regiones Ucayali, Loreto y San Martín recibieron al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19. Además, 623 personas en 26 comunidades campesinas de las regiones Puno y Ancash recibieron al menos una dosis de la vacuna contra la COVID – 19.

No sabíamos que existía el virus de la COVID-19. Es la primera vez que escuchamos sobre esto. Gracias por la información.

Mariano Quisto, Apu (líder de la comunidad Amazónica Urarina de Mangual, región de Loreto).

Llegar a zonas de difícil acceso

Acceder a los territorios requiere del apoyo de un equipo local, que coordina con la comunidad las autorizaciones necesarias para el ingreso de las brigadas de sensibilización y vacunación.

El personal a cargo, conformado por personal de salud, especialistas de la CRP con el apoyo de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), debe viajar durante tres días en lancha cruzando lluvias y árboles caídos para llegar a la comunidad de Mangual, ubicada en los meandros del río amazónico Chambira, donde los servicios de salud no habían llegado hace varios años.

Las vacunas viajan refrigeradas en hielo seco atravesando los afluentes de las selvas tropicales, donde la temperatura oscila entre los 30 y 38 grados centígrados.

En la cuenca del Lago Imiría, en la región de Ucayali, los vehículos fluviales de la Cruz Roja también llegan con personal médico, humanitario, información y vacunas. En estas comunidades la radio sigue siendo el principal medio de comunicación y de difusión de mensajes.

Segundo Mozombite, habitante de la zona, explicó que el Internet arriba lenta y progresivamente a algunos caseríos aledaños, por eso, la información sobre la COVID-19 llega vía WhatsApp. "La gente crea grupos o se llaman y dicen que la vacuna es el '666', que te ponen un chip".

El diálogo comunitario, centro de la intervención

Al llegar a las comunidades, la prioridad del personal se enfoca en entender sus necesidades e inquietudes alrededor del virus, en valorar su salud y en promover el diálogo comunitario. Hasta ahora, se han involucrado 2.760 personas en 75 asambleas comunitarias, para favorecer su garantía al derecho a la información y la vacunación, asegurando el respeto de su autonomía y representatividad.

Según el Minsa, los bajos índices de vacunación en poblaciones indígenas responden a motivos que incluyen las dificultades de acceso a las vacunas y el temor de la población a causa de la desinformación que han recibido sobre ésta.

''Lo que sé es que el COVID mata gente. Aún no nos ha dado en la comunidad, pero he decidido vacunarme para no enfermarme, porque los comerciantes llegan por el rio y pueden traer la enfermedad'', comenta una mujer de la comunidad Santa hermosa.

Las inquietudes sobre la inoculación son resueltas en sus lenguas originarias con base en conocimiento científico. A la par se realiza difusión con altoparlantes, bocinas, caravanas y visitas a los hogares para la entrega de folletos y otros materiales de bioseguridad.

Comunidades informadas y vacunadas por decisión propia

"Así como yo me llegué a convencer con una buena explicación que han dado, quisiera que otras personas que no se animan a vacunarse lo hagan por su bienestar y el de sus propias familias", agregó José, que acudió a recibir su primera dosis luego de ver resueltas sus dudas sobre la vacuna. La vacunación la realiza Minsa y se recogen encuestas para entender la percepción e interés de la población respecto a la primera y segunda dosis.

Es un logro y hay mucha satisfacción como enfermera al ver que quienes acudieron a vacunarse lo hicieron con alegría, sabiendo ellos que se iban a proteger y que vendrán por su segunda dosis. Eso nos llena y da fuerzas para seguir combatiendo esta enfermedad.

Myriam Ríos, enfermera de un puesto de salud en la región de Ucayali.
Foto: Sebastián Castañeda/CICR
Foto: Sebastián Castañeda/CICR La niñez indígena participa de los diálogos comunitarios en la escuela local.

Mientras tanto, en las comunidades que viven en las cúspides andinas -algunas a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar- el acceso a la vacunación ha sido accidentado debido a las dificultades topográficas y a la desinformación.

Allí, el personal en terreno conversa con las comunidades en quechua, su lengua materna, para resolver sus dudas. Entre sus principales preocupaciones, resaltó Julio Mendigure director ejecutivo de Pueblos Indígenas del Minsa, están la relación de la vacuna como método de esterilización de mujeres, el bajo desempeño sexual que puede causar en hombres, la posibilidad de fallecer en el corto plazo y que el virus sea un castigo divino.

Estamos institucionalizando el diálogo intercultural para la vacunación contra la COVID-19

Julio Mendigure, director ejecutivo de Pueblos Indígenas del Minsa.
Foto: Melissa Alleant/IFRC
Foto: Melissa Alleant/IFRC Una pareja de la comunidad de Jochi San Francisco, en Puno, muestra el carnet de vacunación contra la COVID - 19 justo después de haber sido inmunizados.

La hija de Rufina Luque, habitante de Puno, se infectó asintomáticamente de la COVID-19 pero fue agravándose. Antes de ver enferma a su hija, Rufina no creía tanto en la vacuna, pero reflexionó al respecto luego de recibir su primera dosis: ''Hay que hacerse vacunar; no nos cura, sino que nos protege", comentó.

Como parte de este proceso de escucha e intercambio de conocimiento, la Cruz Roja Peruana lleva a las comunidades toda la información que la población requiere. De esta manera, pueden recibir la vacuna y estar seguras de que el proceso realizado por el Estado se implementa para proteger la salud de la ciudadanía.

De vuelta en la región amazónica de Ucayali, Cecilia Brito recordó que antes de la llegada de los equipos de sensibilización y vacunación hubo muchas informaciones falsas. Ella es representante indígena Shipibo de la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), que realizó una encuesta en mayo de 2021, la cual arrojó que más de la mitad de la población indígena se oponía a su inoculación.

"Frente a esa realidad, las organizaciones en conjunto han respondido las preguntas que la población hace con información transparente. Eso nos ha permitido lograr el objetivo de la vacunación", explicó Brito.

Myriam Ríos es licenciada en enfermería del Puesto de Salud de Bella Flor, en Ucayali, y tiene 18 años trabajando y conviviendo con los comuneros de la zona. Al inicio tenía dudas sobre la sensibilización previa a la vacunación, pero al ver la convocatoria y responder a las preguntas que sus mismos pacientes le hacían, ganó confianza en el proceso.

"Estaba nerviosa, pero con muchas expectativas positivas. Al final fue muy exitoso porque había personas que decían que no se iban a vacunar, que creían algunos mitos y desinformación, pero después de los diálogos de sensibilización ellas eran las primeras en vacunarse", comentó.

Atención de la COVID-19, una de las múltiples necesidades de las comunidades

Si bien los esfuerzos avanzan por promover una vacunación informada y segura, allí las personas enfrentan cada día diversos desafíos. En la comunidad de Mangual, las condiciones de salubridad dificultan instaurar buenas prácticas de lavado de manos, puesto que bombean agua subterránea que no es apta para consumo humano. "Sufrimos de malaria, diarrea, dolores de cabeza, y conjuntivitis", comenta el Apu Mariano Quisto, habitante de la comunidad.

La labor de la Cruz Roja Peruana y los miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, junto con el Minsa, responde a la preocupación de la población y promueve la activación de brigadas de atención integral en salud a lo largo de la intervención comunitaria.

De la mano con el Minsa y las organizaciones indígenas, la Cruz Roja seguirá promoviendo el derecho a la salud, a la información, a la toma de decisión previamente consultada y a la vacunación gratuita y voluntaria. Es una prioridad ética asegurar que las poblaciones más vulnerables y marginalizadas cuenten con información y acceso a las vacunas para promover su protección y prosperidad.

Foto: Sebastián Castañeda/CICR
Foto: Sebastián Castañeda/CICR Niños descansan en un peque - peque ( canoa ) en las orillas del río Chambira.