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De Camboya a Vietnam: de vuelta a casa tras dos décadas de separación

Un llamado telefónico a la oficina del CICR en Phnom Penh llamó la atención de Arnaud Leclerc, jefe del equipo de protección en Camboya. La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (OACDH) solicitaba la colaboración del CICR para un caso especial.

Se trataba de la situación de Nguyen Van Tan, un detenido vietnamita de 54 años recluido en la cárcel camboyana de Prey Sar desde hacía más de diez años, que acababa de recibir un indulto real en el mes de abril, a propósito del cumpleaños de Su Majestad el Rey. Su liberación era inminente y el problema era que el señor Tan sufría graves problemas físicos tales como parálisis, sordera y virtual ceguera, y requería por lo tanto cuidados permanentes.  Durante su reclusión había recibido la ayuda de otros detenidos, pero se dio cuenta de que en cuanto recuperase su libertad, estaría indefenso, perdido y desesperado.  Fue así que recurrió a la OACDH y le solicitó que localizara a su familia en Vietnam.

Tras colgar el receptor, Arnaud comprendió que se trataba de un caso especial y que era indispensable prestar asistencia al señor Tan, ya que no tenía parientes en Camboya. “Nos comunicamos de inmediato con el servicio de búsquedas de la Cruz Roja Camboyana, que aceptó el caso y se dispuso a trabajar en estrecha colaboración con la Cruz Roja de Viet Nam”, explicó Arnaud.

Era la primera vez que la sección de la Cruz Roja en la provincia vietnamita de Soc Trang se hacía cargo de un caso de reunificación familiar. Gracias a su vasta red, que se extiende desde la sede central hasta las secciones locales, el equipo pudo localizar rápidamente a los familiares del señor Tan en la aldea de Phu Tan, en una zona periférica de la provincia.  Poco después, la Cruz Roja de Viet Nam informó al CICR y a la Cruz Roja Camboyana que había hallado a los familiares del señor Tan, quienes estaban dispuestos a recibirlo.

La ansiedad de la espera

Aunque todo funcionó sin inconvenientes gracias a la activa colaboración entre la Cruz Roja Camboyana, la Cruz Roja de Viet Nam y la oficina del CICR en Phnom Penh, como así también de su delegación regional en Bangkok, el proceso de reunificación llevó su tiempo. Nguyen Van Tan  había sido puesto en libertad inesperadamente antes de la finalización de su condena, debido a los serios problemas de salud que lo aquejaban. Mientras se resolvían los trámites, fue trasladado al centro de Metakarona, en Prey Sar, donde fue bien tratado y recibió los cuidados adecuados. El encargado de búsquedas de la Cruz Roja Camboyana lo visitó con regularidad y constató que su salud había mejorado con el tiempo.

 

Nguyen Van Tan rodeado de colaboradores de la Cruz Roja Camboyana y de otras personas que lo ayudaron en el centro de Metakarona .© CICR

Tanto en Camboya como en Vietnam, las respectivas Sociedades Nacionales trabajaron incansablemente para que el proceso de repatriación se resolviera sin inconvenientes. Gracias a la labor de la oficina del CICR en Phnom Penh y de su delegación regional en Bangkok, que funcionó como punto de coordinación central, finalmente se completó la documentación de viaje y se resolvieron otros trámites necesarios, tras lo cual se fijó el día de la partida. Al atardecer del 30 de julio, Nguyen Van Tan llegó al Aeropuerto Internacional de Phnom Penh asistido por colaboradores de la Cruz Roja Camboyana y del CICR, listo para su vuelo de regreso al hogar. Quienes habían participado en su repatriación se despidieron de él con los mejores deseos de un feliz reencuentro con su querida familia.

Poco después, la Cruz Roja de Viet Nam transmitió la buena noticia de que Nguyen se había reencontrado con sus familiares por primera vez en 20 años, y que todos estaban camino a su aldea, donde arribarían tras un viaje de siete horas.

El fin de la separación

Nguyen había estado por última vez con su familia en 1992 o 1993, cuando de joven y tras la ruptura de su matrimonio, había abandonado su tierra natal en pos de una nueva vida en el país vecino.  La falta de noticias durante dos décadas hizo que la familia supusiera finalmente que Nguyen había fallecido. Su regreso les sorprendió enormemente y el reencuentro fue sumamente emotivo.

Con lágrimas de felicidad y voz temblorosa, Nguyen explicó a quienes lo recibieron en el aeropuerto: “Los colaboradores de la Cruz Roja Camboyana fueron muy amables conmigo. Me visitaron con frecuencia, se ocuparon de mí y me dieron medicamentos cuando estuve enfermo. Sin la Cruz Roja, no hubiera sobrevivido”. 

Nguyen, muy emocionado, se encuentra por fin con sus familiares tras dos décadas de separación. © CICR 

Su hermana, Nguyen Ti Xen, comentó que cuando Nguyen se fue de casa eran jóvenes, pero que ahora ambos lucían canas. “Sin la ayuda activa de la red de las Sociedades de la Cruz Roja, este reencuentro no hubiera sido posible. Queremos expresarles nuestro agradecimiento por haber traído a nuestro hermano de vuelta a casa.  No tengo palabras para expresar mi gratitud”, dijo con emoción.

Así concluyó el momento del reencuentro, con Nguyen Van Tan  frente a la oportunidad de una nueva vida junto con su querida familia. Después de todo, en ningún sitio se está tan bien como en casa.