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Camboya: combatir las causas de la sarna en las cárceles

La sarna es un grave problema de salud en muchas partes del mundo. Los brotes se producen cuando las personas viven en áreas confinadas con malas condiciones de higiene. Las cárceles son particularmente vulnerables. El hacinamiento, el acceso limitado al agua y a la asistencia de salud, un diagnóstico equivocado y la escasez de medicamentos, son factores que contribuyen a ello.

A principios de este año, se informó acerca de uno de estos brotes en la cárcel provincial de Kampong Cham, en el centro de Camboya. De una población de poco más de mil de presos, el 30% estaba infectado. Como dijo uno de los enfermos: "Nos rascamos incluso cuando estamos durmiendo". El CICR, en colaboración con las autoridades de la cárcel, respondió rápidamente.

Los ácaros que causan la sarna, invisibles a simple vista, se transmiten por contacto físico directo, así como también por las vestimenta y la ropa de cama infectadas. La sarna costrosa, otra forma clínica de la enfermedad, también es extremadamente contagiosa.

Los brotes de sarna en las cárceles son relativamente fáciles de resolver: se debe desinfectar la vestimenta, la ropa de cama y los ambientes, así como también a los detenidos. Una vez que el tratamiento se ha completado con éxito, deben mantenerse las normas de higiene para evitar nuevos brotes. La educación del personal penitenciario y de los reclusos también es parte de la prevención.

Una campaña de desinfección

En marzo de 2016, el personal médico del CICR, junto con el personal penitenciario y el personal sanitario de la Dirección General de Cárceles, organizó una campaña de desinfección en la cárcel de Kampong Cham. El CICR suministró ollas de vapor, medicamentos, benzoato de bencilo en emulsión (para el tratamiento de la sarna), detergente, ropa, jabón y cepillos. Se desinfectaron los edificios, se trató la ropa al vapor, se limpiaron las celdas y se aplicó el tratamiento a los reclusos.

El equipo de salud del CICR controla un tanque de agua en la cárcel provincial de Kampong Cham. CC-BY-NC-ND / CICR / Y. Panhnhavorn

Todo el proceso duró cuatro días. Celda por celda, pabellón por pabellón, los detenidos colocaron sus pertenencias en bolsas. Se les dio jabón y se les dijo que fueran a las duchas cubiertos con sus toallas de baño y que se lavaran a fondo. Después de haber ido a la zona de tratamiento, y de haber colocado sus toallas y ropa en bidones para ser desinfectados al vapor, se les dio ropa limpia.

Mientras se limpiaban las celdas, se instruyó a los reclusos sobre higiene y prevención. Al día siguiente, después de la ducha y de recibir una segunda aplicación de la emulsión contra la sarna, recuperaron la ropa y regresaron a las celdas.

Limpieza al vapor de sábanas y ropa de los detenidos en la cárcel provincial de Kampong Cham. CC-BY-NC-ND / CICR / Y. Panhnhavorn

Buenos resultados

Después de la campaña en la cárcel de Kampong Cham, el Dr. Luca Falqui -médico del CICR para lugares de detención- y otros dos médicos del CICR se reunieron con Pao Yun, director de la cárcel. Yun Pao informó que la campaña había sido dado buenos resultados y que había abarcado al 95% de la población reclusa (el 5% restante eran mujeres detenidas y ninguna de ellas tenía sarna).

Se acordó que las autoridades de salud locales, junto con organizaciones no gubernamentales locales, desempeñarían un papel más activo en la prevención y el control de la sarna en la cárcel. El compromiso del personal penitenciario fue decisivo en el logro de los resultados. La labor del CICR para mejorar la situación con respecto al suministro de agua en la cárcel de Kampong Cham fue otro factor que contribuyó al éxito de la campaña.

El equipo de salud del CICR dejó una reserva de medicamentos en la cárcel para el caso de reinfecciones y para el tratamiento de los nuevos detenidos. Asimismo, se alentó a los agentes de salud penitenciarios para que continuaran con la detección de la sarna.

Mejores prácticas en materia de asistencia de salud

Tras una evaluación de la salud en lugares de detención llevada a cabo en 2012, el CICR inició, el año pasado, un proyecto piloto en un centro correccional. Allí, los profesionales sanitarios del CICR – en estrecha colaboración con el personal de la Dirección General de Cárceles y del Ministerio de Salud – están introduciendo las mejores prácticas en materia de salud y prueban un modelo sostenible de prestación de asistencia de salud para reclusos. Las lecciones aprendidas durante la fase de implementación del proyecto piloto se podrán reproducir en los otros 27 centros de detención, lo que allanará el camino para la asistencia de salud normalizada de las personas en las cárceles de toda Camboya.