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Ciudades brasileñas adoptan medidas para reducir el impacto de la violencia en los servicios públicos

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) brinda apoyo a los municipios brasileños para la implementación de la metodología "Acceso Más Seguro a los Servicios Esenciales" (AMS) con el objetivo de ayudar a los trabajadores de la salud, la educación y la asistencia social, entre otros, a mitigar los riesgos inherentes a la violencia. Los profesionales aprenden a adoptar medidas de autoprotección y desarrollan protocolos de seguridad para situaciones de emergencia.

En respuesta a una solicitud de las autoridades municipales brasileñas, la delegación regional del CICR para Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay brinda apoyo a los servicios públicos de siete municipios (cinco ciudades del estado de Río de Janeiro, así como también Porto Alegre y Florianópolis). "Colaboramos con los servicios públicos en el desarrollo de procedimientos que ayuden a reducir y prevenir los impactos de la violencia en el día a día de los trabajadores – profesores, asistentes sociales, agentes comunitarios de salud, entre otros – que, en consecuencia, afectan también la cotidianeidad de la comunidad", afirma el jefe de la delegación regional del CICR, Lorenzo Caraffi.

Los colaboradores de 122 unidades de salud, además de otros 28 equipos de asistencia social y educación, recibieron capacitación en estos siete municipios brasileños (ver recuadro).
Las medidas por adoptar dependen de la realidad local. "Es preciso identificar en cada comunidad, de acuerdo con sus características, los riesgos a los que están expuestos sus habitantes y trabajadores y después definir qué hacer para reducir esas vulnerabilidades", explica la responsable del programa Violencia Urbana del CICR, Ana Cristina Monteiro.

Diagnóstico sobre la exposición a la violencia

Uno de los primeros pasos de la metodología de AMS es la formación de formadores ofrecida por el CICR. Los participantes de esta actividad definen la vulnerabilidad de los llamados equipamientos (es decir, las escuelas, los hospitales, entre otros) a partir del análisis del grado de exposición a la violencia armada.

A partir de este diagnóstico, elaborado por los propios participantes con la orientación de la metodología presentada por el CICR, el paso siguiente consiste en formular un plan de acción para reducir lo más posible los riesgos de la violencia. Esto es realizado por los agentes multiplicadores, que ya recibieron la formación con los integrantes de cada comunidad escolar, centro de salud y demás servicios.

"Esperamos que los agentes multiplicadores logren impartir la formación en todas las escuelas ubicadas en áreas vulnerables del municipio y que así se pueda proteger mejor a los profesionales de la enseñanza, a los alumnos y a la comunidad escolar", afirma Ana Cristina. Como ejemplo, destaca el caso de las actividades en colaboración con la Secretaría de Educación que comienza en julio con el municipio de Río de Janeiro.

Mantener la calma

El CICR cree que el conocimiento previo acerca de determinadas conductas en una situación de emergencia contribuye a que las personas mantengan la calma y estén preparadas para actuar. De esta manera, disminuyen la posibilidad de transformarse en víctimas de la violencia.

Cuando los participantes llevan los conocimientos adquiridos durante la formación y los aplican en sus respectivas actividades, pueden preparar las acciones necesarias en situaciones de violencia (una evacuación, por ejemplo) y sistematizar un protocolo de apertura y de cierre de sus unidades de salud, escuelas, entre otros.

También es posible enumerar no solo las pérdidas en términos de aprendizaje, sino también el impacto económico de estas decisiones en las comunidades.

Para los agentes multiplicadores, el curso es teórico, pero para los profesores, agentes comunitarios de salud y otros trabajadores de servicios públicos esenciales, los ejercicios de simulación son importantes y deben ser implementados.

Daño en biblioteca en una escuela. Foto: CICR/2013

Historial

El curso Acceso Más Seguro a los Servicios Esenciales es una adaptación, para los contextos de violencia urbana, del protocolo que el CICR elaboró a fin de reducir la vulnerabilidad de sus colaboradores cuando se desempeñan en países en guerra o afectados por la violencia.

Esta formación también adapta el trabajo desarrollado durante el proyecto denominado "Proyecto Río", que tuvo lugar entre 2009 y 2013. Allí, el CICR trabajó en colaboración con las autoridades locales y las comunidades de Río de Janeiro en las áreas de salud y educación para limitar y aliviar las consecuencias humanitarias de la violencia armada en siete favelas de la ciudad. Entre estas actividades, el CICR desarrolló los programas de Comportamiento Más Seguro (CMS, comunidad escolar) y Acceso Más Seguro (AMS, personal de la salud).

Por otra parte, cabe destacar que ciertas comunidades se ven afectadas por situaciones de violencia armada, que generan consecuencias humanitarias. Estas situaciones no llegan al nivel de un conflicto armado a la luz del derecho internacional humanitario (DIH).

Paso a paso de la metodología AMS del CICR en Brasil

  1. Las autoridades locales demuestran interés en establecer un Programa Acceso Más Seguro en su localidad. El CICR responde al pedido y se firma un acuerdo entre ambas partes.
  2. El CICR imparte la formación al personal de los servicios públicos (formadores), quienes transmitirán sus conocimientos. La formación se adapta a las necesidades y realidades específicas de cada acuerdo.
  3. Se elabora un plan de acción que se adapta a la realidad de cada lugar.
  4. Junto con el CICR, las autoridades desarrollan un sistema de seguimiento y evaluación de los incidentes de seguridad con los profesionales formados.
  5. Las autoridades locales deben establecer una red de apoyo a los profesionales para las consecuencias humanitarias de la violencia armada.
  6. Se crea un grupo de apoyo con integrantes de diversas secretarías, que acompañará el desarrollo de las acciones.

¿Cuál es el papel del CICR?

El CICR solo realiza la formación a solicitud de las autoridades locales, después de evaluar, entre otros temas, el impacto de la violencia urbana en los equipamientos, la dificultad de acceso a los servicios como resultado de la violencia y la capacidad del municipio de implementar la metodología.

Después de la firma de un acuerdo, comienza la formación de gerentes y agentes multiplicadores que deberán transmitir estos conocimientos. La función del CICR se limita a impartir la formación y acompañar a los grupos de soporte para la gestión. Las demás actividades son implementadas por las autoridades locales.

¿Dónde se aplica esta metodología en Brasil?

  • Araruama, Río de Janeiro
  • Itaboraí, Río de Janeiro
  • Duque de Caxias, Río de Janeiro
  • Niterói, Río de Janeiro
  • Río de Janeiro, Río de Janeiro
  • Porto Alegre, Río Grande del Sur
  • Florianópolis, Santa Catarina