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Colombia, vivir en medio del conflicto: episodio 13 - "Ser mujer en zonas de conflicto"

Los episodios se estrenarán individualmente cada 15 días y se podrán leer en nuestra página web.

Tres mujeres, habitantes de la vereda Santa Lucía del municipio de Ituango, Antioquia, contarán, desde sus propias experiencias y expectativas lo que es ser una mujer campesina en una zona de conflicto armado. Y cómo aprovechan las ayudas que han recibido del CICR para subsistir.

Transcripción

[Diana]: Yo les diría a todas las mujeres que me están escuchando que es duro vivir en el conflicto, pero uno no puede perder las esperanzas. Y uno debe de hablar, reclamar sus derechos; escuchar, pero que lo escuchen a uno, entonces les digo que no se rindan, que hay que seguir en el campo, no debemos dejar el campo por el conflicto, porque si uno habla, puede que lo escuchen y puede continuar en el campo…

[Adriana]: 5:10 de la mañana. Muy buenos días a todos nuestros radioescuchas. Los saludamos desde las hermosas montañas de Ituango con el programa radial matutino: Las mujeres del campo y sus desafíos.

En esta oportunidad tendremos a tres invitadas especiales: Diana, a quien escuchábamos anteriormente; Isabela y Erika; tres mujeres trabajadoras que nos van a contar un poco de su vida en el campo.

También estará con nosotros Alejandra. Alejandra trabaja en la unidad de Seguridad Económica del Comité Internacional de la Cruz Roja, precisamente con el objetivo de brindar ayuda a personas que, como Diana, Isabela y Érika, viven en zonas afectadas por el conflicto armado para que puedan satisfacer sus necesidades esenciales de manera digna y sostenible.

Buenos días, Diana, Isabela y Érika, les agradecemos por aceptar la invitación a este programa radial y, si les parece bien, nos gustaría conocer un poco más de ustedes y de la hermosa vereda donde viven.

[Isabela]: Mi nombre es Isabela Correa, vivo en el municipio de Ituango, en la vereda Santa Lucía. Ituango viene a ser como un lugar, como un paraíso escondido, por decirlo así; lleno de montañas, de muchos bosques, de muchos animalitos; es algo muy lindo. Yo vengo de una familia campesina, la cual trabaja en las labores del campo.

[Erika]: Mi nombre es Erika Liliana Chavarría Pantoja, tengo 35 años, vivo en la vereda Santa Lucía del municipio de Ituango, tengo dos hijos, soy ama de casa, vivo en las montañas muy hermosas aquí de Ituango, Antioquia. 

[Diana]: Yo soy Diana, una campesina de la vereda de Santa Lucía, me he dedicado a ama de casa y a la agricultura en el campo.

[Adriana]: Qué alegría tenerlas como invitadas y, bueno, para dar inicio, Érika, nos gustaría que nos contaras qué tipo de dificultades vives siendo una mujer del campo.

[Erika]: Las dificultades son, por ejemplo, muchas personas creerán que nosotras, pues, las mujeres como somos campesinas, pensamos que no tenemos dificultades y nosotras sí tenemos siempre muchas dificultades, por eso necesitamos apoyos de gente de afuera. El campo necesita de la ciudad y la ciudad del campo.

[Adriana]: Gracias, Erika. Claro, hay un imaginario acerca de cómo se vive en el campo y, la realidad es más compleja que eso. Justamente por eso hemos querido invitarlas, para conocer mejor su situación y poder conversar hoy con ustedes. 

Bueno, Diana, tu historia también es fuerte, pero interesante para poder comprender los desafíos que tienen ustedes. Cuéntanos, por favor, acerca de ese momento difícil cuando sucedió el desplazamiento debido al conflicto.

[Diana]:Un grupo armado, pues, nos dijo que debíamos salir desplazados y, la verdad, todos temíamos mucho a ese grupo y yo me arriesgué a decirles que no era viable, porque si nosotros nos íbamos desplazados sin un argumento, sin una justificación, el problema iba a ser era para nosotros, entonces ese grupo entendió y ya empezamos a votar un poquito más el miedo sobre los grupos armados a hablarles a decirles lo que nosotros sentíamos y a escucharlos a ellos, y ya lo entienden a uno.

[Adriana]: Eso que nos cuentas fue todo un acto de valentía, Diana, pero también tu día a día lo es. Queremos conocer un poco más acerca de ti y de tus hijos. Cuéntanos… 

[Diana]: Yo soy madre de dos hijos, mi primer hijo nació cuando yo tenía 16 años. El papá de mi hijo nos abandonó cuando mi niño tenía 4 meses de nacido. A mí me tocó, pues, trabajar, que mis padres me ayudaran pa’ poderlo levantar, darle los pañales, la leche y todo. A los tres años quedé embarazada de mi otro hijo y ya de ese niño sí tuve pues el apoyo del papá, pero muy poquito porque él trabajaba por allá muy lejos y cuando se iba me tocaba a mí mirar cómo conseguir los pañales y la leche. Fuera de eso fue muy duro porque cada tres, cuatro meses, nos llegaba un desplazamiento que nos tocaba salir, entonces eso fue muy difícil para mí.

[Adriana]: Imagino que esas circunstancias fueron muy complicadas de manejar, más con los niños. Gracias por compartir tu historia con nosotros, Diana. No solo los desafíos personales y del conflicto armado han tocado la puerta de la casa de estas mujeres, también los retos del agro colombiano lo han hecho. Para hablarnos de esto les presento ahora a Alejandra, de la Unidad de Seguridad Económica del CICR. Alejandra, ¿cómo estás?, ¿cómo ves la situación económica en el campo colombiano?, ¿qué desafíos hay?

[Alejandra]: Pues, uno de los desafíos que tiene el campo en este momento es el tema de los productos importados y, también, hay unos comportamientos del consumidor y unas tendencias pues a consumir productos que no se producen, digamos, en el territorio colombiano. Esto, sin duda alguna, es un desafío del campo. 

Otro, tiene que ver siempre con el tema del transporte, el flete es costoso; sacar un producto desde una vereda hasta Ituango y luego hasta las ciudades, y comercializarlo, incrementa su costo y, por ende, la gente prefiere uno importado que entra por barco, que sale mucho más barato; ese es otro de los desafíos.

Un desafío puntal, digamos, en el tema de muchas de las veredas de Ituango es el tema del acceso al llegar a la tierra, todo el tema de que muchas de las zonas son, hay pues, como restos de contaminación por armas entonces también está el temor, también está el riesgo de que algo ocurra, eso es otro de esos desafíos que hay.

[Adriana]: Por lo visto hay muchos desafíos, Alejandra, incluso algunos que no están relacionados directamente con la economía, pero que preocupan en igual o mayor medida, como lo que mencionaste sobre el riesgo por artefactos explosivos. Pero bueno, cambiando un poco de tema, continuemos con Diana. Diana, nos encantaría conocer tu opinión acerca de los retos que enfrenta el campo.

[Diana]: Pues, el campo para mí es bueno en el sentido de que uno cosecha, de eso mismo puede consumir y alimentar a la familia, pero en que va a salir a vender los productos, es muy difícil porque a uno como campesino casi no le compran lo que uno produce en el campo.

[Adriana]: Gracias, Diana. Bueno, a pesar de estas dificultades que mencionan nuestras invitadas sus historias también tienen un lado positivo. Y no solo es el empuje de estas mujeres, que es evidente, sino que ellas han encontrado un gran apoyo. 

Gracias a las constantes reuniones con la comunidad, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) vio la necesidad de crear una iniciativa productiva rural con la que estas mujeres pudieran generar ingresos y, de ser posible reinvertirlos allí mismo. Un ciclo productivo que, para estas mujeres, en su mayoría, no tienen parcelas o tierras para trabajar. 

Por esto, en los próximos meses el CICR entregará 57 cerdos a 41 mujeres como Diana, Erika e Isabela. De esos 57 animales, 2 son cerdas para cría y los demás para engorde y posterior venta. Además, el CICR adecuará los espacios para que ellas puedan tener los animales en buenas condiciones. 

Pero esto no es todo, y esta es la parte más emocionante, y es que gracias al CICR ellas hicieron una capacitación con el SENA en producción porcícola.

Esta es una oportunidad invaluable para mejorar la calidad de vida de estas mujeres.

Alejandra, ¿cómo consideras que este proyecto ha beneficiado a Diana, Isabela y Erika?

[Alejandra]: Yo considero que, para ellas hacer parte de este proceso productivo de cerdos de entrada pues les generaría ingresos económicos, tanto para alimentos como para las necesidades de la casa, como para permitir también soñar y alcanzar, digamos, otros proyectos personales que tengan al mismo tiempo; que pueden cuidar de sus niños y de sus niñas; pues, estar ahí como atentas, también como al cuidado de sus familias.

Hace un año larguito cuando empezábamos a conversar con ellas, la mayoría de ellas trabajan con el tema del jornal, pero las otras las que no trabajan jornaleando trabajan cuidando los niños de estas que sí fueron al jornal. Entonces, desarrollar este proyecto de cerdos les posibilita generar unos ingresos un poco más altos incluso que ese valor del jornal, al mismo tiempo que cuidan a sus hijos, al mismo tiempo que ellas están con los niños y con las niñas, que los atienden, que los acompañan, por todo el tema de seguridad, porque también se sienten más tranquilas estando ellas mismas al cuidado de sus hijos.

Entonces, ellas tienen dentro de sus expectativas que el negocio crezca y poder vender no solamente al interior como de la vereda, sino también a nivel municipal y tener unos compradores, pues, grandes en el municipio.

[Adriana]: Claro, es una oportunidad de la que pueden surgir cambios que contribuyen a diferentes ámbitos de sus vidas… Pues bien, Erika ¿por qué es importante esta oportunidad para ustedes?

[Erika]: Nosotros con ganas de oportunidades y no tener como la forma de levantar, por ejemplo, como lo del proyecto de cerdos que vamos a tener ahora, porque a veces si tenemos los cerditos no podemos tener la comida, y así.

[Adriana]: Gracias Erika… Isabela ¿cómo te sientes al saber que el CICR te va a brindar esta ayuda? ¿Antes habías emprendido un proyecto así?

[Isabela]: Sí en mi casa, mi familia sí ha tenido cerdos, pero yo no propios nunca, y la verdad es algo muy emocionante ya que es una experiencia yo poder decir “esto va a ser como mío” y luego yo lo voy a poder invertir o hacer algo útil con ese dinero, ya que con este pienso cómo ahorrarlo y, luego ya cuando termine el colegio, ir a estudiar afuera a la ciudad, pero, siempre con la mentalidad de regresar, porque la vida, la verdadera, está es en el campo y es más importante en estos momentos es que el campo vuelva a renacer, que se vuelva otra vez importante, ya que se nos ha olvidado que del campo viene todo, ya que el campo sí puede vivir sin la ciudad, pero la ciudad sin el campo no, nunca.

[Adriana]: Ahora me gustaría hablar con Diana... Diana, cuéntanos cómo crees que las beneficiará el proyecto que emprenderán con la ayuda del CICR.

[Diana]: Yo veo que, con el proyecto, si nos va bien, podemos sacar nuestros hijos adelante y, por ejemplo, yo quisiera ayudarle a mi hijo a que estudie en Medellín, ya que él no se amaña en la vereda.

Pero ahorita las mujeres de Santa Lucía nos sentimos muy agradecidas con el CICR, ya que nos van a dar un proyecto de cerdos, que tenemos nuestras esperanzas puestas en ese proyecto.

[Adriana]: Gracias a todas nuestras invitadas por compartir sus historias y sus expectativas con nosotros.

Estaremos muy pendientes de cómo avanza el proyecto y con él sus sueños. Seguramente en la tercera temporada de este podcast tendremos un episodio en el que les contaremos sobre estos avances.

Por ahora, así finalizamos este capítulo, esperando mañana traerles más noticias positivas sobre las mujeres que pocos conocen, pero que están luchando día a día en el campo colombiano para construir un mejor futuro.

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