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Colombia, vivir en medio del conflicto: episodio 9 - "Retratar la esperanza es el mayor reto: Federico Ríos"

Los episodios se estrenarán individualmente cada 15 días y se podrán leer en nuestra página web.

En Colombia no es fácil narrar el conflicto armado desde el periodismo, más aún cuando se hace desde la imagen. Más allá de las noticias, la pregunta es cómo revelar a través del relato y la fotografía el sufrimiento de las comunidades, cómo sensibilizar a quienes no viven esta realidad sobre el dolor que viven otros, cómo mostrar lo que parece invisible a la vista del extraño. Este episodio se centra en las experiencias y anécdotas de Federico Ríos, un fotorreportero que durante años ha recorrido el país para mostrar el conflicto armado, retratar el sufrimiento de las personas y la cotidianidad de las comunidades más alejadas.

Transcripción

[Adriana]: Como lo dijo algún día Gabriel García Márquez: "Ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días."

El periodismo es un ejercicio fundamental en la búsqueda de la verdad y en la defensa de la libertad de expresión. Aún hoy los periodistas en Colombia y en el mundo siguen siendo privados de su libertad, atacados, e inclusive asesinados por ejercer la labor de comunicar, por esto la importancia de reconocer el valor de su profesión.

Y para hablar de ello nos acompaña el fotógrafo documental Federico Ríos, quien ha recorrido el país durante años para retratar el conflicto armado, el sufrimiento de las comunidades afectadas por la violencia y los estragos de la guerra.

Federico trabaja actualmente con el New York Times y otros medios internacionales, ha publicado libros como "Verde" en 2020 y ha ganado varios premios entre esos el Poy Latam en 2017.

El fotorreportero se convierte en el ojo de quienes no presencian directamente la guerra. Federico, bienvenido, gracias por aceptar esta invitación al pódcast del CICR.

[Federico]: Bueno, gracias a ti por la invitación y gracias al CICR por propiciar el espacio.

[Adriana]: Federico, ¿se puede mostrar el rostro de la guerra en una imagen, en una fotografía?

[Federico]: El trabajo del fotoperiodista, el trabajo del fotógrafo documental se convierte en una reflexión desde lo visual, presenciando todo lo que sucede frente a su cámara. En el contexto del conflicto armado colombiano han sido muchos los fotógrafos que han orientado sus lentes hacia los diferentes actores del conflicto y también hacia las víctimas.

Yo creo que es importante pensar en la fotografía como una narrativa muy amplia, en la que diferentes autores y diferentes proyectos fotográficos dialogan para que el espectador pueda tener una mirada amplia de lo que sucede en los terrenos y con las personas que sufren la guerra.

[Adriana]: Es increíble que lo podamos entender de esta manera. ¿Cómo se retrata el dolor de la guerra? Y ¿cómo se retrata la esperanza aún en medio de un conflicto armado?.

[Federico]: Retratar la guerra es, para mí, en esos términos, el menor de los retos. La guerra sucede frente a las cámaras de una forma explícita, con unos guerreros que tienen una vanidad extraña sobre sus actos de guerra.

Pero, retratar la esperanza, eso sí que se convierte en un reto tremendo, y se puede ver en los gestos más pequeños; la esperanza, por ejemplo, de parir un hijo, la esperanza de críalo, la esperanza de prender un fogón de leña con la ilusión de tener allí comida para una familia. Incluso, la esperanza del inmigrante, que camina desesperado buscando un futuro.

Entonces, son muchas las perspectivas desde las que se puede fotografiar esa esperanza, pero hay sí, un cuello de botella, una única fórmula para fotografiar la esperanza y es a la que han recurrido muchísimos fotógrafos y es ser capaz de entender la humanidad de lo que está sucediendo frente a la cámara, ser capaz de entender a esa otra persona desde el amor, debe ser la palabra, desde su situación desafortunada y entender que desde allí cada vivo está buscando un futuro mejor.

[Adriana]: ¿Cómo puede un fotógrafo hacer oír la voz de las víctimas del conflicto armado y retratar su dignidad? ¿Cómo lo has hecho a lo largo de tantos años?

[Federico]: Es muy importante entender que una víctima se encuentra en una condición de vulnerabilidad. Es muy importante entender que una víctima se encuentra en un agujero negro mental del que quiere salir, no solamente físico; una persona que perdió un familiar en el conflicto, una persona que perdió su casa, que perdió su tierra, que tiene que ser desplazado, son personas que tienen profundos dolores en el alma y que muchas veces los fotógrafos abordamos en el calor de los hechos. Entonces, es muy importante ser reflexivo, ser muy compasivo y tener un estándar ético muy alto para no atropellar, para no revictimizar, para no señalar y para entender desde la humanidad el dolor de esa persona que uno está fotografiando, el drama que sufre esa persona que uno está fotografiando y poder contarlo desde ahí con el objetivo de que otras personas entiendan esos dramas individuales, de que otras personas que vean las fotos, y no la situación en vivo y en directo si no las fotos, puedan entender el dolor, puedan entender el drama que vive esa persona y desde ahí darse cuenta de la necesidad de soluciones para esos dramas.

[Adriana]: Conectar y empatizar indiscutiblemente con esa realidad. ¿Cómo te ves a ti mismo en tus propias fotografías, en las que has tomado para narrar el conflicto armado o para contar la historia de tantas comunidades que habitan en los lugares más alejados de Colombia?
[Federico]: Yo he pensado que tengo, por mi trabajo, una silla VIP en el teatro del infierno que es Colombia. Yo veo lo peor que sucede en el país y todo esto sucede frente a mi cámara.

Yo veo las madres que lloran a sus hijos, las comunidades desplazadas por la violencia de sus territorios. Veo a los actores de la violencia de un lado y del otro, veo a las viudas, veo a los huérfanos y, también, tengo que apuntar mi cámara a los cadáveres de las personas que han sufrido la violencia y han perdido la vida. En medio de eso, y de ver el infierno pasando frente a mi cámara día a día, también puedo ver al lado como muchas personas que están ahí, viviendo el infierno no detrás de una cámara sino en carne propia, se levantan todos los días, todos los días después de enterrar a su hijo, después de enterrar a su padre, después de ser desplazados, con esperanza, con ilusión, con energía para seguir adelante.

Entonces, cuando me preguntas ¿cómo me veo a mi mismo?, creo que hay un equilibrio delicado entre un pesimismo terrible y abrumador por todo lo que veo, y un optimismo y una energía que me contagian estas personas que aun en las situaciones más desafortunadas dan un paso adelante.

[Adriana]: Indiscutiblemente son imágenes que siempre nos van a dar la oportunidad o la posibilidad de empatizar o no con una realidad. Después de todos los años que llevas presenciando y cubriendo el conflicto armado en Colombia, ¿qué imagen te deja la guerra?.

[Federico]: No hay ningún ganador en la guerra, no hay ningún ganador en la guerra y la imagen que me deja la guerra es eso: la tierra queda arrasada, las víctimas sumergidas en la tristeza y los victimarios hundidos también en la culpa. No es nunca una celebración de triunfo prolongada después de los días. Si acaso, momentos muy efímeros en los que ejércitos de un bando u otro celebran momentos instantáneos de lo que ellos consideran triunfos sobre sus enemigos, que se convierten en cargas pesadas que los acompañan durante toda su vida, después de los macabros actos de violencia.

[Adriana]: Federico ¿Cuál es el recuerdo imborrable que tienes?

[Federico]: No puedo seleccionar un solo recuerdo imborrable porque creo que ser fotógrafo me enfrenta a imágenes potentes en mi memoria. Cada que empiezo a revisar, digamos, mi archivo en mi cabeza, cada que empiezo a tratar de hacer un recuento veo eso, pero; las madres llorando al lado de sus hijos, el dolor de las víctimas de las minas antipersonales, gritando alaridos ensordecedores mientras se desangran por haber perdido sus piernas, los cadáveres todavía tibios que han muerto por disparos... las imágenes de la violencia se graban muy hondo en la cabeza de los fotógrafos, no solo en las memorias de las cámaras y creo que son imágenes que me acompañan todos los días.

[Adriana]: Durante todos estos minutos nos has planteado cómo has visto desde la fotografía el horror de la guerra, ¿Te ha quedado alguna imagen de esperanza en medio de todo esto?.

[Federico]: Al principio de esta conversación citabas a Gabriel Garcia Márquez, cuando decía que ser periodista era tener el privilegio de cambiar algo todos los días. Yo no soy tan optimista, yo llevo más de 15 años documentando el conflicto en Colombia, viendo como cada día las comunidades indígenas, los campesinos, las comunidades afro y, en general, incluso, en las ciudades o en las periferias de las ciudades las personas han perdido calidad de vida, capacidad adquisitiva y los indicadores no me parecen muy positivos.

De todas maneras, cada vez que estoy fotografiando los horrores de la guerra, estoy preguntándome cómo hacen estas personas que sobreviven, cómo hacen estas víctimas que sobreviven, para levantarse al día siguiente a seguir empujando el carro de la vida, a parir un hijo, a criarlo, a cuidar un amigo, a cuidar un padre y para mí esos pequeños detalles de esperanza son los que me llenan de energía para seguir fotografiando, para llenarme de esperanza de que esto en algún momento, no sé cuándo cambie.

Cuando veo los trabajadores humanitarios, poniendo todo de parte de ellos, para apoyar y ayudar a las comunidades víctimas y cuando veo a estas mismas comunidades organizándose con las uñas para enfrentar cualquier situación adversa pienso que hay todavía esperanza en la humanidad y me contagio un poco de esa esperanza y con eso trato de seguir adelante con mis imágenes.

[Adriana]: Federico, de verdad muchísimas gracias por habernos regalado este tiempo sacar este rato para hacer esta conexión y estar hoy realmente invitado a este episodio del canal de pódcast del CICR: "Colombia vivir en medio del conflicto". Así que muchísimas gracias a ti por haber estado hoy con nosotros.

[Federico]: Muchas gracias a ti y de nuevo muchas gracias al CICR por esta invitación y por su trabajo en Colombia y en todo el mundo.

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