Artículo

México: comunidades afectadas por la violencia

Los altos niveles de violencia en México tienen graves consecuencias para la población y afectan de forma directas e indirecta las rutinas de personas, familias y comunidades, como se describe en el editorial de este informe.
La acción del CICR en contextos afectados por la violencia se propone fortalecer los mecanismos de resiliencia de las comunidades para prevenir y mitigar sus consecuencias. Trabajamos también para facilitar el acceso a los mservicios esenciales de salud y de educación.

Realizamos cursos de primeros auxilios para responder a las dificultades de acceso a la atención y derivación oportuna de los heridos y enfermos. Asimismo, contribuimos a fortalecer las capacidades de los profesionales de salud mediante la organización de cursos de trauma en salas de emergencias para garantizar la continuidad de la atención y para que esta sea segura, humana y efectiva.

En el ámbito educativo, trabajamos con una red de socios y contrapartes en los planos local, estatal y nacional para fortalecer el acceso a la educación de los niños en comunidades y hacer de las escuelas espacios más seguros. Colaboramos con las autoridades educativas, la Cruz Roja Mexicana, el Instituto Nacional Electoral (INE) y con escuelas de Tamaulipas y Chihuahua.

En diversas zonas afectadas por la violencia en el mundo, aproximadamente un 22% de la población requiere de servicios de salud mental, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. En México, la población que sufre a causa de la violencia busca apoyo en los servicios de salud y en otros espacios comunitarios de confianza; sin embargo, no siempre recibe una respuesta adecuada. Por eso, trabajamos para fortalecer la capacidad de respuesta de los equipos de salud y salud mental, así como de otro personal de confianza en las zonas afectadas por la violencia, para que respondan con calidad a las necesidades psicológicas y psicosociales de la población.

Roberto es un estudiante de Matamoros, Tamaulipas, que relata la angustia de un niño de doce años en una escuela.

Hay muchas balaceras. Uno puede estar en clases y, si empieza todo eso, puede salir una bala perdida y ocasionar una muerte.

Datos

11.100 estudiantes y 200 docentes en 70 escuelas
846 profesionales de la salud, profesores y padres de estudiantes
47 personas afectadas por la violencia
39 líderes comunitarios y personal de salud
1.233 alumnos de 7 escuelas
400 personas participaron
360 integrantes de la comunidad y servidores públicos
2 mesas de trabajo
91 prestadores de servicios de salud mental