Debido a los conflictos en la región del Bajo Aguán, decenas de familias campesinas han tenido que dejar sus hogares, lo que ha provocado diversas consecuencias humanitarias, entre ellas, la dificultad para acceder a agua potable.
Debido a los conflictos en la región del Bajo Aguán, decenas de familias campesinas han tenido que dejar sus hogares, lo que ha provocado diversas consecuencias humanitarias, entre ellas, la dificultad para acceder a agua potable.
Las familias del asentamiento de La Lempira consumían agua de una fuente superficial, donde además se bañaban o lavaban su ropa, lo cual ocasionaba riesgos para su salud.
Como respuesta a esta necesidad humanitaria, la Misión del CICR en Honduras habilitó servicios de acceso a agua potable en el sector donde fueron reubicadas las viviendas de las familias campesinas.
Un joven lleva agua a su comunidad, que obtuvo del sistema de agua potable que fue habilitado por el CICR en La Lempira, en el 2014.
Con la capacitación y supervisión brindada por el CICR, los pobladores de La Lempira participaron activamente en la habilitación del pozo de agua. Esto, además de facilitarles el acceso a agua de forma casi inmediata, les permitirá tener beneficios en el futuro, pues han aprendido a operar el sistema y darle mantenimiento.
Orbelina Flores, del asentamiento La Nueva Confianza, disfruta del agua del pozo habilitado por el CICR. Al fondo se puede observar el tanque elevado en su última etapa de construcción, que ahora abastece de agua a las familias.
Directivos del patronato y miembros del comité de salud del asentamiento de La Panamá, así como promotores de Cruz Roja Hondureña, realizan un ejercicio de ubicación de los beneficiarios del proyecto de construcción de almacenamiento de agua, puesto en marcha por el CICR.
El CICR busca contribuir con soluciones a largo plazo, brindando a los habitantes de las comunidades las herramientas y conocimientos técnicos necesarios para asegurar la sustentabilidad de los proyectos que facilitan el acceso al agua.
El Bajo Aguán, región que rodea el río Aguán, en el noroeste de Honduras, ha sufrido, por años, las consecuencias humanitarias de la violencia por conflictos de acceso a la tierra.
Para ayudar a mitigar estas consecuencias, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Cruz Roja Hondureña brindaron asistencia para facilitar el acceso a agua potable y mejorar las condiciones de saneamiento básico y ambiental.
Con los proyectos de Agua y Hábitat del CICR se han beneficiado aproximadamente 3.122 personas que viven en las zonas más vulnerables, especialmente en las comunidades y asentamientos campesinos de La Lempira, La Nueva Confianza, Marañones, La Panamá, La Aurora y zonas aledañas.
En el marco del Día Mundial del Agua, reseñamos el impacto que ha tenido para estas comunidades contar con acceso a agua potable.