En 2021, gran parte de nuestra respuesta se centró en las crisis multidimensionales que surgen del impacto combinado de conflictos prolongados, las consecuencias de la pandemia por COVID-19 y el cambio climático.
En todo el mundo, ayudamos a millones de personas a satisfacer sus necesidades más urgentes, tener acceso a servicios esenciales y desarrollar su resiliencia ante los efectos del conflicto y la violencia.
Apoyamos a los centros de atención de la salud para garantizar el acceso a la atención vital para las personas que viven en zonas de conflicto o áreas desatendidas.
Miles de personas detenidas recibieron visitas del CICR. Verificamos su situación y brindamos apoyo para mejorar sus condiciones de vida.
Con nuestros socios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, permitimos que las familias separadas restablecieran el contacto y buscamos a las personas desaparecidas en relación con conflictos armados, migración u otras razones.
Complementando este trabajo, buscamos limitar el sufrimiento humano mediante la promoción del respeto por el derecho internacional humanitario y otras normas aplicables, la difusión de los principios humanitarios básicos y el planteamiento de cuestiones de interés con quienes tienen influencia sobre esos temas a nivel nacional, regional y mundial.