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Somalia: equipos móviles prestan servicios de salud en lugares “muy, muy alejados”

Las familias parecían salidas de la nada. En esta aldea remota y solitaria, la muerte y la enfermedad acechan a los residentes rurales y dan una apariencia fantasmagórica a esta región azotada por la sequía.

Los miércoles, sin embargo, llega el equipo sanitario móvil. La aldea Ceel-Qorrah vive una eclosión de actividad: madres con niños a rastras se acercan a raudales, y, cuando la camioneta con el símbolo de la Media Luna Roja detiene su marcha, comienza la labor.

La lucha contra la malnutrición y las enfermedades es acuciante en las pequeñas y áridas aldeas de Somalia. Con la ayuda de la Media Luna Roja Somalí, se están desplegando equipos móviles en comunidades que han quedado sin acceso a la asistencia de salud básica a causa de conflictos, desastres y largas distancias.

Una de esas aldeas es Ceel-Qorrah, en la región meridional de Galgaduud. La sequía hizo estragos con el ganado y puso en riesgo la forma de vida de las comunidades pastoriles. Las aldeas adonde acuden los equipos sanitarios móviles están ubicadas a más de cien kilómetros de los poblados vecinos de mayor extensión.

"Las aldeas en las que trabajamos están en lugares muy, muy alejados", afirmó Dalmar, jefe del equipo sanitario móvil de la Media Luna Roja Somalí que opera en la zona. "No hay ningún otro servicio sanitario más allá del que brinda la Media Luna Roja."

Los seis enfermeros del equipo, que visten las características chaquetas rojas, descargan el material junto a un árbol y dentro de las viviendas improvisadas construidas con ramas atadas y techo de polietileno. Los enfermeros pesan y miden a los niños para verificar si padecen de malnutrición; las madres, entretanto, recogen la ración de galletas de alto valor calórico y vitamínico que se entrega todas las semanas a cada familia. Los gritos de los niños que son vacunados invaden el ambiente, y, simultáneamente, las estaciones obstétricas prestan cuidados prenatales y posnatales. Los casos sanitarios de mayor gravedad son derivados a la clínica de la Media Luna Roja Somalí más próxima, que se encuentra a tres horas de viaje en automóvil.

Todos somos uno

La aldea entera se siente viva a medida que se congregan sus residentes y los de las aldeas vecinas. Los voluntarios que integran el equipo de la Media Luna Roja son de la región, lo que incrementa el orgullo de formar parte de la comunidad.

"Adondequiera que vayamos, estamos acudiendo en ayuda de nuestros hermanos de Somalia", expresó Dalmar. "Nos dan la bienvenida y nos hacen lugar para que trabajemos. Esas personas son nuestros hermanos. Todos somos uno: no somos diferentes."

Ishaaq Moalim, uno de los enfermeros del equipo sanitario móvil de la Media Luna Roja Somalí, comparte un momento ameno con las mujeres a la vez que registra los datos de los niños que serán vacunados. CC BY-NC-ND / CICR / Mohamed Abdikarim

La Media Luna Roja Somalí, con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), está a cargo de once clínicas móviles en el sur y el centro de Somalia. Seis de ellas comenzaron a funcionar este año, como parte de una respuesta más amplia contra la sequía. Asimismo, el número de clínicas móviles se duplica, lo cual es un indicador de los niveles alarmantes de malnutrición y de los brotes de enfermedades —como el cólera— que son más proclives a aparecer cuando predominan las condiciones de sequía.

El CICR también presta apoyo a veinte clínicas de la Media Luna Roja Somalí en el sur y el centro de Somalia, así como a cuatro hospitales: dos están ubicados en Mogadiscio, uno en Kismayo y otro en Baidoa. El CICR se beneficia de una sólida asociación con la Media Luna Roja Somalí para facilitar el acceso a la asistencia de salud, gracias a la red de personal y voluntarios que esa Sociedad Nacional tiene en todo el país.

"Los somalíes compartimos tradiciones y raíces sólidas, por ende, somos bien recibidos adondequiera que vayamos", comentó Dalmar. Y agregó: "En cuanto a nosotros, les prestamos todo tipo de servicio que esté a nuestro alcance".

Dado que las lluvias gu (abril-junio) suelen ser escasas, las comunidades rurales ahora enfrentan meses de incertidumbre —situación a la que están acostumbradas— mientras esperan las lluvias de octubre. Si bien continúan teniendo muchas necesidades, el acceso a la salud ha dejado de ser uno de los problemas con los que deben lidiar en la actualidad.