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México: expertos debaten sobre la manifestación y el uso de la fuerza

En momentos en que en diversos lugares del mundo han sido recurrentes los cuestionamientos por excesos en la aplicación de la facultad del uso de la fuerza por parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, la Delegación Regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y América Central facilitó una mesa de análisis y debate entre autoridades, sociedad civil y academia mexicana.

Durante una reunión virtual de expertos sobre la manifestación y el uso de la fuerza -realizada en la segunda quincena del mes en curso- los especialistas coincidieron en la necesidad de buscar el diálogo durante las protestas sociales, aterrizar los protocolos de actuación para que los elementos de seguridad se apropien de ellos, y contar con información institucional sobre los patrones problemáticos que suelen darse en las manifestaciones.

Al encuentro, enmarcado en la campaña que la oficina regional del CICR impulsa desde el pasado 24 de julio para difundir el derecho y los estándares internacionales sobre el uso de la fuerza y promover su cumplimiento, se dieron cita Carlos Silva Forné, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Bernardo Gómez del Campo, subsecretario de Desarrollo Institucional de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México; Carla Ríos, subdirectora de la Brigada de Paz Marabunta y José Gabriel López Mejía, de la Coordinación Nacional del programa "Acceso más seguro" de la Cruz Roja Mexicana.

"Perseguimos poner sobre la mesa una visión amplia y multidisciplinaria, desde las distintas experiencias, ese debate que a menudo existe entre la responsabilidad de mantener el orden público por parte de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y el derecho de las personas y la ciudadanía a manifestarse de manera pacífica", dijo Jordi Raich, jefe de la delegación regional del CICR para México y América Central, quien fungió como moderador del encuentro.

"No sólo debemos contar con el eje del deber ser (marcos normativos, principios internacionales, reglas operativas de las corporaciones), sino que debemos aprender de los propios hechos cotidianos", consideró Silva Forné.

Para el investigador de la UNAM, es necesario que, sobre el ejercicio del uso de la fuerza existan reportes, documentos, información pública e incluso mucho más diálogo con la academia para analizar los patrones problemáticos que surgen en el contexto de las protestas sociales.

Ello debería ser eje central para la propia reflexión institucional y social, con miras a avanzar en mejores orientaciones acerca de lo que sería deseable en materia del uso de la fuerza.

En su oportunidad, Carla Ríos expuso que no debe perderse de vista el contexto de las manifestaciones tomando en cuenta la visión de todos sus actores. Aquellos que optan por una movilización social normalmente cargan dolor y hartazgo.

En ese contexto se requiere recuperar la confianza en las instituciones, y una vía para ello es garantizar la capacitación de los elementos en la correcta aplicación de los protocolos de actuación y sensibilizarlos sobre su función de proteger. La confianza, agregó, es necesaria para poder promover el diálogo y disuadir comportamientos que puedan desencadenar actos violentos. Recordó que la mediación y el diálogo es lo establecido en estándares internacionales como el principal accionar para facilitar la desescalada de un posible enfrentamiento.

Por su parte, Bernardo Gómez del Campo, coincidió en la necesidad de contar con protocolos sencillos que puedan aterrizarse. "Hay una gran área de oportunidad para poder crear no solamente los protocolos (...) también generar que éstos sean sencillos y de fácil aplicación para que se tenga un ámbito de respuesta del colaborador oficial en vía pública", dijo.

José Gabriel López Mejía, hizo énfasis en la necesidad del diálogo durante una protesta, así como entender a la otra parte, es decir, comprender quiénes son los manifestantes y por qué se manifiestan.

En paralelo, se necesita de entender las limitaciones, los conocimientos, los protocolos y herramientas que tiene el personal encargado de mantener la ley y el orden y en este caso, la necesidad de que se comprenda y entienda el papel de un actor humanitario, como la CRM, para que se facilite su trabajo.

El interés particular del CICR es favorecer la implementación de acciones que contribuyan a minimizar las consecuencias humanitarias derivadas de la aplicación del uso de la fuerza.