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Panamá: Balance Humanitario 2024

De la mano con la Cruz Roja Panameña, trabajamos para brindar una respuesta humanitaria a las personas migrantes tras su paso por el Darién.

Conoce más en nuestro informe de actividades 2024.

En 2023, de acuerdo con cifras oficiales, más de 500.000 personas atravesaron la peligrosa selva del Darién, sorteando múltiples riesgos que ponen en peligro su vida: desde la falta de acceso a servicios esenciales, hasta ser víctimas de robo, extorsión, ataques sexuales o fallecimiento.

Como parte de nuestra misión, nos esforzamos para salvaguardar la vida y dignidad de las personas migrantes. Nuestro rol es estrictamente humanitario: no incentivamos ni desincentivamos la migración.

En estrecha colaboración con la Cruz Roja Panameña (CRP) y otras organizaciones internacionales, y a través del diálogo directo y confidencial con las autoridades involucradas en la respuesta a las personas en contexto de movilidad, trabajamos en 2023 para fortalecer la resiliencia de las personas migrantes y mitigar los riesgos que enfrentan.

En conjunto con la Cruz Roja Panameña, ofrecimos a las personas migrantes llamadas telefónicas, carga de baterías y acceso a internet para que pudieran comunicarse con sus seres queridos. Además, recibimos reportes de búsqueda de las familias y las gestionamos en coordinación con las autoridades panameñas.

En el caso de las personas que fallecieron en su trayecto, facilitamos acciones para su identificación científica por parte de las autoridades e impulsamos un trato digno a los cuerpos, a través de proyectos y gestiones para su resguardo adecuado, asegurando su trazabilidad individual para una posible posterior entrega digna a sus familias.

Continuamos promoviendo el derecho internacional humanitario y los estándares internacionales de derechos humanos asociados con nuestro mandato y labor humanitaria en Panamá, y seguimos colaborando con la Cruz Roja Panameña para garantizar una respuesta humanitaria efectiva y coordinada a las personas frente a situaciones de vulnerabilidad.

En cada acción que emprendemos, reafirmamos nuestro compromiso con el bienestar y la seguridad de quienes confían en nuestra acción humanitaria.

El Darién: una selva de esperanza, dolor e incertidumbre

Alexandre Le Breton
 Jefe de la Misión del CICR en Panamá 

Nadie está listo para el Darién. Nadie está listo para los días de travesía en la selva entre peligros inminentes, ni para hallar cadáveres en el camino. Nadie está listo para cruzar ríos con la angustia de perder a sus hijos. Nadie.

LEER EDITORIAL: "El Darién: una selva de esperanza, dolor e incertidumbre

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Joel, migrante venezolano. Comunidad de Bajo Chiquito en Darién.

"Para decirle, amigo, será 80% de muerte y 20% de vida. No le voy a decir que es fácil, que se vengan todos. Si yo pude, ellos también, pero es súper riesgoso. Te lo juro, lo peor que puede pasar en mi vida, algo que nunca se me va a olvidar. Es algo horrible, feo, casi me ahogo, se me iba a ahogar mi hija. Si no es por el que me ayuda, me ahogo. En la selva al amigo mío le robaron el bolso con la plata, los teléfonos.

Allí no hay nada, nada. Hasta que llegamos aquí solamente (comunidad de Bajo Chiquito), el resto para allá no hay nada, solo, pura agua, agua y monte".

Jennifer, migrante venezolana. Comunidad de Canaán Membrillo en Darién.

"Soy mamá de dos hijos, uno de 14 y otro de 16 años, soy técnica superior en Administración de recursos humanos y soy madre soltera. Enfrenté muchos retos desde el principio, el primero fue haber dejado a mis hijos (...) para poder migrar y emprender este camino, en el que no sabes lo que te espera, nadie sabía, ni ellos ni nosotros sabíamos lo que nos esperaba. Es peor que lo que cuentan.

Creo que es el peor infierno que una persona puede vivir en su vida, es algo que no tiene ni palabras; creo que si tomas el testimonio de cada uno te darás cuenta de que las experiencias no son todas iguales, hay quienes lo pasaron peor. Nosotros tal vez nos quejamos y llegamos bien, pero hay gente que viene peor, gente que murió, madres que vinieron con sus hijos, que se arriesgaron y perdieron a sus hijos en el camino, esposos... Hubo una chica (a quien) se le murió su esposo en el pantano y la dejaron sola, no sabemos si salió o se quedó con su esposo.

Decidí migrar porque quiero salir adelante, llevarme a mis hijos a los Estados Unidos, si Dios lo permite, darles una mejor calidad de vida, esa es la meta".

Yesenia, persona privada de libertad.

"Yo, Yesenia, me considero una mujer fuerte, luchadora, humilde y sencilla. Madre de cuatro hijos, de los cuales solo tengo tres. Hace tres meses falleció mi única hija mujer, a quien desde que caí aquí no la pude ver más. Tengo mis tres hijos varones afuera, uno es menor de edad que lo está pasando algo mal, porque al estar yo acá no quiere seguir estudiando y no puedo ayudarlo porque estoy aquí.

Mi plan es salir de aquí, seguir luchando por mis hijos, darles lo mejor de mí; que vean que a pesar de mi error puedo seguir adelante y sacarlos adelante de otra manera, una mejor".

Yeni, comunidad de acogida. Comarca Emberá-Wounaan. Comunidad de Canaán Membrillo en Darién.

"Soy madre soltera, tengo 4 hijos; soy una mujer wounaan fuerte, he nacido aquí y soy de aquí. Aquí comienzo a cocinar, así que dejo a mis hijos en la casa; cocino y comienzo a recibir a los migrantes, también despacho la tienda. A veces los migrantes vienen sin comida y les doy comida, nos cuentan que no tienen dinero para tomar refresco y les doy cosas de la tienda a los que no tienen nada. A veces llegan madres con bebés sin dinero para comer, así que les doy comida de la cocina".

Gabriel, migrante venezolano.

"Mi ruta comenzó en el 2016, en Venezuela. Salí hacia Perú, de Perú salté a Chile, de Chile a Argentina, me devolví a Bolivia, de Bolivia a Perú, de Perú a Ecuador, de Ecuador a Colombia y ahora que estoy acá en Centroamérica, imagínate. He caminado bastante y me ha tocado cambiar mi situación, desde donde estaba, desde mi hogar, ir a la calle... muchas veces me tocó vivir en situaciones duras, pero no imposibles, y mi mayor ambición de todo es poder estar tranquilo y vivir en paz, en una situación en donde todos seamos uno".

México y América Central:"la urgencia de una respuesta coordinada ante la violencia silenciosa"

Olivier Dubois
Jefe de la delegación regional del CICR para México y América Central

Son estas violencias silenciosas las que más nos preocupan, pues corren el riesgo de pasar inadvertidas aun cuando perturban la tranquilidad y los sueños de familias y comunidades enteras. Solo desde la cómoda distancia podría parecer que no pasa nada y que el silencio no es miedo, sino sosiego.

LEER EDITORIAL: "La urgencia de una respuesta coordinada ante la violencia silenciosa"

 

Conoce más de nuestro trabajo en México y América Central 

Para descargar nuestros balances humanitarios por cada país que cubre la Delegación, dale clic a cada una de las imágenes a continuación. 

México y América Central:"la urgencia de una respuesta coordinada ante la violencia silenciosa"

Olivier Dubois
Jefe de la delegación regional del CICR para México y América Central

Son estas violencias silenciosas las que más nos preocupan, pues corren el riesgo de pasar inadvertidas aun cuando perturban la tranquilidad y los sueños de familias y comunidades enteras. Solo desde la cómoda distancia podría parecer que no pasa nada y que el silencio no es miedo, sino sosiego.

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