La violencia no causa solo heridas físicas, también genera impactos negativos en la salud mental y el bienestar de las personas. Los campesinos de Arroyito, un asentamiento rural situado en Concepción, en el norte de Paraguay, sufren desde hace años las consecuencias humanitarias de la violencia presente en esa región del país.
La crisis de ansiedad, el miedo generalizado, la sensación permanente de desconfianza, la estigmatización y la pérdida de la cohesión social son algunas consecuencias visibles tanto en la población infantil como en los adultos.
"En esta situación de violencia que se ha vivido en esta zona, definitivamente los ha afectado. Y esto hoy es emergente. O sea, anteriormente la gente no conversaba, no hablaba. El tema estaba ahí en el aire, pero no se comentaba" cuenta Alma María, psicóloga de la Cruz Roja Paraguaya (CRP).
Programa de Apoyo Psicosocial
"La respuesta que hemos recibido nos ha llamado la atención, porque definitivamente la población ha sido bastante abierta a participar en estas actividades. Y lo que queremos apuntar es el protagonismo de esta comunidad para salir de esa situación", consideró la psicóloga.
El programa de apoyo psicosocial es parte de las actividades desarrolladas por el CICR en la región. Tiene como objetivo fortalecer el desarrollo de estrategias psicosociales de afrontamiento individual y comunitario a los efectos derivados de situaciones de violencia.
Además del programa de Apoyo Psicosocial, el CICR, con el apoyo de la Cruz Roja Paraguaya (CRP), promovió la creación de un centro comunitario y de un parque infantil, y está actualmente implementando proyectos de "Rehabilitación y Mejoramiento del Sistema de Abastecimiento de Agua" y programas de huertas familiares.
La Delegación Regional del CICR para Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay desarrolla programas de Salud Mental y Apoyo Psicosocial (SMAPS) en contextos y temáticas específicas, como el soporte a los familiares de personas desaparecidas en Brasil, a víctimas de violencia en zonas rurales de Chile y Paraguay, y con el apoyo técnico a las autoridades de salud de Rio de Janeiro (Brasil) en la atención a las personas y comunidades afectadas por la violencia urbana.
