Varios cientos de personas que habían regresado a sus hogares después de un brote anterior de violencia se vieron obligadas a huir nuevamente cuando la violencia en la capital, Bangui, recrudeció a fines de septiembre. La mayoría retornó a los sitios de los cuales se había ido pocas semanas antes. Las condiciones son duras, y estas personas tienen una necesidad creciente de alimentos, agua, albergue y atención médica.
