Más de 3.500 personas que recibieron esta ayuda de emergencia habían huido de los enfrentamientos en las colinas de Busolo, cerca de Luntukulu. Se refugiaron en poblados que ya estaban seriamente afectados por el conflicto.
Más de 3.500 personas que recibieron esta ayuda de emergencia habían huido de los enfrentamientos en las colinas de Busolo, cerca de Luntukulu. Se refugiaron en poblados que ya estaban seriamente afectados por el conflicto.
Más de 3.500 personas que recibieron esta ayuda de emergencia habían huido de los enfrentamientos en las colinas de Busolo, cerca de Luntukulu. Se refugiaron en poblados que ya estaban seriamente afectados por el conflicto.
Cada família recebeu 30 kg de farinha de milho, 10 kg de feijão, 5 lt de óleo vegetal e sal para satisfazer as suas necessidades básicas.
Cada familia recibió 30 kilos de harina de maíz, 10 kilos de alubias, 5 litros de aceite vegetal y sal de cocina, a fin de satisfacer sus necesidades básicas.
En Luntukulu, el principal poblado donde se desplazaron los habitantes de la zona de Busolo, el precio de la harina de mandioca, base de la alimentación congoleña, se duplicó en algunas semanas.
En Luntukulu, el principal poblado donde se desplazaron los habitantes de la zona de Busolo, el precio de la harina de mandioca, base de la alimentación congoleña, se duplicó en algunas semanas.
Wabiwa Witakenge es la jefa de la aldea de Ndiba. Esta mujer dinámica tiene ocho hijos, y acogió a doce personas desplazadas en su casa. Desde principios de octubre, por cuestiones de seguridad, ya no puede acceder a sus campos, donde cultivaba alubias, mandioca y maíz. La agricultura es la principal fuente de ingresos de muchos hogares; el hecho de no poder acceder a sus campos conllevó problemas de nutrición y un aumento de precios de los alimentos en la región.
Muchas familias tienen dificultades para satisfacer sus necesidades básicas. Para compensar la pérdida de ingresos del sector agrícola, algunas personas hacen trabajos informales en las minas a cielo abierto de la región. Otros transportan mercaderías a través de largas distancias para comerciantes locales. Pero, por falta de medios, los niños están perdiendo la escolaridad.
En esta región donde los conflictos son incesantes, las familias que huyen de la violencia a menudo deben caminar varias horas para encontrar refugio en otro pueblo. La solidaridad es profunda entre las comunidades desplazadas y las comunidades de acogida, y comparten parcelas de cultivo.
Los equipos del CICR trabajan incansablemente en Kivu Sur para proteger y ayudar a las víctimas de conflictos. En 2016, distribuimos alimentos a más de 40.000 personas residentes o desplazadas en esta provincia.
En Walungu, provincia del Kivu Sur, miles de personas tienen dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias, como consecuencia de los enfrentamientos incesantes entre las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo y grupos armados. Como ya no pueden acceder a sus campos y, por ende, a su producción agrícola, comunidades enteras enfrentan problemas serios de nutrición. En diciembre, el CICR distribuyó alimentos que más de 8.500 víctimas de los conflictos armados en la región de Luntukulu requerían con urgencia.