Damasco (CICR) – Las necesidades de asistencia de salud aumentan el el nordeste de Siria a raíz de las hostilidades. El 19 de agosto, se registró la explosión de una bomba en Qamishli. Esta semana, se proporcionaron insumos médicos a los hospitales en las ciudades de Qamishli, Ras el-Ein y Hassakeh, en el marco de una operación conjunta desplegada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Media Luna Roja Árabe Siria (MLRAS).
"Hassakeh fue escenario de intensos enfrentamientos que duraron varias semanas, en los cuales hubo muchas personas heridas que necesitaban atención de urgencia. La existencia de numerosas líneas de frente dificultan el acceso a Hassakeh para las entregas de suministros normales. Los materiales que hemos proporcionado ayudaron a reponer las reservas del hospital", dijo Béatrice Oechsli, jefa adjunta de la delegación del CICR en Siria, que encabezó la operación. El equipo visitó los hospitales y dialogó con los profesionales médicos y los pacientes para comprobar por sí mismo las crecientes necesidades de asistencia de salud.
En total, se distribuyeron seis toneladas de insumos médicos, suficientes para tratar a 300 heridos graves. Cada paquete de una tonelada contiene materiales como compresas, yeso para inmovilización de fracturas, materiales de sutura, fluidos intravenosos y medicamentos. Los paquetes fueron transportados por avión desde Damasco a Qamishli, donde uno de ellos fue trasladado al hospital Qamishli, dos al hospital Ras el-Ein y los otros tres al hospital nacional en Hassakeh, a 80 km al sur de Qamishli.
Más de cuatro años de hostilidades ininterrumpidas han afectado gravemente el sistema de salud de Siria. Decenas de centros de salud han sido destruidos y no quedan profesionales médicos calificados ni insumos médicos suficientes para responder a la escala de las necesidades. Para colmo, casi no hay servicios de salud para los civiles que viven en zonas sitiadas o gravemente afectadas por los enfrentamientos.
"El acceso a la asistencia de salud es un derecho inalienable", dijo la señora Oechsli. "Todos los que participan en las hostilidades tienen el deber de proteger las instalaciones de salud y permitir que los profesionales médicos lleven a cabo sus labor de manera imparcial. Exhortamos a todas las partes a velar por que los heridos y enfermos gocen de acceso a servicios de salud vitales".
En Siria, el CICR ayuda a la MLRAS y a las autoridades suministrando insumos médicos, generadores y otros equipos, y apoyando las unidades de salud móviles y el programa de rehabilitación para personas con discapacidades de la MLRAS. También proporciona mosquiteros tratados con insecticida para la prevenir la leishmaniasis, repara los sistemas de agua de los hospitales y otras partes de la infraestructura, y brinda formación al personal médico. Desde principios de 2015, más de 800.000 personas en Siria se han beneficiado de las actividades de salud del CICR.
El CICR también trabaja en el sistema de abastecimiento de agua de la gobernación de Hassakeh. En 2015, emprendió más de 60 proyectos hídricos en beneficio de aproximadamente el 80% de la población. Los proyectos abordan, entre otras tareas, el mantenimiento y la renovación de plantas de bombeo, suministro y tratamiento de agua y el sistema de agua y saneamiento de los centros que alojan a personas desplazadas.
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