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Venezuela: Volver a escuchar la voz de su hija fue un bálsamo para su corazón

Por más de un año y medio, Susana* había perdido el contacto con su hija Daniela, quien se fue de Venezuela a inicios de 2020. Apenas quince días después de irse, Daniela perdió el contacto con su familia y estuvo meses sin poder escuchar de nuevo la voz de su madre y sus hermanos. Hoy, día internacional de la familia, Susana nos cuenta su historia y cómo volvió a saber de su hija gracias al programa de Restablecimiento de Contacto entre Familiares del Movimiento Internacional de la Cruz Roja

Era una tarde de octubre y en Camatagua, estado Aragua, llovía a cántaros. Susana y sus dos hijos estaban en su casa. Cerca de la una de la tarde, escucharon que alguien llamaba en la puerta: "Buenas, señora Susana, buenas tardes", decía.

Como el esposo de Susana trabaja en el cementerio de la zona, todos en casa están acostumbrados a que los vecinos vayan a buscarlo cada vez que alguien muere, eso fue lo que pensaron, y Susana no reparó en salir a ver, a pesar de la lluvia. Al llegar a la puerta, vio a una joven a quien no reconoció, sólo identificó una cruz roja en su camisa. "Sí, dígame, qué necesita" le preguntó, aún sin precisar de quién se trataba. Gracias a esa visita, a Susana le volvió la luz a la mirada y su familia volvió a unirse.

Daniela es la penúltima de los 5 hijos de Susana. Cuando se fue, acordaron llamarse por teléfono en tanto llegara a Colombia, pero una vez allá, no pudo volver a comunicarse, pasaron meses y no volvieron a saber de ella. Para Susana, cada minuto sin saber de su hija le robaba la tranquilidad. "Sólo una madre sabe lo que se siente al extrañar y no saber absolutamente nada [de su hija]" dice, con la voz quebrada. Pero el amor de sus otros hijos y la comprensión y apoyo de su esposo la alentaron día a día a no perder la esperanza.

Susana cuando recibió el Mensaje Cruz Roja con noticias de su hija

"Intentamos comunicarnos con ella muchas veces, llamamos a varios amigos que estaban en Colombia, pero nadie podía darme respuesta, porque ninguno de mis amigos estaba cerca de donde Daniela iba a llegar. A pesar de eso, mi corazón siempre me dijo que tarde o temprano mi hija y yo nos íbamos a reencontrar."

La familia de Susana es grande; viven juntos ella, su esposo, dos hijos y dos nietos. Son una familia que se apoya mucho, todos se alegraron cuando el CICR llegó a su casa con buenas noticias. Ese día se reunieron en la sala, Susana se sentó en uno de los muebles y todos los demás alrededor de ella. Leyeron la carta escrita por Daniela con asombro y alegría; las noticias que trajo el CICR fueron un bálsamo para sus corazones. "Sí es ella, mamá, esa es su letra" dijo la otra hija de Susana. "Esa es mi hermana", decía emocionada y con lágrimas en los ojos.

"Sentí muchas cosas en ese momento, nostalgia, alegría, emoción", dice Susana, quien después de un año y medio de aquel día en el que se despidió de su hija confiesa que, aunque quería mostrarse muy fuerte, sentía una gran tristeza. A pesar de eso, dice que para ella seguir adelante fue más fácil, porque durante este tiempo siempre pudo apoyarse en personas que la ayudaron. "Hay que vivirlo, para saber que cuando uno necesita a alguien, puede contar con amigos y también con personas que uno no conoce".

En los últimos meses su vida ha cambiado, todos han aprendido a sentir un abrazo virtual de Daniela. A Susana se le ve ahora más tranquila, la angustia ha ido desapareciendo de su corazón, está enfocada en su trabajo. Daniela está bien, está trabajando también. Cada cierto tiempo hacen una llamada para celebrar un cumpleaños o simplemente para ponerse al día.

Mi familia ahora está completa

Susana

"El amor, el vínculo con los hijos es eterno y a pesar de todas las circunstancias uno siempre sabe que los va a volver a ver. Mi familia ahora está completa, no estamos en el mismo sitio, pero estamos juntos"

*Este y todos los nombres han sido sustituidos para proteger la identidad de las personas en esta historia.

El CICR trabaja junto con la Cruz Roja Venezolana a través del Programa de Restablecimiento de Contacto entre Familiares (RCF) para prevenir y restablecer el contacto entre personas que están separadas de sus familias por consecuencia de la violencia armada, desastres naturales o la migración. Durante el primer trimestre de 2022 hemos apoyado a las familias a través de:

• 2.692 servicios de conectividad (llamadas, conexiones a WIFI, recarga de baterías) y 2.690 orientaciones para viajeros ofrecidas en 13 puntos de conectividad alrededor de Venezuela.
• 73 Mensajes Cruz Roja entregados a familias (el Mensaje Cruz Roja es una carta con información personal que envían las personas a sus familiares con quienes han perdido el contacto y que es entregado por trabajadores/as del CICR y/o voluntarios/as de la Cruz Roja).
• 11 nuevas solicitudes de búsqueda abiertas y 8 personas localizadas satisfactoriamente.
Si has perdido el contacto con algún familiar, podemos ayudarte. Comunícate a través de familiares.vzla@icrc.org/ + 58 412 266 5945.

Conoce más de nuestro trabajo durante el trimestre enero-marzo de 2022