Yemen: muchas familias de duelo por ataque indiscriminado en aeropuerto

Mi visita a Yemen estuvo marcada por una profunda tristeza, a raíz de la muerte de tres colegas de nuestra institución. Es desolador pensar en toda la violencia que ha sufrido el pueblo de Yemen en los últimos cinco años, en las pérdidas diarias que provocan los enfrentamientos constantes y en la desesperanza en el contexto de una pandemia mundial, que se suman a las consecuencias del conflicto prolongado.

El ataque en el aeropuerto de Adén, ocurrido el pasado 30 de diciembre, fue indiscriminado y sirve como crudo recordatorio de lo que soportan las personas civiles atrapadas en medio del conflicto y de la violencia en Yemen. Según las últimas cifras oficiales, murieron 28 personas y resultaron heridas 113, entre las cuales había pasajeros, personal del aeropuerto y familiares que recibían o despedían a sus seres queridos, personas para quienes el mundo cambió en un instante.

Tres de nuestros colegas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también fallecieron en el ataque —Saidi Kayiranga, Hamid Al-Qadami and Ahmed Wazir—, empleados dedicados a ayudar a personas necesitadas. Por más difíciles que hayan sido las visitas, me alegra haber podido reunirme con familiares de las víctimas para manifestar mi apoyo y expresar nuestro más sentido pésame de parte de todo el CICR. Nuestros colegas heridos también están en nuestros pensamientos, así como los que presenciaron y sobrevivieron al ataque, y están hoy sobrellevando sus efectos físicos y psicológicos.

Este no es el primero de este tipo de ataques en Yemen, donde la población civil ha soportado lo peor y sufrido todas las pérdidas. Ya lo hemos dicho muchas veces y seguiremos repitiéndolo: todos los actores que participan en la violencia en Yemen deben resguardar y proteger a la población civil, y disponer lo necesario para que el personal humanitario pueda desempeñar su labor.

Respuesta del CICR a la designación de Estados Unidos respecto de Yemen

Nos alarma cada vez más la situación en todo Yemen, y tenemos la determinación de hacer todo lo que podamos para ayudar a aliviar el sufrimiento y prestar asistencia. Además de la violencia continua y fatal que se desata en distintas partes del país, la pandemia por COVID-19 ha afectado a muchas comunidades, las enfermedades infeccionas estacionales se cobran miles de vidas todos los años y la elevada inflación ha provocado el aumento desenfrenado de precios de alimentos, medicamentos y otros artículos básicos.

Teniendo en cuenta estas circunstancias, al CICR le preocupan las consecuencias negativas que podría llegar a tener, para la situación humanitaria en Yemen, así como para la prestación de asistencia humanitaria imparcial a quienes la necesitan, la designación por parte de Estados Unidos de Ansarullah como organización terrorista extranjera. En particular, al CICR le preocupa el efecto de "enfriamiento" que pueda generar esta clasificación para la acción humanitaria, es decir, que se impida o se demore la asistencia. El aumento de los riesgos operacionales y las medidas para mitigar riesgos que adopten los bancos y el sector privado en respuesta a esa designación, en última instancia, pueden llegar a restringir la respuesta humanitaria en Yemen.

Los Estados que decidan imponer esas medidas deben considerar las consecuencias humanitarias y aplicar disposiciones, como excepciones humanitarias, encaminadas a reducir cualquier impacto negativo para las poblaciones afectadas y la acción humanitaria imparcial.
No han pasado ni siquiera dos semanas de este 2021. Para Yemen, este nuevo año comenzó de la misma manera en que terminó el anterior: con violencia, miedo y pérdidas. Las personas que viven allí necesitan apoyo más que nunca, y el CICR, en su carácter de actor humanitario independiente, imparcial y neutral, hará todo lo posible por prestar asistencia.