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Haití: La intensificación de los enfrentamientos sume a la población en una crisis humanitaria sin perspectivas de futuro

An ICRC staff helps a woman in Haiti to carry some buckets.
James Peterson JOACHIM/CICR

En Haití, la situación es cada día más dramática. La violencia armada se intensifica en Puerto Príncipe y en otras regiones, lo que obliga a miles de familias a huir con urgencia de su domicilio. Los enfrentamientos entre los grupos armados de la coalición Viv Ansanm y las fuerzas gubernamentales sumen al país en una espiral de caos, por lo cual es casi imposible el acceso a los servicios esenciales.

Las poblaciones de los barrios más afectados carecen de todo: asistencia de salud, agua potable, alimentos, seguridad. Muchos niños y niñas, mujeres, enfermos y heridos quedan sin protección, expuestos a una violencia cotidiana.

Según la ONU, desde enero de 2024, al menos 5.600 personas perdieron la vida, y más de un millón se vieron obligadas a abandonar su hogar. La crisis, que ya es alarmante, se agravó aún más a partir de noviembre de 2024, con la extensión de los enfrentamientos armados a varias zonas, especialmente a Kenscoff, en febrero de 2025, y a Mirebalais, en marzo de 2025.

Una mujer en Haití con elementos de primera necesidad.
James Peterson JOACHIM / CICR

Annette, de unos cincuenta años, vive sola en un lugar para desplazados (Haitel site) en Puerto Príncipe. Vivía tranquilamente en Pernier con un familiar cuando grupos armados invadieron su zona. Desempleada durante varios años y sin ningún otro sitio adonde ir, se vio obligada a venir a vivir a este campo de desplazados. Hizo estos comentarios durante una distribución de kits de higiene.

El colapso de los servicios esenciales

Las consecuencias de esta violencia son catastróficas. Los hospitales ya no pueden funcionar correctamente. El Hospital Universitario Estatal de Haití (HUEH), el establecimiento público más grande del país, fue atacado mientras se preparaba para su reapertura. El hospital privado Bernard Mevs, al igual que varios trabajadores humanitarios, también fue objeto de actos violentos. Ya en 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicaba que menos del 40 % de las instalaciones de salud funcionaban con normalidad en la capital.

En muchos barrios, el acceso al agua potable se vuelve un desafío cotidiano, incluso, un peligro mortal. A menudo, los habitantes deben poner en riesgo su vida para ir a buscar agua, ya que algunos puntos de abastecimiento se encuentran en zonas afectadas por los enfrentamientos armados. Los proveedores de agua, públicos y privados, dudan a la hora de hacer entregas en esas zonas, por los riesgos de ataque.

“Todas las necesidades son urgentes”, alerta Marisela Silva Chau, jefa de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Haití. “Los servicios básicos están suspendidos: las escuelas cierran, el sistema de salud se derrumba, y encontrar alimentos o agua se vuelve un verdadero calvario, tanto para las poblaciones desplazadas como para aquellas que permanecen en estas zonas desoladas”.

ICRC staff holds a talk with a community in Haiti.
James Peterson JOACHIM / CICR

Un contexto agravado por las epidemias y la violencia sexual

La crisis humanitaria no se limita a la escasez. En Haití también se está produciendo un rebrote alarmante de cólera. En marzo de 2025, se declararon 200 casos en Cité Soleil, un barrio afectado por la violencia armada prolongada, y lo mismo ocurrió en varios campamentos de personas desplazadas alrededor de la capital.

La educación también está en peligro, ya que al menos 200 escuelas quedaron destruidas entre 2024 y 2025, y otras están ocupadas por familias desplazadas, que no tienen adónde ir. Por esa razón, cientos de miles de niños y niñas se ven privados de la educación, un factor que amenaza con acentuar aún más la inestabilidad a largo plazo.

Otro drama silencioso es el pronunciado aumento de la violencia sexual. En enero de 2025, la ONU informó un incremento del 1.000 % de los casos de violencia sexual contra los niños y niñas. Al no tener acceso a estructuras de apoyo adecuadas, las víctimas se encuentran libradas a su suerte, en un clima de terror e impunidad.

“La intensificación de la violencia y los incesantes ataques tienen un impacto psicológico devastador”, agrega Marisela Silva Chau. “Es urgente prevenir la violencia sexual, garantizar la protección de las poblaciones y ofrecer atención a las víctimas. Es indispensable el apoyo psicológico para ayudar a las familias y a las comunidades a superar estos traumas”.

A man in Haiti with a solar lamp he received.
James Peterson JOACHIM / CICR

Willy, de unos cuarenta años, vive actualmente en un asentamiento de desplazados en Puerto Príncipe (Cité-Castro). Antes vivía en casa con su mujer y sus dos hijas. Tuvo que abandonar su hogar y sus actividades cotidianas para buscar refugio en este campo. Sus dos hijas ya no van a la escuela debido a la violencia armada.

Hizo estas declaraciones durante una distribución de kits de higiene y lámparas solares en Puerto Príncipe (Cité-Castro).

El compromiso humanitario a pesar de las condiciones extremas

Ante esta catástrofe, el CICR y la Cruz Roja de Haití siguen movilizándose para prestar ayuda a las poblaciones más afectadas. Según la OCHA, en 2025, 6 millones de personas necesitan ayuda humanitaria de emergencia, y la cifra va en aumento.

Para responder a esta crisis, en 2024, el CICR puso en práctica acciones concretas:

Acceso a los servicios básicos de salud 

  • Establecimiento de puntos de estabilización médica en las zonas afectadas por la violencia armada, como Boston, Simon Pelé y Christ Roi, donde las evacuaciones sanitarias suelen ser difíciles.
  • Formación en primeros auxilios básicos de 600 miembros (de los cuales, 250 son mujeres) de comunidades altamente afectadas por la violencia armada, a fin de prepararlos para estabilizar correctamente a los heridos antes de su evacuación hacia las instalaciones de salud para que reciban una atención apropiada.
  • Apoyo a los servicios de ambulancia nacionales, mediante asistencia financiera para el mantenimiento de las ambulancias e incentivos para el personal movilizado durante los picos de violencia.
  • Donación de productos e insumos médicos a 10 establecimientos de salud de la región metropolitana de Puerto Príncipe, así como a 3 hospitales, para reducir el costo de los tratamientos y permitir que más de 2.000 pacientes heridos por armas de fuego sean tratados.
  • Asistencia financiera al Hospital Universitario de La Paix (HUP), para cubrir los gastos de alimentación de su personal de reserva movilizado las 24 horas, los 7 días de la semana, para responder a la afluencia de heridos.
  • Organización de sesiones de sensibilización sobre la violencia sexual, en las que participaron 102 miembros de la comunidad y del personal hospitalario, a fin de comprender mejor este flagelo y facilitar el intercambio de información y la derivación de los casos. 
  • Apoyo psicológico individual a los miembros del personal de salud que trabajan en la sala de urgencias del Hospital Universitario La Paix (HUP) y en los servicios de ambulancia nacionales, tras incidentes críticos ocurridos en el lugar de trabajo.

Acceso al agua, higiene y saneamiento para las personas más afectadas por la violencia armada, entre ellas las poblaciones desplazadas

  • Distribución de 2,6 millones de litros de agua potable a más de 55.000 personas en Cité Soleil, Delmas y Tabarre.
  • Instalación de tanques de agua con capacidad para 10.000 litrose instalación de dispositivos de lavado de manos para combatir enfermedades.
  • Suministro de combustible, de cloro y de equipos hidráulicos a los proveedores de agua, para garantizar la distribución en los barrios de difícil acceso.
  • Distribución de 2.000 kits de higiene, 2.000 lonas y 3.000 lámparas solares para ayudar a 2.500 familias desplazadas (alrededor de 12.500 personas).
  • Instalación de farolas solares en los campamentos de personas desplazadas para mejorar la seguridad nocturna.
  • Lanzamiento de campañas de limpieza y saneamiento en 20 barrios afectados por el desplazamiento poblacional, para mejorar la higiene y frenar la propagación de enfermedades.

Protección de las poblaciones más afectadas por la violencia armada 

  • Fortalecimiento de las capacidades de la Cruz Roja de Haití para comprender y responder a las necesidades tanto de las personas separadas a causa de la violencia, como del retorno de migrantes. Formación de ocho voluntarios para dar respuesta a las necesidades en Puerto Príncipe, Ouanaminthe, Belladère y Anse-à-Pitre.
  • Compromiso con las comunidades afectadas para fortalecer sus mecanismos de resiliencia, respondiendo a sus necesidades de asistencia y protección.
  • Organización de 9 sesiones de difusión sobre protección de los derechos humanos para comunidades, autoridades y líderes influyentes en la región metropolitana de Puerto Príncipe.

Sensibilización sobre derechos humanos y protección, destinada a los portadores de armas

  • Sensibilización destinada a 400 oficiales de la policía haitiana sobre el respeto de los derechos humanos en sus operaciones.
  • Formación de 140 oficiales internacionales (Kenia, Jamaica, Bahamas, Belice), desplegados en Haití en el marco de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad.
  • Recordatorio a los grupos armados de los principios humanitarios, para garantizar la protección de las poblaciones, de las comunidades y de la misión médica.

Cooperación con la Cruz Roja de Haití

  • Apoyo a los servicios de ambulancia, que permitió atender a 900 pacientes, de los cuales 170 eran víctimas de la violencia armada.
  • Distribución de ayuda humanitaria (kits de higiene, lonas, lámparas solares) a 500 familias desplazadas.
  • Formación de 80 voluntarios de la Cruz Roja en primeros auxilios en situación de violencia.

En un contexto tan inestable, el CICR continúa sus operaciones sin descanso, para garantizar el acceso al agua, a la asistencia de salud, a los alimentos y a la protección de las poblaciones más vulnerables.

Nuestra respuesta sigue siendo neutral e imparcial”, concluye Marisela Silva Chau. “Lo urgente es proteger a las poblaciones más afectadas por la violencia armada y garantizar el acceso a los servicios esenciales.”

 

Men walk among the rubble in Haiti.
Iker MONTES / CICR