En todo el mundo, los conflictos y la violencia dificultan el acceso al agua. Hoy se celebra el Día Mundial del Agua, y en el año del 30º aniversario de la Unidad de Agua y Hábitat del CICR, destacamos su colaboración con comunidades de distintos lugares del mundo para llevar agua a las ciudades y poblaciones en situaciones de crisis.
Si la verdad es la primera víctima de la guerra, el agua es, muchas veces, la segunda. Los pozos, las tuberías y las bombas de agua de ciudades y poblados son vulnerables a los efectos del combate. En una ciudad, una tubería averiada puede dejar sin agua hasta a 100.000 personas. Y si para llegar a la única fuente de agua es necesario cruzar la línea del frente de batalla, daría lo mismo que la fuente en cuestión estuviera en la luna.
La sed es sólo uno de los problemas. Cuando escasea el agua potable, las personas beben lo que pueden. Las consecuencias son el cólera, la disentería y la muerte.
Desde la fundación del CICR, hace 150 años, asegurar el suministro de agua potable es una de las máximas prioridades en las zonas afectadas por conflictos armados donde llevamos a cabo nuestra tarea, tanto durante como después de la contienda.
En 1983, el año de nuestro 120º aniversario, decidimos concentrar nuestra experiencia en el área del agua y el hábitat y establecimos la Unidad de Agua y Saneamiento en la sede de Ginebra. La Unidad brinda apoyo y guía a cientos de especialistas en el tema que colaboran con las comunidades locales de muchos países de todo el mundo. El agua es uno de los cinco campos de actividad de la Unidad, junto con el saneamiento, la energía eléctrica, las estructuras y las instalaciones comunitarias.
De 1983 a 2013... pasaron 30 años. Como vale la pena festejar los 30, en los próximos meses nos dedicaremos a celebrar con una serie de cortometrajes sobre lo que hace el CICR para llevar agua a las personas afectadas por los conflictos y la violencia.
Hoy, en el Día Mundial del Agua 2013, nos enorgullece poder mostrar el primero de estos cortos: Enfrentar los retos urbanos. El film muestra al CICR asistiendo a los residentes de ciudades y poblados en el acceso al agua cuando el suministro normal está interrumpido.
