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Somalia: el uso del derecho tradicional en el diálogo con los grupos armados

Las principales fuentes del derecho humanitario internacional (DIH) son los tratados internacionales y el derecho consuetudinario. Las leyes tradicionales locales también pueden reforzar la protección de las víctimas de los conflictos armados. Recientemente se actualizó la base de datos en línea sobre DIH consuetudinario del CICR, con la incorporación de las prácticas de cinco países: Dinamarca, Yibuti, Polonia, Tayikistán y Somalia. Omar Odeh, jefe adjunto de la delegación del CICR en Somalia, explica la importancia del derecho tradicional.

¿Hasta qué punto es útil el derecho tradicional en Somalia?

En Somalia, el comportamiento tradicional en una guerra está establecido en el biri-ma-geydo, un conjunto de procedimientos que regulan los

conflictos. Se trata de una combinación de elementos tradicionales y normas de la ley sharia. Toma elementos de los dos ordenamientos y, en algunos aspectos, resulta paralelo al DIH. Básicamente, establece normas y medidas que protegen a quienes no están participando en las

hostilidades; en particular, propicia el respeto de los niños, las mujeres y los ancianos. Lo que resulta interesante es que protege a las personas en consideración no sólo de su vulnerabilidad, sino también del papel que desempeñan en la sociedad somalí, como en el caso de los ancianos. Los ancianos suelen ser mediadores en la resolución de conflictos y pueden transmitir mensajes de un clan a otro. 

¿Cómo utiliza el CICR ese cuerpo de leyes tradicionales? 

Damos a conocer el derecho tradicional mediante anuncios en la radio que retratan situaciones de ficción y analizan los p

rincipios del biri-ma-geydo, por ejemplo, referidos a la conducción tradicional de la guerra, los grupos que deben gozar de inmunidad, los prisioneros de guerra y el respeto de la propiedad privada. Las estaciones de radio locales constituyen un medio de comunicación muy importante en Somalia. Además, puede resultar muy beneficioso establecer los puntos en común entre el biri-ma-geydo y el DIH. Estos sistemas so

n complementarios y persiguen el mismo objetivo de conservar una actitud humanitaria incluso en medio de un conflicto. Este concepto es muy importante para todos los actores armados en Somalia. En el marco de la promoción del DIH y el análisis de sus similitudes con ciertas partes de la sharia, hace poco donamos libros de DIH a las facultades de derecho de dos universidades, la Universidad de Somalilandia, en Burao y la Universidad Estatal de Puntlandia, en Garowe. Lo que hacemos generalmente es llevar los libros y organizar sesiones en que respondemos preguntas y abrimos un diálogo. 

Más globalmente, ¿cuáles son las principales actividades de protección que el CICR realiza en Somalia? 

Actualmente, nuestras principales actividades en este sentido son las visitas a las personas detenidas y el mantenimiento del contacto entre familiares. Hace dos años que visitamos cárceles en Somalia en el marco de un programa que sigue ampliándose. Para dar una idea, desde comienzos de año visitamos a más de 4.500 detenidos en 24 centros de detención. Nuestras visitas tienen por objeto asegurarnos de que se brinde un trato humano a los detenidos y trabajamos con las autoridades somalíes para abordar toda cuestión preocupante y para mejorar las condiciones de reclusión. En algunos casos, proporcionamos ayuda directa, distribuimos artículos de primera necesidad e iniciamos proyectos de rehabilitación. Nuestros delegados recorren las instalaciones, mantienen conversaciones privadas con los detenidos y formulan recomendaciones en forma confidencial a las autoridades. Nuestra meta es visitar a los detenidos de todas las partes en el conflicto. 

Pese a estos esfuerzos, prácticamente todas las semanas los medios de comunicación informan de violaciones del DIH. ¿Qué puede decirnos al respecto? 

Es muy difícil medir la magnitud del impacto de nuestro accionar, que además requiere su tiempo. Sin embargo, estamos convencidos de que es importante generar un ambiente que propicie el respeto de la población civil, de quienes no participan o han dejado de participar en las hostilidades. En ese sentido, el derecho tradicional y el DIH contribuyen a que logremos nuestro objetivo de proteger a las personas afectadas por el conflicto en Somalia.