Los conflictos armados, el cambio climático y el derecho
Hoy en día, las crisis ambiental y climática afectan todos los aspectos de la vida, desde la salud física y mental hasta los alimentos, el agua y los medios de subsistencia. Si bien estas crisis nos afectan a todos, tienen mayor impacto en las comunidades más pobres y marginadas.
Quienes viven en contextos de conflicto armado a menudo nos transmiten los grandes cambios que observan en su entorno natural. Su cotidianidad no solo se ve dificultada por la violencia, sino también por los cambios en el clima y el medio ambiente. Además, muchas no tienen lo necesario para afrontar peligros climáticos recurrentes.
Estas personas integran uno de los grupos más vulnerables a las crisis ambiental y climática, y más relegados por las iniciativas de acción climática. Esto se debe, en parte, a las dificultades para llevar adelante actividades de respuesta en esos contextos. Nuestra organización exhorta a que se revierta esta tendencia.
Las organizaciones humanitarias tienen una función importante en la lucha contra estas crisis. El CICR se esfuerza por adaptar su respuesta y apoyar a las personas que están sobrellevando, en simultáneo, las consecuencias del cambio climático y de los conflictos armados.
El CICR y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han impulsado la redacción de una Carta sobre el clima y el medio ambiente para organizaciones humanitarias con el fin de brindar orientación al sector, fortalecer la respuesta a estas crisis y promover la acción colectiva.
El CICR también procura ser más responsable con el medio ambiente. Nuestras actividades tienen un impacto ambiental, y asumimos el compromiso de minimizar dicho impacto siempre que sea posible.
No obstante, nadie puede hacer frente a estas crisis de forma individual. Para evitar más sufrimiento, es imperioso impulsar una transformación radical. La vida y los derechos de las generaciones de hoy y de mañana dependen de la acción política. Es vital reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero estas acciones requieren esfuerzos adicionales para ayudar a que las comunidades se adapten a los cambios.
Los países que atraviesan un conflicto armado están entre los más vulnerables a los efectos del cambio climático y, a la vez, son los más desatendidos en términos de financiación climática, en especial para la adaptación climática. Esta situación debe cambiar.
