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Cisjordania: las pequeñas subvenciones pueden ser una gran ayuda

La zona conocida como H2, situada en la antigua ciudad de Hebrón, es una de las más sensibles de Cisjordania. Los residentes locales enfrentan condiciones de vida difíciles y, debido a las restricciones a sus movimientos, les resulta más complicado mejorar sus medios de vida.

En 2012, el CICR proporcionó a treinta familias una subvención para iniciar o mejorar un pequeño emprendimiento. Cuatro años después, muchas de esas familias dirigen prósperos emprendimientos.

Estas son algunas de sus historias.

Marwan Jaber: agricultor


"Nunca imaginé que un día podría dirigir un buen negocio."

Marwan Jaber, de 48 años de edad, tiene una granja en la antigua ciudad de Hebrón. En 2012, recibió una pequeña subvención para aumentar la producción. Junto con sus hermanos Hazem y Atef, construyó un invernadero para poder nutrir y ocuparse mejor de los cultivos. Actualmente, los hermanos pueden plantar diferentes tipos de hortalizas durante todo el año.

"Producimos pepinos y los vendemos frescos en el mercado. En unas pocas semanas, vamos a reemplazar los pepinos por arvejas. Utilizamos el invernadero según la demanda del mercado".

Bassam Al Jaabari: zapatero


"Aquí no hay lugar para que los niños jueguen, así que, en vez de que estén en la calle y se metan en problemas, me ayudan con la producción y, al mismo tiempo, aprenden un oficio."

Bassam Al Jaabari, de 49 años, es zapatero en la antigua ciudad de Hebrón. Sus hijos ayudan en el taller durante las vacaciones escolares.

Hace cuatro años, Bassam recibió dos nuevas máquinas de coser para poder agrandar su negocio. Ahora, Bassam tiene un taller junto a su casa, en el que procesa el cuero y hace zapatos.

Mohammad Dib Jaber: fabricante de cuscús


"Nuestras abuelas preparaban el cuscús a mano; ahora, utilizamos máquinas especiales que nos permiten aumentar la producción."

En 2003, Mohammad Dib Jaber comenzó a producir el cuscús palestino tradicional a base de harina y sémola. Sin embargo, los ingresos generados no cubrían las necesidades de su familia y no le alcanzaba para pagar las cuotas de la universidad de su hijo. Como ayuda, Mohammad recibió herramientas nuevas para ampliar su negocio, entre ellas una balanza electrónica, una máquina de coser y un elevador electrónico.

"Ahora, podemos producir mucho más gracias a estas herramientas. Nuestro cuscús hasta se exporta a países del Golfo."

Suzan Jaber: productora de vídeos


"Todo el mundo tiene un sueño. Con un poco de ayuda, el sueño puede convertirse en realidad".

Cuando Suzan Jaber -de 40 años de edad, madre de nueve hijos- se dio cuenta de que el sueldo de su esposo no era suficiente para mantener a la familia, solicitó participar en un programa de formación profesional apoyado por el CICR.

Suzan estudió producción de cine, edición de vídeo y doblaje durante cinco meses en la Universidad Politécnica de Hebrón. También recibió una cámara de fotos, una cámara de vídeo, un grabador de DVD y luces de estudio.

Hoy, Suzan genera ingresos con su propio estudio de cine y divide su tiempo entre el trabajo y la familia.

"Filmo fiestas y bodas en Hebrón y Belén. Podría trabajar más y ganar más dinero, pero mi familia, que vive en un barrio difícil de Hebrón, necesita mi apoyo diario. Me gusta estar junto a ellos. Somos todos felices."

El CICR ha estado trabajando en Israel y los territorios ocupados desde 1967. Hace cincuenta años que ayudamos a las personas en los momentos difíciles.