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Colombia cree en la necesidad de poner límites al conflicto

 

'Voces sobre la guerra', la encuesta más grande hecha por el Comité Internacional de la Cruz Roja en su historia, revela opiniones preocupantes acerca de cómo las personas de diferentes países del mundo perciben una serie de cuestiones relativas a los conflictos armados. 

En Colombia, el sondeo fue realizado a 804 personas entre el 5 y el 24 de julio de este año e indica que hay un mayor nivel de familiaridad con las normas de la guerra, particularmente con el Derecho Internacional Humanitario (DIH), en comparación a algunos de los países en conflicto encuestados, tales como Afganistán y Nigeria, entre otros.

A nivel mundial, la tendencia más preocupante fue la aceptación de la tortura en alguno de los países encuestados: en el promedio general, el 36 por ciento de los encuestados dijo que este delito hacía parte de la guerra.

Sin embargo, en Colombia las personas que aceptaban esta práctica como método válido para conseguir información militar del enemigo disminuyó 15 por ciento. Los participantes colombianos ocuparon el segundo lugar, tras Yemen, entre aquellos que rechazaban esta práctica. 

"Recordamos a las partes en conflicto, incluidos los grupos armados no estatales, las obligaciones que tienen en virtud del DIH para respetar y hacer respetar la vida y la dignidad humana", afirmó Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja.

La tortura está considerada un crimen de guerra por el Estatuto de Roma, el artículo 3 común a los Convenios de Ginebra de 1949 y el protocolo adicional de 1977, por lo que no debe ser utilizada bajo ningún motivo por los combatientes. 

"Es importante resaltarlo: todas las formas de tortura están prohibidas. Incluso en la guerra, todas las personas merecen recibir un trato humano. Los efectos de la tortura son devastadores no sólo para las víctimas sino para la sociedad en su conjunto. Es gratificante comprobar que en Colombia el 85 por ciento de los encuestados condena esta práctica, incluso cuando se comete contra un enemigo capturado", recalcó el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Christoph Harnisch.

Voces sobre la guerra - Colombia

Después de los afganos, los colombianos fueron los que más rechazaron el ataque indiscriminado a civiles, situación que ha tenido que soportar el país en repetidas ocasiones en el marco de un conflicto armado de más de cinco décadas y que ha dejado alrededor de 218.094 personas muertas entre 1958 y 2012, según cifras del informa 'Basta Ya', del Centro de Memoria Histórica. De ellas, el 81 por ciento eran civiles.

"Es alentador constatar que, para la mayoría de las personas encuestadas, el respeto hacia las normas de la guerra es importante. De hecho, las personas que viven en países afectados por conflictos o cerca de éstos responden más humanamente a las preguntas sobre esta temática", afirmó Harnisch.

Además, los participantes revelaron un amplio respeto hacia las misiones médicas (el 98 por ciento de los encuestados en Colombia dijeron que era inaceptable atacarlas), mientras que la cifra no es tan alta cuando se habla de la protección a los trabajadores humanitarios, ya que hubo un 36 por ciento que piensa que es aceptable que resulten heridos o muertos como consecuencia del conflicto.

Más de 17.000 personas fueron entrevistadas en el marco de esta encuesta, que se realizó entre junio y septiembre de 2016 en dieciséis países. Diez de ellos, incluidos Colombia, Irak, Afganistán, Siria, Ucrania, Yemen, Nigeria, Israel, Palestina y Sudán del Sur, estaban atravesando en ese momento una situación de conflicto armado. Los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (conocido como el P5, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) y Suiza también participaron.

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Comunicado de prensa 'Voces sobre la guerra' en Colombia

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Informe Colombia 'Voces sobre la guerra'

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