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Criar pollos y gallinas, una nueva tarea para estudiantes del sur de Colombia

La presencia de minas y otros artefactos explosivos en terrenos fértiles impide que comunidades en una zona rural de Putumayo cuenten con suficientes fuentes de proteína. Ahora, un nuevo proyecto les permite alimentarse mejor en el comedor escolar y ganar dinero extra.

Más de 650 alumnos que viven en zonas del Putumayo históricamente afectadas por el conflicto armado tienen una nueva actividad extracurricular desde octubre del año pasado: aprender a cuidar gallinas y pollos.

Esta responsabilidad compartida no solo les permite suplir el comedor escolar con huevos (que a veces son escasos) y tener una alimentación más balanceada. También esperan vender los pollos cuando crezcan y tener una fuente de ingresos adicional.

El proyecto, adelantado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), mezcla pedagogía y ayuda humanitaria en las escuelas de las veredas de El Sábalo (municipio de San Miguel) y Jordán Guisia (municipio Valle del Guamuez).

"En la zona hay una seria problemática de minas antipersonal y otros artefactos explosivos, así que ellos ya no tienen la misma cantidad de tierras para producir. El resultado es que se agotan los suelos y disminuye la producción de alimentos para las familias”, explica Luis Oswaldo Mancilla, técnico del CICR que se hizo cargo del proyecto. (Vea también: Minas en Colombia: volver a caminar sin miedo es un sueño que tardará años)

Técnicos del CICR supervisaron los galpones periódicamente. Hoy todo el proyecto está en manos de la comunidad. Andrea Carolina García /CICR/CC BY-NC-ND

Según Mancilla, la situación afecta directamente a los niños. "A pesar de que los directivos del colegio hacen todo lo necesario para brindar la mejor alimentación en sus comedores escolares, no es suficiente y el consumo de proteína animal era limitada. Con el proyecto queremos garantizar que puedan comer este tipo de alimentos, como mínimo, dos veces por semana", dice.

El resultado de la primera etapa de este proyecto les dejó más de 300 pollos de engorde (para consumo) y cerca de ocho cubetas de huevos al día, suficiente para alimentar a los alumnos y comercializar el resto.

Se espera que los huevos sean una fuente adicional de proteína para los estudiantes de la escuela. Andrea Carolina García /CICR/CC BY-NC-ND

Para Fernando Herrera Andrade, quien fue rector del colegio de Jordán Guisia hasta finales de 2015, esta actividad permite que los estudiantes tengan ocupado su tiempo libre. “Además, estos nuevos conocimientos les van a quedar para el resto de sus vidas”, agrega.

Estudiantes, profesores y hasta el rector se encargan del cuidado diario de los galpones. Los jóvenes estudiantes recibieron capacitaciones del CICR para aprender a producir su propio concentrado para alimentar los animales, lo que aumentará la productividad. Ahora la comunidad está tan motivada con los resultados que, en el futuro, quieren incorporar más producción en el proyecto, como cerdos, peces y cultivos de pancoger.

Los jóvenes del Putumayo que se involucraron en la iniciativa aprendieron a preparar una mezcla de alimento para las aves de criadero. Andrea Carolina García /CICR/CC BY-NC-ND


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