Artículo

Las personas desaparecidas en Colombia: un drama humanitario que no debe ser olvidado

En Colombia, la tragedia de las desapariciones no ha cesado. Por un lado, miles de familias continúan experimentando incertidumbre y angustia al no saber la suerte y el paradero de sus seres queridos, aún a pesar de que, en muchos casos, los hechos ocurrieron hace varios años, incluso décadas.

Por otro lado, en distintas zonas del país se siguen registrando desapariciones y las medidas que se han implementado para prevenir este fenómeno resultan insuficientes. Prueba de ello es que en 2021 documentamos cada dos días, en promedio, un nuevo caso de desaparición relacionado con los conflictos armados y la violencia.

El análisis de esta realidad indica que todos los actores armados continúan utilizando esta práctica, la mayoría de las veces con el objetivo de generar temor entre la población civil. Sin embargo, hay otros casos en los que los portadores de armas son responsables de las desapariciones por no tratar correctamente los cuerpos y la información de las personas que fallecen a raíz de los conflictos armados y la violencia.

* Estas cifras corresponden a los casos que documentó el CICR en el desarrollo de su labor humanitaria y, por lo tanto, no reflejan la dimensión exacta del fenómeno.

En medio de esta tragedia humanitaria está el sufrimiento de los familiares, quienes además de afrontar un dolor indescriptible y un deterioro de su salud mental, siguen enfrentando múltiples obstáculos para acceder a las rutas de atención, como las barreras jurídicas para el acceso a servicios institucionales, la débil presencia del Estado en las zonas más alejadas y el temor de las familias a acudir a las autoridades en lugares en donde hay mayor intensidad de la violencia.

Estas dificultades también se expresan en los instrumentos existentes para averiguar el paradero de sus seres queridos. Un ejemplo es el Mecanismo de Búsqueda Urgente que, aunque es adecuado, muchas veces no se aplica correctamente. Esta herramienta posibilita que las autoridades ordenen de forma inmediata las diligencias necesarias para localizar a una persona desaparecida. No obstante, de manera inexplicable, a algunos familiares les siguen diciendo que deben esperar 72 horas para activar el trámite.

** Estas cifras pueden variar en cada publicación, dado que algunas desapariciones no se reportan durante el mismo año que ocurrieron.

De otra parte, está el modelo de búsqueda colectiva* que ha implementado, a través de los planes regionales, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas. Este nuevo paradigma, aunque resulta idóneo frente a la magnitud y complejidad del fenómeno que hay en el país, no logra ser operativo debido a la falta de coordinación entre las instituciones estatales y compromiso de estas para apoyar y fortalecer la búsqueda colectiva.

Los desafíos que existen para la búsqueda de las personas desaparecidas son múltiples y complejos. Por lo tanto, es fundamental que haya voluntad política para priorizar la atención de la problemática y dar respuesta a las necesidades de los familiares.

La indiferencia no puede seguir siendo la respuesta de una sociedad frente a un fenómeno que ha dejado miles de víctimas y que continúa presente en el país.


* Se agrupan y asocian los casos de desaparición por elementos comunes como las dinámicas de los actores armados, el contexto y la temporalidad. Esto permite que la información de un caso pueda complementar la de otro y ser útil para la búsqueda de distintas personas.

 ← VOLVER A LA PÁGINA DEL CICR EN COLOMBIA