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"Que no se olvide la experiencia de la cirugía de guerra en Colombia"

Para el cirujano del CICR Jesús Sáenz el reto está en tomar decisiones rápidas y acertadas para salvar a los pacientes.

Los esfuerzos para capacitar al personal médico que trabaja en zonas de Colombia donde no existe infraestructura deben enfocarse en atender a más pacientes con un bajo costo. El mayor reto son los pacientes heridos por armas de fuego o artefactos explosivos.

Esa es una de las lecciones que el cirujano de guerra Jesús Manuel Sáenz dejó recientemente en Bogotá durante una capacitación para la comunidad médica. Conversamos sobre el tema con este mexicano y formador del CICR ha trabajado en Sudán del Sur, Líbano y varios países de Centroamérica.

En conflictos armados es difícil planear la atención médica. ¿Qué elementos sí se pueden controlar?

El reto al que se enfrenta cualquier médico que está trabajando con pacientes heridos por situaciones de violencia es que no puedes planear la cirugía específica que vas a realizar con ese paciente. Ahí es cuando tienes que haber adquirido la preparación para tomar una decisión, porque eso afectará todo el diagnóstico del paciente. Son situaciones muy diferentes de las que te encuentras de rutina en un hospital.

Los pacientes heridos por balas o artefactos explosivos que esperan varios días para ser atendidos tienden a llegar en condiciones críticas...

En estos contextos no puedes evitar las muertes de las primeras horas porque, por lo general, no hay quien resuelva las intervenciones que se requieren de manera inmediata. Las heridas que te llegan después de varios días, si bien no necesariamente son mortales, son complicadas y dejan secuelas. La mayor parte de las heridas llegan con infecciones, y ahí, más que tratar una herida por proyectil con arma de fuego, se trata la infección de los tejidos.

¿Por qué el CICR motiva la difusión de conocimiento en cirugía de guerra?

Realizamos esta labor porque la capacitación en cirugía de guerra no es algo que se estudia regularmente en las escuelas de medicina. Estos centros tratan de atender problemas que son más frecuentes y esto tiene una consecuencia: que cuando se presenta una situación de violencia es muy escaso el número de personas con el conocimiento y experiencia para enfrentarse a estos casos.

Es por eso que, atendiendo nuestro deber de mitigar el sufrimiento y asistir a las víctimas, se realiza la difusión de todas estas medidas con base en la gran experiencia que hemos adquirido.

Estamos hablando de una institución (CICR) que durante su historia ha realizado más de 400.000 cirugías en heridos por proyectiles de arma de fuego o explosivos en todo el mundo, eso sin contar los otros pacientes que han recibido atención sin requerir cirugía

¿Cómo ve el desarrollo de la cirugía de guerra en América Latina?

América Latina es muy heterogénea. Hay países con gran experiencia y sistematicidad, con centros de excelencia en atención de trauma como Colombia y México. Pero también hay otros países donde la situación económica ha impedido que se mantenga ese desarrollo y que además requieren de la ayuda de instituciones como el CICR para empezar a generar cambios en este ámbito.

¿Qué mensaje quisiera darle a la comunidad médica sobre la cirugía de guerra?

Es muy importante que no dejen que se olvide la experiencia. Es vital que en el futuro, sin pensar cuándo va a volver a ocurrir una situación de conflicto o violencia, quede la tradición establecida de la cirugía de trauma. En la mayoría de países nos ha tomado por sorpresa, porque pensamos que no vamos a ver el conflicto con tanta frecuencia y nos ha tocado reaprender sobre la marcha.

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