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COVID-19: la pandemia mundial puede aumentar los niveles de estrés de manera exponencial

Sabemos que esta pandemia está causando ansiedad, angustia y preocupación por diversos motivos, como: el temor a contraer el virus y a que la familia se enferme, el estrés y la ansiedad relacionados con medidas de aislamiento y con la cuarentena, la angustia por separarse de familiares y el temor por los efectos a largo plazo del freno de la economía a nivel mundial. En las zonas de guerra y en las comunidades afectadas por la violencia, muchas personas ya están atravesando un gran estrés psicológico.

Al CICR le preocupa que esta pandemia mundial pueda aumentar los niveles de estrés de manera exponencial.

El apoyo a la salud mental es un componente central de la respuesta de asistencia sanitaria que da el CICR a la pandemia de COVID-19. Además de adaptar las actividades actuales para continuar con las actividades de salud mental y de apoyo psicosocial existentes, el CICR brinda apoyo específico para hacer frente a la pandemia a través de la participación comunitaria, la distribución de material sobre cómo lidiar con el estrés, la ansiedad y el estigma, y el apoyo psicológico y técnico remoto a voluntarios, personal y trabajadores en la primera línea de la respuesta a la pandemia.

Hay una gran cantidad de personas y de comunidades particularmente vulnerables al impacto psicológico y psicosocial de la pandemia, y a las medidas de salud pública excepcionales que fueron implementadas para contener su propagación:

  • Las personas con condiciones de salud mental preexistentes pueden sufrir un aumento de la angustia psicológica y de los síntomas traumáticos si están aisladas, su tratamiento puede verse interrumpido y sus cuidadores pueden verse sometidos a una exigencia adicional.
  • Los adultos mayores, especialmente los que están aislados y los que sufren de demencia o deterioro cognitivo, pueden sentirse más nerviosos, enfadados, estresados, perturbados y retraídos durante el brote o la cuarentena. Necesitan apoyo emocional y práctico a través de las redes informales (familiares) y de los profesionales de la salud. Las personas que tienen dificultades para cuidarse a sí mismas.
  • Es probable que las personas que están en peligro de sufrir violencia sexual y por motivos de género tengan mayor nivel de estrés, ya que el aislamiento puede aumentar el peligro y tal vez no puedan buscar ayuda. La prestación continua de servicios a los/las sobrevivientes y su acceso a ellos deben ser una prioridad.
  • Los niños pueden sentir temor y tristeza. Necesitan expresar y comunicar sus sentimientos en un entorno seguro y de apoyo, y tener rutinas familiares o nuevas rutinas, como participar en actividades apropiadas para su edad, jugar y socializar con los demás, aunque solo sea dentro de la familia. Los niños deben estar cerca de sus padres y familiares, si se consideran seguros, o en contacto frecuente con ellos.

    Pueden buscar más apego y requerir mayor atención de los padres, y pueden tener inquietudes y sentirse nerviosos. Se los debe ayudar a comprender la COVID-19 de forma honesta y apropiada para su edad. El contagio, el sometimiento a aislamiento o el fallecimiento de los cuidadores podría provocar problemas psicológicos y de protección en los niños.
  • Durante esta pandemia, el personal de asistencia sanitaria se enfrenta a dificultades sin precedentes y circunstancias inéditas. Es probable que muchos de ellos sientan presión y estrés, y estén preocupados por la transmisión de la enfermedad a sus familiares.
  • Las personas que afrontan un estigma relacionado con sus condiciones de salud mental pueden ser reacias a buscar apoyo tanto para la COVID-19 como para sus condiciones. Sin embargo, necesitan apoyo, en especial, de los trabajadores sanitarios.

 

Información adicional (en inglés):
Consideraciones psicosociales y de salud mental de la OMS durante el brote de COVID-19