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El Salvador: migración y desplazamiento

El desplazamiento interno y la migración son, en muchos casos, consecuencias directas de la violencia. Numerosas personas se ven forzadas a dejar atrás sus vidas y buscar nuevas alternativas dentro de su país o traspasando las fronteras. En El Salvador, se evidencian ambos fenómenos y necesitan ser atendidos: personas desplazadas que buscan un lugar seguro dentro del país y migrantes que se arriesgan a recorrer la ruta migratoria para llegar a nuevos destinos. Muchos de ellos son deportados posteriormente.

En una sentencia de 2018, la Corte Suprema de Justicia ordenó al poder ejecutivo dictar una política nacional sobre desplazamiento interno y, al poder legislativo, aprobar de una ley especial en favor de las personas desplazadas. El CICR brindó apoyo técnico al desarrollo de este proyecto y participó en el grupo gestor que logró la definición de los estándares mínimos que deben ser observados.

El desplazamiento de personas plantea dos desafíos importantes en el país: garantizar el establecimiento de las familias en un lugar seguro y ofrecer soluciones duraderas a las personas afectadas, sean estas personas desplazadas internas o migrantes deportadas. Para responder a estos desafíos, será fundamental conseguir la financiación necesaria para la implementación de la Ley Especial para la Atención y Protección Integral de Personas en Condición de Desplazamiento Forzado Interno.

Procuramos atender los desafíos que plantean el desplazamiento y la migración a través del trabajo de protección de las personas desplazadas y de las personas migrantes deportadas, reubicación y seguridad económica. Realizamos este trabajo en coordinación con la Cruz Roja Salvadoreña, que además implementa programas de salud mental para las víctimas y de restablecimiento del contacto entre familiares para prevenir la desaparición de personas migrantes. Con el apoyo de los voluntarios de la Cruz Roja, continuamos distribuyendo mensajes de autocuidado para personas migrantes, especialmente cuando tuvieron lugar las caravanas de migrantes.

Durante el año, también realizamos talleres de sensibilización e información sobre migración y desplazamiento, en coordinación con organizaciones aliadas. Participaron en estas actividades más de 700 personas en diferentes lugares del país.

La relación de trabajo del CICR con la Dirección Nacional de Atención a Víctimas, del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, es una prueba de la confianza y la apertura necesarias para un trabajo conjunto, que se traduce, entre otras cosas, en la frecuente remisión de casos y en la colaboración para poder brindar seguimiento a ellos.

Melvin tuvo que huir de la zona donde vivía y perdió la lengua a manos de una pandilla que lo quiso reclutar. El CICR apoyó a Melvin para que pudiera estudiar y emprender un negocio que le permitiera ingresos dignos para él y su familia. CICR/L. Ortiz

Soy una víctima de la violencia. Fui forzado a pertenecer a una pandilla. Como me negué, me secuestraron, me torturaron y me hicieron daño físico. Por temor, mi familia y yo tuvimos que abandonar la casa y buscar donde vivir.

Datos

25 víctimas de desplazamiento
14 personas
13 casos de personas desplazadas
348 personas / 75 familias
123 personas/34 familias
129 personas migrantes