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Eritrea: la salud del ganado garantiza la supervivencia de una aldea

Para los pobladores de Adi Ashker, una pequeña aldea de 1.000 habitantes en Eritrea, el ganado es lo más importante. La subsistencia de sus pobladores y la supervivencia de la aldea, dependen en gran medida del bienestar de sus ovejas, sus cabras y su ganado vacuno. Asimismo, la riqueza de una familia guarda relación directa con la cantidad de animales que posee. Por ello, es indispensable mantener al ganado en buen estado y libre de enfermedades y parásitos para que toda la comunidad viva sin sobresaltos y pueda sobrellevar adversidades externas.

Adi Ashker se encuentra en Mai Mine, región de Debub, una zona semiárida ubicada en el sur de Eritrea, cercana a la frontera con Etiopía. Los pastores de la aldea y su ganado deambulan durante dos o tres horas en busca de pasturas y de agua. Si bien la agricultura no se da fácilmente, la comunidad cultiva cereales y sorgo. De todos modos, lo que más importa es la salud de los animales.

''Siempre que necesitamos dinero para solventar nuestras actividades diarias o cuando tenemos que resolver alguna situación que requiera un gasto, recurrimos a la venta de nuestros animales", explica Mengisteab, un aldeano. "También, nos valemos de nuestros bueyes para arar la tierra de labranza. Dependemos en gran medida de ellos. Si ellos están sanos y salvos, nosotros también lo estamos". Las sequías recurrentes y las enfermedades son los principales inconvenientes que afectan a los animales. Ambos problemas inciden en su productividad, según aclara este poblador.

Hace tres años que el CICR organiza una campaña de tratamiento antiparasitario en Mai Mine. Esta tarea se realiza dos veces por año, en cooperación con el Ministerio de Agricultura. Más de 2,4 millones de animales fueron tratados una vez contra ecto y endoparásitos en 2015 y más de 600.000 animales fueron tratados dos veces, debido a la infestación prevalente en ciertas zonas de Eritrea.

Para responder al brote de peste de pequeños rumiantes, desde octubre de 2015 realizan paralelamente la vacunación de ovejas y cabras contra esta enfermedad epidémica. Los habitantes de Adi Ashker, comunidad de fe musulmana y cristiana, aprovechan plenamente la campaña, aunque los animales que adquirieron inmunidad de por vida lleven una marca en la oreja. La marca "también es prueba de que el animal está vacunado y de que goza de buena salud", explicó uno de los dueños de ganado.

Gebreigziabher, un anciano de la aldea que se presentó con sus animales para una campaña de vacunación en enero, explicó que los aldeanos que poseen ganado no logran encontrar medicación de calidad para sus animales. "Lo que encontramos en el mercado es de baja calidad y nos toma ocho horas de ida y vuelta trasladarnos al centro veterinario más cercano. Así que cada año esperamos la llegada de esta campaña, ya que resulta muy efectiva y siempre notamos un cambio sustancial en el estado de nuestros animales", agregó el anciano.

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