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Eritrea: un pozo que funciona con energía solar trae agua y alivio

Los eritreos que viven en la aldea fronteriza de Aytera saben bien que la vida puede ser muy dura. Durante la guerra de 1998-2000 entre Etiopía y Eritrea, la mayor parte de la población huyó a campamentos improvisados. Desde la finalización del conflicto, los pobladores reconstruyen sus vidas a partir de las cenizas dejadas por la guerra.

Los 600 residentes de Aytera dependen en gran medida de los cultivos y de los animales de granja para su subsistencia, lo que de por sí constituye un desafío. Pero el escollo más importante para la vida en esta región, conocida como Gash Barka y ubicada en el suroeste del país, es el agua.

La bomba se había roto hacía dos años y los residentes debían caminar cuatro kilómetros para recoger agua de un pozo excavado manualmente.

Los niños de otras aldeas que concurren a la escuela en Aytera siempre tuvieron que rebuscárselas para conseguir algo de beber. "Era muy triste ver cómo los niños iban de casa en casa en busca de agua", dijo Nebiat Gebreweld, madre de seis niños.

Una vez en el pozo, tras una caminata de dos o tres horas, era necesario esperar en fila, luego subir el agua que estaba a 12 metros de profundidad y finalmente emprender el trabajoso camino de regreso con la pesada carga.

Facilitar el acceso al agua potable

Ahora, gracias al sistema solar de abastecimiento de agua instalado por el CICR en junio de 2015, la situación mejoró notablemente. Una fuente construida en medio de la aldea ofrece a los residentes fácil acceso al agua potable.

"Era realmente una pesadilla", relató Tesfasilase Qualdet, un anciano de la aldea, al describir las dificultades que implicaba ir a buscar agua al viejo pozo. Todos sus hijos, hoy mayores, viven en zonas urbanas más grandes, por lo cual la tarea de ir al punto de agua le resultaba realmente pesada. "Este proyecto nos cambió la vida," agregó, "y nos sentimos muy agradecidos por ello'' CC BY-NC-ND/CICR/Tesfai Zecarias

La aldea estableció una comisión de tres miembros para supervisar el mantenimiento del pozo con bomba solar. Los residentes abonan una pequeña tarifa para llenar su bidón tras una espera de solo un par de minutos para acceder a uno de los diez grifos del pozo.

Más tiempo para otras tareas

Buscar el agua necesaria para la vida diaria es tarea que recae a menudo en las mujeres y las niñas. Fiyori Maekele, que cursa el séptimo grado de la escuela primaria, dijo: "El proyecto del pozo con bomba solar es muy importante para las niñas y las mamás, ya que nos toma solo pocos minutos traer el agua. Así, ahora tengo más tiempo para otras labores caseras y para las tareas de la escuela."

El CICR trabaja en Eritrea desde el estallido del conflicto fronterizo, ayudando a las personas vulnerables y a las víctimas de violencia. Entre sus proyectos más recientes figuran la instalación de unos 80 sistemas de abastecimiento de agua con energía solar, la construcción de estanques para el ganado, la distribución de bombas de pie para proyectos de irrigación a pequeña escala, servicios de vacunación animal y la asistencia a los etíopes que desean ser repatriados.