Federación de Rusia: el CICR ayuda a familias ucranianas
En lo que va del año, el CICR ha distribuido en el sur de Rusia 16.000 paquetes de alimentos y de artículos para la higiene a personas que huyeron del enfrentamiento en el país vecino, Ucrania. Llevamos a cabo estas operaciones en forma conjunta con las autoridades locales y la Cruz Roja de Rusia.
Muchas de las personas que huyeron del sureste de Ucrania en 2014 volvieron a su país el año pasado, pero miles todavía se encuentran lejos de sus pueblos y ciudades natales. Algunos viven en el sur de Rusia, ya sea debido a las hostilidades en curso o porque sus casas han sido destruidas.
En 2016, el CICR planea brindar ayuda humanitaria en la región de Rostov, Krasnodar Krai y la República de Adigueya.
La ayuda de la Cruz Roja llega justo a tiempo
Cruzar la frontera también fue difícil para Yana y su esposo. "Era verano. Hacía calor. Las filas eran largas. Queríamos ir a Crimea, pero nos enviaron a un centro colectivo en la región de Rostov". El centro colectivo cerró en el otoño de 2014, poco después de que llegaran. Al no tener un trabajo fijo, fue duro para la pareja encontrar un lugar donde vivir.
Luego de buscar durante un mes, a Yana y a su esposo les permitieron vivir en una casa sin terminar. "Tres habitaciones pequeñas con un corredor, y las paredes eran muy finas. No sabíamos cómo íbamos a sobrevivir en invierno. Mi esposo y yo hicimos todo con nuestras propias manos - el trabajo de construcción y el sistema de aislamiento. Entonces me enteré de que estaba embarazada. Teníamos que avanzar más rápido y yo ya no podía ir a trabajar. En ese momento fue cuando empezamos a recibir suministros de la Cruz Roja. Justo a tiempo".
Yana recibe paquetes de alimentos y de artículos para la higiene desde abril de 2015. "Sin la ayuda del CICR, la vida hubiera sido muy difícil para nosotros. No hubiéramos podido subsistir sin un ingreso regular. Sobrevivimos gracias a su ayuda, ¡y nuestra pequeña Alisa nació muy sana!"
Ahora la casa está casi terminada y Yana está pensando en volver a trabajar. Alisa ya tiene nueve meses, y los paquetes del CICR no solo proveen alimentos para su familia, sino que también la ayudan a dar sus primeros pasos.
Solo problemas
Dmitry se mudó de Lugansk en el este de Ucrania, a la región de Rostov en Rusia con la familia de su hija, en el verano de 2014. El viaje fue muy duro. "Tuvimos que esperar tres horas en la frontera, la fila era enorme", explicó Dmitry. "La verificación de los documentos de todos y la distribución de tarjetas de inmigración demoró muchísimo. Hacía calor. Todo el mundo estaba cansado. De pronto, comenzaron los bombardeos. Los proyectiles explotaban cerca de los automóviles. Fue aterrador, pero salimos ilesos. Pero nuestros problemas no terminaban allí".
Antes de estallar las hostilidades, Dmitry se fracturó cuatro vértebras en una obra en construcción. La familia tuvo que huir de Lugansk inmediatamente después de la operación. Dmitry no tuvo tiempo de recuperarse ni de obtener el certificado de persona discapacitada. "Me duele la espalda, pero tuve que aceptar un trabajo en una obra aquí. ¿Qué otra cosa puedo hacer? Tengo que mantener a mi familia. Y soy diabético".
Dmitry utiliza todo su sueldo para pagar los gastos médicos. A pesar de su edad, no puede obtener una pensión o prestaciones de discapacidad. "No sé qué haría sin los suministros del CICR. ¡Son de gran ayuda! Ni bien obtengo los alimentos, empiezo a planificar. Trato de hacerlos durar el mayor tiempo posible. Y este domingo es mi cumpleaños, así que vamos a hornear pasteles para la familia".