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Guinea: luchar y vivir pese al miedo y la enfermedad

La enfermedad del Ébola es todavía una realidad dolorosa para Guinea, igual que para Sierra Leona. Los progresos que se han logrado en materia de prevención, entierros seguros y tratamiento no deben hacernos olvidar que, en esos países, los casos de contagio siguen en aumento. A las consecuencias a menudo mortales de la epidemia se suman sus efectos en la economía y el sistema de salud. Además, la enfermedad tiene un impacto social: numerosas mujeres, niños y comunidades deben aprender a vivir sin el sostén de sus familias. Yann Bonzon, jefe de la delegación del CICR en Guinea, repasa los avances en la lucha contra esta enfermedad, pero también las dificultades.

Yann Bonzon¿Cuál es la situación en el frente del ébola?

La situación parece mejorar en gran parte del país, principalmente en Guinea Forestal y en el centro del país, donde se ha registrado una disminución del número de casos. Sin embargo, la situación es todavía muy preocupante en algunos distritos de Conakry y en los alrededores de la ciudad, donde se observa un fuerte aumento del número de casos desde principios del mes de marzo.

¿Cómo se explica esa situación, dado que se han adoptado medidas importantes para contener la epidemia?

A veces es difícil efectuar el seguimiento de las personas infectadas con el virus del Ébola, que a menudo siguen desplazándose y, al hacerlo, propagan la enfermedad, y encontrar a las personas con las que han estado en contacto. Esto es lo que sucede especialmente en Conakry y las regiones aledañas. Los distritos afectados por casos nuevos son muchas veces zonas donde las comunidades todavía son muy reacias, lo cual impide el acceso y el trabajo de los equipos de desinfección y de transporte de pacientes, así como de los encargados de facilitar entierros dignos y seguros.

¿Qué consecuencias tiene el ébola para la sociedad guineana?

La estructura social y la dinámica económica se han visto afectadas: numerosas familias y comunidades han sufrido la pérdida de varios de sus seres queridos, lo cual las ha privado también de su sostén. Los esfuerzos de recuperación deberán definitivamente priorizar sectores como la salud, que ya era relativamente débil antes de la crisis, o la agricultura.

Los voluntarios de la Cruz Roja han sufrido amenazas, y a veces incluso ataques, al tratar de ayudar a la población.

La incomprensión y la negación de la población en relación con este nuevo virus, potenciadas por la fuerza de ciertas tradiciones y creencias locales, han transformado de repente la opinión sobre los voluntarios de la Cruz Roja y, más en general, de los actores que participan en la respuesta al ébola.

Por el carácter específico de sus actividades –principalmente, la desinfección de estructuras contaminadas y los entierros dignos y seguros– y su importante despliegue sobre el terreno, con más de 2.000 voluntarios en acción, se ha pasado de pronto a percibir a la Cruz Roja no como una institución que acude en auxilio de la población necesitada sino como "su sepulturero". Desafortunadamente, las mismas comunidades a las que los voluntarios trataban de ayudar se pusieron en contra de ellos, a veces con violencia.

 

Guinea. A volunteer from the Red Cross Society of Guinea explains Ebola protection measures.

Guinea. Un voluntario de la Sociedad de la Cruz Roja de Guinea explica cómo implementar las medidas de protección frente al ébola. CC BY-NC-ND/CICR

¿Ha dado resultados la campaña de concienciación que realizan junto con la Cruz Roja de Guinea?

Hemos priorizado las radios locales, con mensajes en las distintas lenguas vernáculas. Esta red de radios cubre alrededor del 80% del país. Los comentarios positivos que hemos recibido, especialmente en Guinea Forestal, nos hacen pensar que ha dado frutos. Pero estas campañas de concienciación y prevención no pueden resolverlo todo. Deben persistir los esfuerzos en el seno de la población afectada, que es precisamente lo que hacen los voluntarios de la Cruz Roja.

¿Cuáles son los desafíos pendientes?

El desafío principal sigue siendo sobre todo contener y detener la propagación de la enfermedad en las zonas que todavía están afectadas, y especialmente en la capital, donde la densidad de población es muy alta.

¿Qué función cumple el CICR en la lucha contra el ébola?

En Guinea, como en otros lugares, la función del CICR en la lucha contra el ébola se enmarca dentro del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Desde que comenzó la crisis, el CICR colabora con la Cruz Roja de Guinea y le ha ofrecido apoyo material y financiero para capacitar a casi 300 voluntarios sobre las medidas de prevención de la enfermedad, desinfección de los hogares y cómo garantizar entierros dignos de una forma segura. Pese a los problemas de seguridad, el CICR ha capacitado asimismo a varios centenares de voluntarios sobre la identificación, previsión y gestión de riesgos vinculados con el miedo y las ideas erróneas que genera la enfermedad, con el objetivo de mejorar el acceso a las víctimas y la seguridad de estos voluntarios.

Nos aseguramos también de que haya dispositivos de prevención primaria en los lugares de detención, para evitar la propagación de la enfermedad. También nos hemos esmerado por reforzar la permanencia del personal sanitario en las cárceles y hemos llevado a cabo acciones de concienciación entre los detenidos y las autoridades penitenciarias, para informales de los riesgos pero también de las medidas que se pueden adoptar para prevenir la propagación, como por ejemplo lavarse las manos con frecuencia. Gracias a estos esfuerzos, hasta hoy no se ha registrado ningún caso de ébola en las cárceles guineanas.

¿Qué se puede aprender hasta ahora de la acción del Movimiento de la Cruz Roja en Guinea?

Es importante destacar el desempeño extraordinario que han tenido y tienen todavía los miles de voluntarios de la Cruz Roja de Guinea en la lucha contra el ébola. Como dijo recientemente uno de los responsables de la Cruz Roja de Guinea, los voluntarios se juegan la vida a diario para ayudar a las comunidades, y algunos de ellos desafortunadamente han pagado un precio muy alto por ello. Los voluntarios de la Cruz Roja de Guinea están entre los héroes que desde hace más de un año luchan sin descanso para acabar con esta epidemia. Merecen todo nuestro reconocimiento, nuestro respeto y nuestra admiración.