Llamamiento a los gobiernos: deben actuar juntos para poner fin a los ciberataques contra las estructuras sanitarias
El martes, Peter Maurer sumó su nombre a una lista de más de 40 líderes mundiales que llamaron a los gobiernos del mundo a tomar medidas inmediatas y decisivas para prevenir y poner fin a los ciberataques contra hospitales, estructuras sanitarias, institutos de investigación y autoridades internacionales que prestan atención crítica y brindan orientación en medio de la actual pandemia de COVID-19.
Los firmantes representan a gobiernos, industrias, organizaciones internacionales y no gubernamentales y círculos académicos, y piden a los gobiernos, incluida la Organización de las Naciones Unidas, que actúen juntos para reafirmar su compromiso de respetar las normas internacionales que prohíben tales actos.
El llamamiento se produce luego de los ciberataques que se produjeron en las últimas semanas contra estructuras sanitarias, por ejemplo, en República Checa, Francia, España, Tailandia y Estados Unidos, y contra organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, y otras autoridades sanitarias.
Esta amenaza adicional a las estructuras sanitarias se produce en un contexto en que el CICR ha registrado más de 200 incidentes de violencia física contra personal de salud y estructuras médicas en relación con la COVID-19 en más de 13 países, desde que comenzó la pandemia. Y estos son solo los ataques de los que tenemos conocimiento; es probable que la cifra real sea mucho más alta.
Llamamiento a una acción conjunta de todos los gobiernos para para poner fin a los ciberataques contra el sector de la salud
Llamamos a todos los gobiernos del mundo a que tomen medidas inmediatas y decisivas para poner fin a los ciberataques contra hospitales e instalaciones de asistencia de salud y de investigación médica, así como contra el personal sanitario y las organizaciones internacionales de salud pública. Para ello, los gobiernos deben trabajar juntos, incluida la Organización de las Naciones Unidas, para reafirmar su compromiso de respetar las normas internacionales que prohíben tales acciones.
A lo largo de las últimas semanas, hemos sido testigos de ataques dirigidos contra instalaciones sanitarias y organizaciones que están en la primera línea de la respuesta a la pandemia de COVID-19. Esos actos han puesto en peligro vidas humanas, al impedir el funcionamiento de instituciones de importancia crítica, ralentizar la distribución de insumos esenciales y de información, e interrumpir la prestación de cuidados a los pacientes. Cientos de miles de personas han muerto y millones de personas están infectadas en todo el mundo, por lo que la atención médica es hoy más importante que nunca. No será esta la última crisis sanitaria. Para el presente y para el futuro, los gobiernos deben afirmar con contundencia: las operaciones cibernéticas contra las instalaciones de salud son ilícitas e inaceptables..
No toleramos los ataques contra la infraestructura sanitaria en el mundo físico, y no debemos tolerar esos ataques en el ciberespacio, tanto en tiempo de paz como de conflicto. Estamos junto al Comité Internacional de la Cruz Roja y apoyamos su llamamiento para proteger las instalaciones y los servicios sanitarios contra los ciberataques de todo tipo. Instamos a los gobiernos a que trabajen juntos y aúnen fuerzas con la sociedad civil y el sector privado, a fin de garantizar que las estructuras médicas sean respetadas y protegidas, y que los autores de los ataques rindan cuentas de sus actos. Por sobre todas las cosas, los gobiernos deben tomar medidas y poner fin a los ciberataques contra los hospitales y las estructuras sanitarias. Hay que actuar ya mismo.
Estos ataques han consistido desde operaciones de secuestro de datos para dañar redes de atención de salud primaria y de emergencia a cambio de pagos hasta campañas de desinformación destinadas a dañar y alterar importantes elementos de la respuesta a la pandemia, como las instalaciones donde se realizan pruebas e investigación de vacunas. Cuando lograron su objetivo, estos ataques causaron la interrupción de la prestación de atención sanitaria y generaron costos adicionales a los dispensadores de atención sanitaria. Dejaron en evidencia, además, la vulnerabilidad del sector a los ciberataques en un momento en que la atención médica es más necesaria que nunca.
Los recientes ciberataques contra estructuras sanitarias ponen de manifiesto una preocupación que el CICR ya ha planteado hace tiempo: las estructuras sanitarias son particularmente vulnerables a las ciberoperaciones hostiles o maliciosas. En tiempo de crisis sanitarias, pandemias o conflictos armados, los hospitales son más necesarios que nunca.
Las ciberoperaciones que alteran el funcionamiento de las computadoras de hospitales, las cadenas de abastecimiento de insumos médicos o los dispositivos médicos pueden implicar la interrupción de la prestación de atención sanitaria y un mayor riesgo para quienes la necesitan. Si los hospitales no funcionan, no podrán brindar los tratamientos que pueden salvar vidas.
La protección de las estructuras sanitarias en los conflictos armados es un aspecto central del derecho internacional humanitario. Los Convenios de Ginebra no dejan ninguna duda: las estructuras sanitarias y su personal deben ser respetados y protegidos. Los beligerantes no deben dañar la infraestructura médica a través de ciberoperaciones y deben tomar mayores medidas de precaución para evitar causar daños incidentales mediante esas operaciones.
Las sociedades están cada vez más digitalizadas, y las ciberoperaciones se han convertido en una realidad de los conflictos armados de hoy. Se prevé que las ciberoperaciones aumenten, dado que un número cada vez mayor de Estados adquiere capacidades militares cibernéticas. La amenaza al sector de la salud durante la pandemia actual debe ser un llamado de atención para que se aborden las amenazas que los ciberataques pueden plantear a las estructuras sanitarias en el futuro.
Firmantes:
- Dapo Akande, profesor de Derecho Internacional Público, Universidad de Oxford
- Madeleine Albright, ex secretaria de Estado, Estados Unidos
- Ban Ki-moon, ex secretario general, Organización de las Naciones Unidas
- Lakhdar Brahimi, ex ministro de Relaciones Exteriores, Argelia
- John Bruton, ex Taoiseach (primer ministro), Irlanda
- Fernando Henrique Cardoso, expresidente, Brasil
- Margaret Chan, ex directora general, Organización Mundial de la Salud
- Eva Chen, directora ejecutiva, Trend Micro
- Stephane Duguin, director ejecutivo, CyberPeace Institute
- Mohamed ElBaradei, ex director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (Premio Nobel de la Paz)
- Beatrice Fihn, directora ejecutiva de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (Premio Nobel de la Paz)
- Mijaíl Gorbachov, expresidente, Unión Soviética (Premio Nobel de la Paz)
- Gro Harlem Brundtland, ex director general, Organización Mundial de la Salud
- Zhixiong Huang, profesor de Derecho Internacional, Universidad de Wuhan
- Igor Ivanov, ex ministro de Relaciones Exteriores, Rusia
- Ellen Johnson Sirleaf, expresidenta, Liberia (Premio Nobel de la Paz)
- Eugene Kaspersky, director ejecutivo, Kaspersky
- Khoo Boon Hui, expresidente, Interpol
- Larry Kramer, presidente, Fundación William y Flora Hewlett
- Ricardo Lagos, expresidente, Chile
- Doris Leuthard, ex presidenta de la Confederación Helvética
- Adrian Lovett, presidente y director ejecutivo, Fundación World Wide Web
- Susana Malcorra, ex ministra de Relaciones Exteriores, Argentina
- Peter Maurer, presidente, Comité Internacional de la Cruz Roja
- Daniel Mitov, ex ministro de Relaciones Exteriores, Bulgaria
- Eduardo Montealegre, ex ministro de Relaciones Exteriores, Nicaragua
- Marty Natalegawa, ex ministro de Relaciones Exteriores, Indonesia
- Nandan Nilekani, presidente no ejecutivo de la junta directiva, Infosys
- Ngozi Okonjo-Iweala, ex ministro de Finanzas, Nigeria
- Maia Panjikidze, ex ministra de Relaciones Exteriores, Georgia
- Zeid Raad Al Hussein, ex alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
- Sir Richard J. Roberts, jefe científico, New England Biolabs (Premio Nobel de Fisiología o Medicina)
- Francesco Rocca, presidente, Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
- Julio María Sanguinetti, expresidente, Uruguay
- Juan Manuel Santos, expresidente, Colombia (Premio Nobel de la Paz)
- Samir Saran, presidente, Observer Research Foundatio
- Marietje Schaake, exmiembro del Parlamento Europeo
- Michael Schmitt, profesor de Derecho Internacional, Universidad de Reading
- Wendy Sherman, exsubsecretaria de Estado de Asuntos Políticos, Estados Unidos
- Brad Smith, presidente, Microsoft
- Helle Thorning Schmidt, ex primera ministra, Dinamarca
- Desmund Tutu, arzobispo emérito de Ciudad del Cabo (Premio Nobel de la Paz)
- Danilo Türk, expresidente, Eslovenia
- Lech Wałęsa, expresidente de Polonia (Premio Nobel de la Paz)
- Sir Graham Watson, exmiembro de Parlamento Europeo, Reino Unido
- Harold F. Wolf III, director ejecutivo, Healthcare Information and Management Systems Society
- Ernesto Zedillo, expresidente, México