Comunicado de prensa

México y América Central: la violencia no cesa con COVID-19, asegura CICR al presentar su informe humanitario 2020

Ciudad de México (CICR)- La delegación regional del Comité Internacional de la Cruz Roja para México y América Central presentó su informe de 2020 en el que destaca sus principales preocupaciones humanitarias para la región, relacionadas con la violencia, la migración, el desplazamiento interno, la desaparición de personas, así como la situación de personas privadas de libertad, situaciones que pueden agravarse con la actual pandemia.

México: informe de actividades 2020

América Central: informe de actividades 2020

"En medio de la crisis mundial desatada por la pandemia del Coronavirus 2019 (covid-19), la labor humanitaria neutral e independiente capaz de contribuir a mitigar el sufrimiento, en especial de los más vulnerables, se hace hoy más indispensable que nunca", dijo Jordi Raich, jefe de la Delegación Regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y América Central al presentar el Informe de este organismo internacional.

Si bien la pandemia impone un reto para todos, las consecuencias humanitarias ligadas a la violencia que viven muchas personas en México y América Central no han cesado, sino que, por el contrario, se recrudecen en el contexto actual. "Las comunidades afectadas por la violencia y la marginación serán quienes sufran más por los efectos de la pandemia a largo plazo, por lo que se necesitan acciones coordinadas para protegerlos", indicó Jordi Raich. "Todas las medidas que se tomen para enfrentar esta situación deberían tener en cuenta la necesidad y la no discriminación, así como los derechos y necesidades específicas de los más vulnerables".

El Informe de actividades 2020 resume la labor que el CICR lleva adelante en la región junto con las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja, autoridades y organizaciones de la sociedad civil. Resalta también las necesidades de personas que, en situaciones adversas, buscan vivir en entornos más seguros y dignos, sacar adelante a sus familias y, en muchos casos, encontrar a sus seres queridos desaparecidos.

Las personas migrantes, privadas de libertad, los familiares de las personas desaparecidas, así como personas en comunidades particularmente afectadas por la violencia son los principales beneficiarios de la acción humanitaria del CICR en México y América Central. En esta región, la institución cuenta con oficinas permanentes en Ciudad de México, Tegucigalpa y San Pedro Sula (Honduras), San Salvador, Ciudad de Guatemala y Managua (Nicaragua).

Durante el 2019, la labor del CICR en la región benefició de manera directa a más 207.600 personas. En México, fueron beneficiadas 90.450 personas, en Honduras 45.900, en Nicaragua 16.357, en El Salvador 22.844 y en Guatemala 32.132. Estas acciones incluyeron, por ejemplo: asistencia en salud a comunidades afectadas por la violencia y a migrantes, construcción de infraestructura comunitaria y albergues, apoyo a procesos de búsqueda de personas desaparecidas, actividades para fortalecer la resiliencia de comunidades, capacitaciones para funcionarios públicos, así como diálogo y asesoría con las autoridades y otros interlocutores clave para incidir en políticas públicas que prevén y responden a las necesidades de las personas afectadas.

Principales preocupaciones humanitarias

En el caso de las personas migrantes, el CICR busca mitigar las consecuencias humanitarias de la violencia que deben enfrentar en su tránsito. En un gran número de casos, pierden el contacto con sus familias, son víctimas de actos violentos, de accidentes, desaparecen o mueren. Asimismo, sigue con atención los impactos humanitarios que pueden acarrear los cambios recientes en las políticas migratorias de los países.

Además de velar por el respeto de los derechos de los migrantes y apoyarlos con asistencia en salud y acciones de protección, el CICR contribuyó para que pudieran mantener el contacto con sus familiares y reducir así el riesgo de desapariciones. En 2019 se ofrecieron 149.000 llamadas gratuitas en México, Guatemala y Honduras de la mano de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja.

Asimismo, 165 migrantes amputados, en tránsito y retornados, recibieron prótesis, órtesis y apoyo para rehabilitación física.

La delegación del CICR desplegó esfuerzos también para lograr una respuesta a la problemática de personas desaparecidas y sus familiares. En la región, siguen desaparecidos miles de individuos a raíz de conflictos armados pasados y todos los días se registran nuevas desapariciones por situaciones de violencia o por procesos migratorios.

"Hacen falta mecanismos eficaces de búsqueda, acciones coordinadas a nivel regional y procesos forenses de calidad para encontrarlas. Cada desaparición genera múltiples necesidades humanitarias, que pueden crear o aumentar condiciones de vulnerabilidad para quienes buscan", agregó Raich.

Entre los beneficiarios del CICR también se encuentran personas privadas de libertad que reciben visitas periódicas para asegurar que sus derechos son respetados. El año pasado se realizaron más de 74 visitas a lugares de detención en toda la región, incluyendo Honduras, Nicaragua, Guatemala, El Salvador y México. Estas acciones beneficiaron a más de 7.772 personas privadas de la libertad.

México

Sobre la labor humanitaria desplegada en México, Martin de Boer, jefe adjunto de la delegación regional, destacó que el incremento de los homicidios registrados el año pasado en México, conlleva a una intensificación de las consecuencias humanitarias asociadas, como la desaparición, desplazamiento interno, restricciones al movimiento, extorsión, dificultad de acceso a servicios de educación y salud, entre otros.

"Los grupos armados continúan exhibiendo su capacidad y su predisposición a usar la violencia para lograr sus objetivos, generando miedo en las comunidades donde están presentes, con consecuencias -visibles e invisibles- también en la salud mental de los pobladores", dijo Martin de Boer. En este contexto, "trataremos, en el marco de nuestro cometido, de mitigar los efectos humanitarios que causa la violencia armada en la población".

Honduras

Sobre la labor humanitaria en Honduras, Karim Khallaayoun, jefe de Misión, resaltó la cifra récord de migrantes hondureños retornados con la que cerró el 2019 (109.185 migrantes retornados, según cifras oficiales) así como la necesidad de brindarles respuestas al corto y largo plazo.

Honduras enfrenta enormes desafíos en materia de migración y desplazamiento interno por la violencia. "Ambos son fenómenos que están de alguna u otra manera interconectados. Una gran cantidad de personas migrantes que integran las caravanas han sido en primer lugar desplazados internos por la violencia quienes han decidido migrar como última opción para salvar sus vidas".

"Aun durante la pandemia COVID19 hemos visto que las deportaciones no se han detenido. Por otro lado, además de las dificultades y esfuerzos que representa para las autoridades e instituciones humanitarias brindar asistencia a los migrantes en medio de esta emergencia, se suma también un cierto grado de estigmatización, por parte del resto de la población, que dificulta que estas personas puedan volver a sus lugares de origen y estar con sus familias sanos y salvos".

En el marco de la covid-19, el CICR se encuentra colaborando activamente junto con la Cruz Roja Hondureña con distintas autoridades (SINAGER, Secretaría de Salud, Hospital Escuela, Medicina Forense, Instituto Penitenciario, Fuerzas Armadas y Cancillería) brindando soporte para la protección y autocuidado del personal sanitario, general y en primera línea, así como la asistencia a población vulnerable afectada por la pandemia en el país, entre ellos migrantes retornados y desplazados.

El Salvador

Sobre la labor humanitaria desplegada en El Salvador, Olivier Martin, jefe de misión en este país, destacó que la asistencia y protección a las familias de personas desaparecidas, personas migrantes y desplazadas por la violencia, así como la situación de las personas privadas de libertad son algunas de las preocupaciones humanitarias centrales para el CICR en el país.

"Los problemas crónicos derivados de la violencia que ha enfrentado El Salvador en las últimas décadas, mantiene a muchas familias en estado de vulnerabilidad. Estas consecuencias se ven amplificadas en una situación de emergencia sanitaria como la que enfrentamos hoy en día", explicó Olivier Martin. En ese sentido, "Nuestro compromiso es ejercer una acción responsable que contribuya antes las necesidades urgentes de la actualidad con el desafío de procurar la protección de las comunidades más frágiles ya beneficiarias de nuestra acción regular", enfatizó.

Guatemala

Guatemala enfrenta importantes desafíos humanitarios derivados de diversos factores: la violencia, las necesidades y riesgos que sufren los migrantes en tránsito y retornados, o los problemas que persisten desde los años del conflicto armado no internacional (1960-1996).

"La violencia armada, la violencia sexual y las desapariciones afectan en mayor medida a las poblaciones más vulnerables, discriminadas y estigmatizadas en función de su género, origen y situación socioeconómica, a menudo abocadas al desplazamiento interno y la migración. En todos los casos, es apremiante que las personas afectadas sean atendidas y sus necesidades tomadas en cuenta", aseguró Kian Abbassian, jefe de misión del CICR en Guatemala.

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El CICR, fundado en 1863, es una organización humanitaria independiente, neutral e imparcial que brinda protección y asistencia humanitaria a las víctimas de conflictos armados y otras situaciones de violencia, y promueve el respeto del Derecho Internacional Humanitario.

Consulte el contenido completo de los informes anuales para México y América Central.

Para mayor información:

María Cristina Rivera, coordinadora de comunicaciones del CICR para México y América Central:
52 5527551794
Ana Olivia Langner, oficial de comunicación pública: 52 5537176427