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México y América Central: violencia armada afecta la vida de miles de personas

La Delegación Regional para México y América Central del CICR presentó su Balance Humanitario 2022-2023 en el que advierte la existencia de profundas consecuencias humanitarias asociadas con la violencia armada, como las desapariciones, homicidios, desplazamientos internos y migraciones.

Ciudad de México (CICR). – Cada día la violencia armada genera nuevas víctimas en México y América Central. El sufrimiento humano asociado con ella ha alcanzado magnitudes profundas y dolorosas, por lo que es urgente reconocerlo, atenderlo y prevenirlo, aseguró el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) durante la presentación de su informe anual regional de actividades.

"El dolor de quienes buscan a un ser querido, de las personas que se ven obligadas a abandonar su hogar para salvar su vida y la de su familia, y de las comunidades que no tienen acceso a servicios esenciales es similar al que enfrentan personas en otras partes del mundo afectadas por conflictos armados", dijo Olivier Dubois, jefe de la delegación del CICR para México y América Central.

La violencia en la región es una realidad de todos los días en la que las víctimas necesitan ser atendidas de forma inmediata. Al mismo tiempo es persistente e histórica: sus causas son de hondo calado. "En ese difícil equilibrio entre lo estructural y lo urgente, entre abordar un problema que requiere soluciones de largo plazo y atender y mitigar las consecuencias humanitarias permanentes que genera, trabajamos el CICR en México y América Central", indicó Dubois.

Proteger a las personas migrantes y desplazadas internamente

El CICR observa que en 2022 los flujos migratorios en la región aumentaron y se reconfiguraron. Esto se refleja en el incremento de 974% de las personas que han registrado su ingreso en Honduras, en comparación con 2021, de acuerdo con datos oficiales reportados por el Observatorio de las Migraciones Internacionales en Honduras, y en un aumento de 43% de migrantes en estancias y estaciones migratorias en México, en comparación con 2021, según estadísticas oficiales nacionales.

El número de personas de países del Caribe y América del Sur que transitan por México incrementó e incluso superó a nacionales de países centroamericanos y en los primeros meses de 2023 se observa un aumento de solicitudes de asilo. Lo anterior implica esfuerzos por parte de los países para conocer y respetar los derechos de estas personas, en especial de aquellas en mayor riesgo y vulnerabilidad.

El CICR entrevista a personas migrantes y sostiene un diálogo con actores relevantes para conocer las principales consecuencias humanitarias asociadas a la violencia y los cambios en las políticas migratorias. La información recopilada muestra que a lo largo del trayecto están muy expuestas a ser víctimas de accidentes, redes de tráfico de personas, robos, extorsiones, desaparición, y a un menor acceso a servicios humanitarios.

"El fortalecimiento de los controles migratorios, la implementación de políticas migratorias a lo largo de la región y la desinformación, exponen a las personas a buscar rutas cada vez más peligrosas para eludir el control de las autoridades, con consecuencias, muchas veces, fatales", expresó el jefe de la delegación regional del CICR.

Los Estados tienen la responsabilidad principal de satisfacer las necesidades de asistencia y garantizar la protección de los derechos de las personas migrantes. Sin embargo, el CICR es consciente del desafío que implica garantizar el acceso a sus derechos en una situación en la que hay un número cada vez mayor de personas en tránsito por la región. El CICR dialoga de manera confidencial con las autoridades con el fin de compartir observaciones y recomendaciones para así contribuir al respeto y a la protección de su integridad y dignidad.

Así mismo, el desplazamiento interno a causa de la violencia sigue siendo una realidad en México y Honduras. Muchas veces las personas desplazadas se enfrentan no solo a tener que empezar de cero, a pesar de desplazarse aún necesitan protección y seguridad. El CICR apoya a las autoridades para que tengan rutas de atención que permitan a las personas acceder a sus derechos, y contribuye a que muchas de ellas puedan retomar sus proyectos de vida.

Desapariciones

Una de las consecuencias humanitarias más dramáticas en México y América Central es la desaparición: personas que desaparecieron en conflictos armados del pasado siguen sin ser halladas, migrantes desaparecen y fallecen en la ruta, y personas son desaparecidas a causa de la violencia.

"El deber de búsqueda, localización e identificación –en el caso de las personas halladas sin vida–corresponde a las autoridades y son ellas las que deben tomar todas las medidas necesarias para garantizar los derechos de las personas desaparecidas y de sus familias, así como para desarrollar políticas públicas que prevengan y atiendan la problemática", aseguró Dubois.

"Tener registros centralizados y actualizados que permitan el intercambio de información entre instituciones y países, contar con mecanismos efectivos para que las familias reporten sus casos y con instituciones que tengan recursos humanos y suficientes para operar adecuadamente es esencial en la respuesta humanitaria", enfatizó.

El CICR destaca en su informe los esfuerzos que en 2022 hicieron países de la región para reconocer y atender esta problemática, además de los retos que persisten. La organización humanitaria trabajó con las autoridades para mejorar las capacidades técnicas de las instituciones y con las familias para atender sus necesidades y fortalecer el conocimiento de sus derechos, así como sus redes de apoyo a nivel regional.

Otras consecuencias de la violencia: falta de acceso a servicios básicos

Además de las consecuencias visibles en forma de desplazamientos, muertes, desapariciones, la violencia genera otras consecuencias que rompen con dinámicas comunitarias e impiden el acceso a servicios básicos. Aunque estas consecuencias son mucho más difíciles de calcular, en comunidades con presencia de grupos armados hay restricción a movimientos, afectaciones a la salud mental y falta de acceso a servicios de salud o la educación. Esta situación hipoteca el futuro de muchos niños, niñas y jóvenes y aumenta la vulnerabilidad de las comunidades.

"Trabajamos para que las personas con mayores factores de riesgo y vulnerabilidad en este contexto de inseguridad sean protegidas, asistidas y que sea respetada su dignidad. Es fundamental que las personas afectadas por la violencia estén en el centro de toda respuesta humanitaria", aseguró el jefe de la delegación regional.

Personas privadas de libertad

EL CICR visita personas privadas de libertad en 80 países del mundo, actividad que en 2022 también llevó a cabo en Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala (en este último visitó a jóvenes en conflicto con la ley penal). Los hallazgos y recomendaciones de estas visitas son compartidos de forma confidencial con las autoridades.

En la región, la organización humanitaria trabaja para lograr que se respeten los derechos de las personas privadas de libertad, incluyendo el acceso a servicios básicos y al contacto con sus familiares, también trabaja con las autoridades en vislumbrar alternativas diferentes a la privación de la libertad y los regímenes restrictivos.

Nuestra acción en cifras

78 visitas
58.137 personas migrantes
32.602 llamadas gratuitas
147 familias desplazadas internas
168 personas migrantes
1.632 familiares de personas desaparecidas

Sobre el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)

El CICR, fundado en 1863, es una organización independiente, neutral e imparcial que brinda protección y asistencia humanitaria a las víctimas de conflictos armados y otras situaciones de violencia. Cuenta con 20 000 colaboradores que trabajan en 100 países del mundo. Es parte del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la red humanitaria más amplia y antigua del mundo, y trabaja mano a mano con sus socios nacionales de la Cruz Roja para ampliar su labor.

Contactos para medios

Ana Langner, Oficial de comunicación pública, México: olangnerleyva@icrc.org

Laura Marcela Ortiz, Oficial de comunicación, El Salvador: lortizcolmenares@icrc.org, (503) 7603-9325

Luis Pedro Domínguez, Oficial de comunicación, Guatemala: ldominguezrosales@icrc.org

Bianca Paola Solórzano, Oficial de comunicación, Honduras: bsolorzanomejia@icrc.org

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