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Nigeria: cuando el ganado se come los cultivos, los agricultores reciben ayuda

Nadie les dijo a las vacas que no se comieran el maíz. Cuando, el año pasado, Morris Yaji y su familia huyeron de la escalada de violencia alrededor de su pueblo en el noreste de Nigeria, la pareja y sus 10 hijos tenían reservas de alimentos suficientes como para vivir cómodamente. Pero al no haber quedado quien controlara a los animales durante la época de cosecha, gran parte del alimento desapareció.

"Cuando regresamos a nuestra comunidad, vimos que el ganado se había comido gran parte de los alimentos que habíamos dejado", relató Yaji, un campesino residente en Mubi.

Fighting has hit much of north-east Nigeria.

Mubi, Nigeria. Los enfrentamientos asolaron casi todo el noreste de Nigeria, CC BY-NC-ND / CICR / Jesús Serrano Redondo

Una extensa zona del norte de Nigeria está sufriendo los efectos de los enfrentamientos entre Boko Haram y las fuerzas armadas nigerianas. En octubre de 2014, los ataques sembraron el caos en la región donde reside Yaji.

Más de 40.000 personas, en su mayoría agricultores, huyeron a pie y recorrieron más de 200 kilómetros hacia el vecino Camerún. Ardo Benjamin, líder comunitario de Vimtim, una aldea contigua a Mubi, explicó que quienes huyeron permanecieron en un campamento de refugiados, donde recibieron albergue, comida y agua.

Hacia fines de diciembre de 2014, la situación en Mubi se había calmado. Pero a su regreso, los pobladores vieron que los cultivos en los campos y la comida de los depósitos habían sido depredados. Sin nadie que controlara al ganado, éste había quedado libre para recorrer las granjas a su antojo.

A pesar de la voracidad de los animales, a Yaji le quedó suficiente comida como para alimentar a su familia un par de meses más. Pero su próximo problema fue el mismo que el de muchos otros vecinos: sin ingresos tras su huida de la violencia, pocos tenían suficiente dinero como para comprar semillas o fertilizante para la próxima época de siembra.

Maize begins to appear in the fields. The ICRC has supplied seed and fertilizer for returnee farmers affected by conflict in north-eastern Nigeria.

Mubi, Nigeria. El maíz comienza a asomar en los campos. El CICR distribuyó semillas y fertilizante a los campesinos que regresaron luego de haber sido afectados por los enfrentamientos en el noreste de Nigeria. CC BY-NC-ND / CICR / Jesús Serrano Redondo

El CICR respondió distribuyendo 10 kg de semillas de maíz y 150 kg de fertilizante a cada uno de los más de 3.500 agricultores que regresaron a sus tierras, para que pudieran recomenzar sus vidas. A su vez, recibieron formación sobre las prácticas de labranza más eficaces y les entregó alimentos como para un mes, para evitar que las familias comieran las semillas destinadas a los cultivos.

"Nunca antes sufrimos una guerra, y la asistencia del CICR nos ayudó a recuperarnos", dijo Yaji, quien calificó de "crucial" el respaldo recibido para reiniciar las tareas en su granja.

Karl Mattli, jefe de la delegación del CICR en Nigeria, dijo que el CICR estaba intensificando considerablemente su respuesta a las enormes necesidades humanitarias del país.

"En el noreste de Nigeria, estamos brindando alojamiento, agua, comida y atención médica a cientos de miles de personas", explicó. "Acabamos de distribuir comida y otros artículos esenciales a más de 160.000 personas desplazadas en el estado de Adamawa."

Each household received 150 kg of fertilizer and 10 kg of maize seed. And the ICRC plans to support more communities across Nigeria.

Mubi, Nigeria. Cada hogar recibió 150 kg de fertilizantes y 10 kg de semillas de maíz. El CICR proyecta apoyar a más comunidades del resto de Nigeria. CC BY-NC-ND / CICR / Jesús Serrano Redondo

El CICR proyecta ayudar a otros 8.300 campesinos en Yobe, un estado principalmente agrícola, y a 4.500 campesinos más en Maiduguri, una de las ciudades más afectadas por el actual conflicto.