Perú: urge atender la salud mental de los familiares de personas desaparecidas
Los familiares de personas desaparecidas tienen necesidades particulares en materia de salud mental debido a la angustia y la incertidumbre que genera la desaparición de un ser querido. El CICR insta a que se las atienda con urgencia.
Han pasado más de cuarenta años desde el inicio del periodo de violencia armada que vivió el Perú entre 1980 y 2000. Más de 21.918 personas fueron desaparecidas en aquellos años. Y, a la fecha, miles de familias continúan buscando a sus seres queridos. Las heridas emocionales que les ha dejado la desaparición muchas veces son más graves que las heridas físicas, y es preciso atenderlas con urgencia.
La salud mental de los familiares de las personas desaparecidas en Perú se ve afectada por los numerosos años que lleva el proceso de búsqueda y por la escasa ayuda que reciben. Muchos de ellos sufren sintomatologías relacionadas con el estrés, la ansiedad y la depresión, que varían en gravedad según el contexto y las condiciones de vida de las personas. Por ejemplo, inciden factores como el contexto, rural o urbano, y el idioma, español o quechua.
Para las familias, es importante dar un entierro digno a sus seres queridos desaparecidos.
El malestar que padecen los familiares se prolonga en el tiempo y puede llevar a su revictimización. Por ello, es importante brindarles atención preventiva y protegerlos de los riesgos para la salud mental a los que pueden exponerse durante el proceso de búsqueda.
Los familiares también requieren de un apoyo estructural e interdisciplinario para atender sus diversas necesidades que afectan directamente el proceso de búsqueda. En ese sentido, es una prioridad que la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos articule permanentemente su labor con los familiares y con otras instituciones pertinentes, como el Equipo Forense Especializado del Ministerio Público, fortaleciendo así el enfoque humanitario en todo el proceso de búsqueda.
Es importante y fundamental asegurar un trabajo interinstitucional articulado, lo que requiere mayor cooperación y compromiso de cada autoridad participante en la búsqueda.
La DGBPD empieza a operar en el año 2017, tras la promulgación de la Ley N° 30470.
Por otro lado, es preciso reconocer el papel central que los familiares deben tener en la búsqueda, y los profesionales que participan en este proceso deberían hacer de las personas afectadas y sus necesidades el eje principal de su acción, adoptando un enfoque psicosocial.
Además, es necesario que las instituciones mantengan una comunicación constante y transparente con los familiares, para aliviar la angustia que les genera la incertidumbre y para favorecer el propio proceso de búsqueda.
Preocupa al CICR el deterioro de la salud mental de las personas que buscan a sus seres queridos desaparecidos. Aúna sus esfuerzos con otras instituciones para dar el lugar primordial a los familiares y evitar su frustración y fatiga, así como otros padecimientos que los van afectando a medida que pasa el tiempo.
Desde el 2015, el CICR ha contado con un programa de apoyo psicosocial a las familias de las personas desaparecidas en el periodo 1980-2000, brindando asistencia técnica a las entidades involucradas para que asuman esta tarea en todo el proceso de búsqueda.</h2>
El CICR en Perú promueve que el Estado asegure la atención que corresponde a los familiares de las personas desaparecidas, según sus necesidades, gestionando la búsqueda, recuperación e identificación de sus seres queridos y propiciando un entierro digno. A partir de estos esfuerzos y el trabajo conjunto realizado, espera que las autoridades, de ahora en adelante, estén en la capacidad de responder a estas necesidades humanitarias, labor que compete no solo al gobierno central, sino también a los gobiernos regionales y locales, conforme al marco normativo vigente y, en consonancia con los compromisos internacionales asumidos por el Perú.
