Tokio/Ginebra (CICR) – En una reunión de las Partes en el Tratado sobre el comercio de armas (TCA) que tuvo lugar hoy en Tokio, Japón, la Dra. Helen Durham, directora de Derecho Internacional y Políticas Humanitarias del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), destacó las preocupaciones del CICR a raíz de la creciente brecha entre las palabras y las acciones en materia de comercio mundial de armas.
"El objetivo específico del Tratado es priorizar los intereses humanitarios y, de esta manera, reducir el sufrimiento humano", dijo la Dra. Durham. "Sin embargo, nos preocupa la creciente brecha entre los compromisos absolutos de los Estados con los derechos humanos y el derecho internacional humanitario –en el Tratado y en otros instrumentos–, y la manera en que se transfieren las armas en la práctica".
El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) da cuenta de las cifras siguientes:
- el volumen de las transferencias internacionales de armas importantes en el período 2013-2017 fue un 10% más elevado que en 2008-2012;
- en el período 2013-2017, Oriente Medio recibió el 32% de las importaciones mundiales de armas y registró el mayor aumento en importaciones de armas (un aumento del 103% respecto de los cinco años anteriores).
Los conflictos actuales son exacerbados por un suministro constante de armas y municiones. La regulación deficiente y la amplia disponibilidad de armas convencionales causan un daño devastador e irreparable a la población civil. Esta conclusión no es nueva, ya se había confirmado en una investigación realizada por el CICR hace casi dos décadas. Los datos del CICR muestran lo siguiente:
- la región de Oriente Medio registró el mayor número de ingresos de pacientes con heridas relacionadas con armas en los hospitales apoyados o supervisados por personal del CICR;
- las regiones de Asia-Pacífico y Oriente Medio tienen el mayor número de pacientes que reciben servicios relativos a la rehabilitación física.
Helen Durham recordó a los Estados que "los proveedores de armas tienen el deber de considerar el riesgo de que las armas que proporcionan sean empleadas para cometer o facilitar violaciones graves de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario". El 60% de los principales exportadores de armas importantes son partes en el TCA, lo que significa que las partes en el Tratado tienen considerables oportunidades para reducir el daño causado por estas armas.
"La ayuda por sí sola no puede resolver los problemas que enfrentamos", dijo la Dra. Durham. "Ustedes, los Estados reunidos aquí hoy, también tienen un papel vital que desempeñar: respetar el derecho internacional humanitario y actuar responsablemente en cada etapa de la cadena de transferencia de armas. De esa forma, pueden prevenir el daño devastador e irreparable que se produce cuando las armas caen en manos equivocadas."
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