Declaración

Primera Conferencia de Revisión de la Convención sobre Municiones en Racimo

Primera Conferencia de Revisión de la Convención sobre Municiones en Racimo, Dubrovnik, Croacia, 7-11 de septiembre de 2015
Declaración de la señora Christine Beerli, Vicepresidenta del CICR

Debemos redoblar esfuerzos para instar a los demás Estados signatarios a que la ratifiquen y para persuadir a otros países a ser Partes en ella lo antes posible.

Hace cinco años, en la primera reunión de Estados Partes, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se congratuló por la aprobación de la Convención sobre Municiones en Racimo, diciendo que esta ofrecía a la comunidad internacional las herramientas necesarias para poner fin a décadas de sufrimiento de las personas civiles. Este sufrimiento es el dolor y la angustia de las personas civiles que, a causa de la detonación de una munición en racimo, han perdido una extremidad, a un ser querido o los medios de subsistencia. Es también la carga que tienen que soportar las comunidades que siguen haciendo frente a los peligros ocultos de los restos de municiones en racimo.

Desde entonces, la realidad ha mostrado que la Convención es un instrumento eficaz para aliviar el sufrimiento de las víctimas de estas armas y para prevenir que estas causen más muertes. Noventa y cinco Estados han prohibido las municiones en racimo y 22 han apoyado su prohibición mediante la firma del tratado. Los Estados Partes ya han destruido más del 90% de sus reservas de municiones en racimo, es decir, casi 160 millones de submuniciones. Asimismo, se procede al reconocimiento y a la limpieza de las áreas contaminadas de manera oportuna, y se ofrecen con denuedo servicios de asistencia y rehabilitación a las víctimas de estas armas.

Sin duda alguna, tenemos motivos para alegrarnos por los logros alcanzados en los últimos cinco años. Aun así, todavía queda mucho por hacer si queremos conseguir nuestro objetivo común. Se trata de poner fin definitivamente al sufrimiento y a las muertes causadas por las municiones en racimo, según los términos de la Convención. Esta conferencia es una oportunidad decisiva para considerar la manera más rápida y eficaz de hacerlo.

Es necesario mantener el decidido empeño por destruir las reservas, limpiar las áreas contaminadas y asistir a las víctimas. Pero el CICR también considera necesario que se desplieguen esfuerzos especiales en varios otros ámbitos.

En primer lugar, debemos luchar por la adhesión universal a la Convención. Se ha logrado mucho en los últimos años en relación con la promoción de este tratado, especialmente instando a los Estados signatarios a ratificarlo. Encomiamos el trabajo de Costa Rica y Zambia, que presidieron las anteriores Reuniones de los Estados Partes, y la labor de Noruega y Ecuador, que actuaron como coordinadores respecto de la universalización de la Convención. Desde la última reunión de Estados Partes, seis Estados signatarios han ratificado la Convención y tres Estados se han adherido a ella. Ahora debemos redoblar esfuerzos para instar a los demás Estados signatarios a que la ratifiquen y para persuadir a otros países a ser Partes en ella lo antes posible.

Asimismo, debemos velar por que los Estados Partes procuren cumplir oportunamente las obligaciones en relación con la limpieza y la destrucción de las reservas. Los Estados que necesiten una prórroga, deben prepararse para presentar a tiempo la correspondiente solicitud. Para algunos de ellos se acerca el término del plazo, especialmente para la limpieza de los restos de municiones en racimo. Como hemos comprobado en relación con otros tratados, se requiere una gran planificación y una buena preparación, y estos preparativos deben comenzar con suficiente antelación al vencimiento de los plazos, en particular cuando se trata de solicitar una prórroga.

Un tercer desafío fundamental es mantener los recursos que exige la aplicación de la Convención. Sin los recursos técnicos, financieros y humanos necesarios, es imposible respetar los plazos para la limpieza, ofrecer o dar acceso a la asistencia a las víctimas y destruir las reservas.

todo uso que una parte pueda hacer de las municiones en racimo es inaceptable

Por último, si queremos poner fin definitivamente al sufrimiento y a las muertes causadas por las municiones en racimo, es necesario estigmatizar aún más estas armas. En opinión del CICR, todo uso que una parte pueda hacer de las municiones en racimo es inaceptable. Al respecto, son alentadoras la preocupación y las condenas expresadas por muchos Estados acerca del uso de estas municiones en conflictos armados recientes. La comunidad internacional nunca debe mostrarse indulgente ante el uso de estas armas o sus consecuencias en términos humanitarios.

Sin duda alguna, la aplicación eficaz de la Convención requiere la creación de una dependencia de apoyo a la aplicación. Instamos a los Estados Partes a tomar las decisiones necesarias para que puedan continuar los trabajos oficiales y oficiosos en relación con la Convención. En especial, instamos a los Estados Partes a adoptar un modelo de financiación de la dependencia de apoyo de la aplicación que permita a esta trabajar con eficacia y avanzar hacia el logro de los objetivos de la Convención y ser un recurso para los Estados Partes en la aplicación de este tratado.

La Declaración y el Plan de Acción de Dubrovnik fijan los compromisos y la hoja de ruta para progresar en muchas de estas cuestiones. Puestos que los Estados Partes examinarán estos documentos en los próximos días, los instamos a velar por que los compromisos y las medidas que adopten sean lo más claros y firmes posible y a trabajar con determinación para cumplirlos en los próximos cinco años.

>> Vea también: Sitio web de la Convención sobre Municiones en Racimo