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República Centroafricana: una simple inyección cambia la vida

Un programa de vacunación que cuenta con el apoyo del CICR ayuda a salvar las fuentes de ingresos de las comunidades agropastoriles de la República Centroafricana.

"Sin este programa de vacunación, podría morir hasta un 70 por ciento del ganado, lo cual destruiría los medios de subsistencia de las comunidades agropastoriles". Lo dice Guido Govoni, especialista regional en ganado del CICR, tras visitar un lugar de vacunación de cebúes en la aldea de Balessio, cerca de la ciudad de Bambari, en la República Centroafricana (RCA).

Es uno de los diversos lugares identificados en el marco de una campaña de seis semanas para vacunar a aproximadamente 40.000 cabezas de ganado contra la pleuroneumonía contagiosa bovina (PCB), una enfermedad potencialmente mortal causada por una bacteria que se transmite a través del aire. El programa de vacunación es resultado de una iniciativa conjunta del CICR y la Agencia Nacional de Desarrollo Ganadero de RCA.

La violencia que afectó al país en 2012 llevó a que dejaran de funcionar sus servicios veterinarios, lo cual dejó a los ganaderos de la región sin acceso a atención veterinaria y expuso a sus cebúes a diversas enfermedades. A principios de 2014, un equipo del CICR realizó una serie de visitas a ciudades y aldeas de toda la región para evaluar las necesidades de los criadores de ganado bovino.

Chimbolo village, Bambari region. An ICRC team meets with cattle herders to discuss the health of their animals. CC BY-NC-ND / ICRC / Adam Beaumont / cf-e-01024

"Resultó que el problema más grave era la PCB, de la que dijeron que estaba matando a muchos animales porque no había vacuna ni tratamiento disponible", explica un delegado del CICR destacado en Bambari. "Un hombre contó que la enfermedad había reducido sus 400 cabezas de ganado a solo tres".

Alta tasa de mortalidad

Guido Govoni cree que la alta tasa de mortalidad y la vulnerabilidad extrema de la población animal a la PCB pueden deberse a diversos factores. Entre ellos están la suspensión de medidas de control de enfermedades a lo largo de varios años y el contacto con bovinos infectados durante la temporada de migración del ganado a tierras más altas.

Poner en marcha el programa de vacunación planteó varios desafíos logísticos importantes. Algunos de los más destacados fueron las grandes distancias y la necesidad de almacenar la vacuna a temperaturas muy bajas, en condiciones climáticas de calor y humedad y en lugares sin energía eléctrica.

"A menudo lleva hasta tres días vacunar a todos los animales de un lugar, así que, antes de trasladarlas desde Bambari, tenemos que poner las vacunas en neveras, rodeadas por bolsas de hielo", señala el delegado del CICR Jean-Max-Dury Ndomale.

Se identificaron nueve lugares de vacunación en toda la región, el más lejano de los cuales era Bangui Banda, a 165 kilómetros de la oficina del CICR. En todos los lugares de vacunación, los criadores construyen un corral y un "potro de herrar", una estructura en la que se inmoviliza al ganado para inyectarle la vacuna contra la PCB. El CICR brinda apoyo financiero y técnico, conocimientos específicos y materiales para ayudar a construir el corral.

Campaña de vacunación

Los rebaños de cebúes, a veces formados por varios centenares de cabezas de ganado cada uno, son un espectáculo impresionante a su llegada al lugar de vacunación. Algunos pastores trasladan a sus animales hasta 30 kilómetros para llevarlos a vacunar.

Antes de pasar al corral, los cebúes esperan su turno en el campo. Luego, son llevados en grupos de 20 o 30 hasta un estrecho embudo en el que veterinarios de la Agencia Nacional de Desarrollo Ganadero les inyectan la vacuna, que aporta el CICR. Una vez vacunados, a los cebúes se les pinta un punto rojo en el lomo antes de liberarlos. Cada inyección de la vacuna contra la PCB protege al animal durante un año.

Estamos muy contentos, porque esta campaña salva la vida de nuestro ganado y también de nuestras familias. El rebaño es nuestro patrimonio, y es la protección de nuestras familias.

Richard Mandadou, de la Agencia Nacional de Desarrollo Ganadero, señala que la reanudación de la vacunación contra la pleuroneumonía contagiosa bovina ha sido un gran éxito.

"En estas comunidades, la vida de las personas depende de sus rebaños. Cuando estos son devastados por la enfermedad, a los pastores no les queda nada para mantener a sus familias", apunta. "Una simple inyección les cambia la vida".

El programa de vacunación es un éxito por otra razón: es gratuito. En el pasado, los pastores tenían que pagar para vacunar a su ganado contra la PCB, y no todos podían hacerlo.
Aladji Abdou Ousmane, jefe de la aldea de Balessio, tiene a su cargo una comunidad de unas 300 personas. Aproximadamente 100 son criadores de ganado bovino, que entre ellos tienen varios miles de cabezas de cebú.

"Estamos muy contentos, porque esta campaña salva la vida de nuestro ganado y también de nuestras familias. El rebaño es nuestro patrimonio, y es la protección de nuestras familias", señala.

Balessio, región de Bambari. Un pastor aleja a sus animales del corral tras su vacunación. CC BY-NC-ND/CICR/Adam Beaumont/cf-e-01009