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Sudán del Sur/Sudán: Leila, de cinco años, vuelve a casa

Cuando empezaron los enfrentamientos en su aldea del estado de Nilo Azul, Sudán, Leila caminaba hacia la casa de su abuela. Para consternación de sus familiares, no regresó a su hogar, y su padre finalmente recurrió al CICR para pedir ayuda.

Aquella mañana de junio comenzó como tantas otras. Los miembros de la familia tomaban el té juntos y Leila*, una niña de cinco años, lo acompañaba con galletas o pan recién hecho. Esa mañana fueron galletas.

Poco tiempo después, empezó el paseo de un kilómetro para visitar a su abuela, que vive al lado de una tienda. Leila siempre visitaba a su abuela antes de comprar galletas y luego regresaba a casa.

Todos los niños que se perdieron durante los enfrentamientos de aquel día aparecieron relativamente pronto, excepto Leila. Mustafa* y Magda*, padre y madre de Leila, estaban desesperados.

"Busqué en las zanjas, busqué por todo el bosque. La busqué en catorce aldeas", señaló Mustafa. "Caminé de un lugar a otro preguntando si alguien había visto a mi Leila. Incluso busqué entre escombros en llamas, pensando que tal vez estuviera debajo".

"Después de varios días de búsqueda, la cabeza me daba vueltas y ya no sabía dónde más podía ir", continuó. "Algunas personas me hablaron del Consejo Nacional de Bienestar Infantil y los informé de que mi hija estaba desaparecida". El Consejo le dijo a Mustafa que el CICR trata de reunificar a las familias separadas más allá de las fronteras y que podría ayudarlo.

Por fin llegó la llamada del CICR

En estrecha colaboración, las delegaciones del CICR en Sudán y Sudán del Sur finalmente encontraron a Leila en un campamento de refugiados cercano a la frontera, en Sudán del Sur.

Leila, con la delegada del CICR que la fue a buscar al campamento de refugiados en Sudán del Sur. La mujer que lleva a Leila en brazos es quien la cuidaba en el campamento. CC BY-NC-ND/CICR/Luiza Khazhgerieva

"Finalmente, recibí la llamada del CICR", relató Mustafa, aliviado. "Me dijeron que habían encontrado a mi hija y me enviaron algunas fotos de ella. Solo a partir de ese momento pude volver a comer, y mi corazón descansó un poco".

Las delegaciones del CICR hicieron un seguimiento del caso con las autoridades de ambos países para acelerar el viaje de Leila y su reencuentro con sus familiares. Después de poco tiempo, un colaborador del CICR en Yuba acompañó a Leila para que se reuniera con sus padres en Jartum, Sudán.

Localizar a personas que se han separado de sus seres queridos en épocas de conflicto y restablecer el contacto entre ellas y sus familiares es un servicio humanitario esencial que brinda el CICR. Como parte de una red más amplia de servicios de búsqueda, las delegaciones del CICR y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en la región ayudan a reunificar a las familias han sufrido separaciones transfronterizas.

Leila abandona el centro de atención de Confident Children out of Conflict, una ONG de Sudán del Sur, para reunirse con sus familiares en Sudán. CC BY-NC-ND/CICR/Yamila Castro

"No esperaba en absoluto encontrar a mi hija", afirma Magda, la madre de Leila. "Durante todo el tiempo que estuvo desaparecida, yo no comía ni bebía, y lloraba todo el tiempo. Pensé que tal vez no volviera a verla nunca más".

"Estábamos destruidos", señaló Mustafa. "Yo salía a buscarla todos los días. Ni siquiera me acordaba de comer".

"Nuestra hija menor, Mona*, había estado llorando mucho", dice Magda. "Cuando le preguntábamos qué quería, si caramelos, galletas o a sus abuelos, siempre decía que no. Lo único que quería era ver a Leila".

Al final de cada día de la búsqueda de Leila, Mustafa regresaba a casa, y Magda le preguntaba: "¿Dónde está mi hija?". "No soportaba estar en casa", admite. "En cuanto veía a mi esposa, se me empezaban a caer las lágrimas".

"Un día fui a ver a un religioso, a la espera de un buen augurio. Me dijo: 'Tu hija está viva y tiene buena salud. La cuida una persona anciana y juega con otros niños'. Eso me dio mucha paz", recuerda Mustafa.

"Cuando Mustafa me contó eso del buen augurio, no me lo creí", afirma Magda.

El día que Leila debía volver a casa, toda la familia quería viajar a Jartum para darle la bienvenida, pero no tenía un coche lo suficientemente grande para trasladarlos a todos. "En lugar de eso, todos la esperaron en nuestra aldea", relató Mustafa, contento.

La familia feliz, con representantes del Consejo Nacional de Bienestar Infantil de Sudán y de la Media Luna Roja Sudanesa y con los equipos del CICR de Sudán y Sudán del Sur.

"¡Estamos tan contentos que no podemos ni creer que haya vuelto!", señalaron los padres, encantados.

A Leila le gusta mucho cantar, especialmente canciones de dalouka (un tambor sudanés). Magda canta la canción favorita de Leila:

"Qué agradable es el café con sorbete
No estoy sola, mi amada está conmigo
Ya basta, ojos preciosos, duerme
No estoy sola, mi amada está conmigo".

 Para más información sobre nuestra labor para reunificar familias en Sudán y Sudán del Sur:

Restablecimiento del Contacto entre Familiares en Sudán del Sur 
Restablecimiento del Contacto entre Familiares en Sudán

*Se han cambiado los nombres para proteger su privacidad.

Todas las fotos: CC BY-NC-ND/CICR/Asia Kambal