Para miles de familias en México, no saber qué pasó con sus seres queridos desaparecidos es un sufrimiento permanente. Como organización humanitaria que apoya a las víctimas de la violencia armada, al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) le preocupa la situación de estas familias y trabaja para que tengan un acompañamiento apropiado.
Las y los familiares de las personas desaparecidas tienen derecho a saber qué pasó con sus seres queridos: un derecho básico que se ha de respetar en todo momento. Su reconocimiento y aplicación se ha logrado gracias a la persistencia de las propias familias.
Este derecho no se limita sólo a los familiares que cuentan con la mayoría de edad, sino que también debe ser garantizado a las niñas,niños y adolescentes que tienen un familiar desaparecido y que son víctimas indirectas: hijas e hijos, nietas, nietos, sobrinos, entre otros.
En México, las niñas, niños y adolescentes (NNyA) suelen tener menos visibilidad en los discursos que se refieren a las víctimas de la violencia; sin embargo, su reconocimiento jurídico y social como tal promueve su derecho a la reparación del daño mediante acciones de asistencia institucional y de cuidado por parte de la sociedad. Los colectivos de búsqueda en México han emprendido importantes iniciativas para garantizar la protección jurídica y de asistencia de NNyA: su registro con los apellidos de uno de sus padres desaparecidos; el impulso de becas y convenios con escuelas para que las NNyA puedan continuar sus estudios; medidas de protección patrimonial a través de la Declaración Especial de Ausencia, y de ayuda humanitaria, como apoyos a la alimentación, entre otros ejemplos.
