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Venezuela: cuidar la salud mental de quienes viven en entornos de violencia armada en El Callao

“Empecé a sentirme un poco menos sola, porque me di cuenta de que no era la única que estaba en ese barco”, cuenta Elisa*, en referencia a los episodios de violencia armada que ha tenido que vivir en su comunidad. Ella es profesora de una escuela en El Callao y junto a otras docentes, participó en las sesiones grupales de apoyo psicológico que realizamos en la zona.

El impacto de la violencia armada en la salud mental es de las principales consecuencias que mencionan las personas en nuestras reuniones de evaluación de necesidades, se trata de un impacto que muchas veces les impide continuar con sus actividades cotidianas.

En el caso del personal docente, no solo les afecta personalmente, sino que puede perjudicar la atención que ofrecen a sus estudiantes, ya que su rol les demanda en muchos casos, dar contención a estudiantes y representantes. Marlene* otra de las docentes, lo cuenta: "me sentía en esos momentos (de enfrentamientos armados) asustada, nerviosa, no hallaba qué hacer, todo se me agrupaba, no sabía manejar mis emociones".

Tanto ella como Elisa, tienen la noble labor de enseñar en El Callao, una población minera al sur del estado Bolívar donde diversas situaciones de violencia pueden ocurrir en cualquier momento y afectar el desarrollo normal de las actividades escolares: ocasionar el cierre de los colegios, aumentar la deserción escolar, renuncias de profesores; todo como consecuencia del miedo, la incertidumbre y la preocupación.

Para dar respuesta a las necesidades de protección en salud mental y apoyo psicosocial en la zona, realizamos sesiones grupales con el personal de tres planteles educativos, en las que se habló sobre las consecuencias que deja la violencia armada en la salud mental de las personas: miedo, nerviosismo, inseguridad, angustia, tristeza, entre otras. Asimismo, se identificaron mecanismos de afrontamiento que pueden ayudarles a superar estas consecuencias de manera individual y como comunidad.

"Las sesiones son una forma de poder entender lo que ocurre en tu mente y apaciguar esas dudas que no has podido resolver", explica Elisa. Además, al contar con un espacio dónde compartir esas inquietudes y temores, se fortalecen las relaciones intracomunitarias. "Muchas (profesoras) también estábamos teniendo problemas similares, pero no nos habíamos tomado el tiempo para conversarlo, hasta que se dio esa sesión y pudimos abrir más la confianza". Estas dinámicas han fortalecido la cooperación entre los docentes, han mejorado el trabajo en equipo y han facilitado el espacio para crear estrategias de afrontamiento.

La finalidad de estas actividades es fortalecer la resiliencia de las personas que viven en entornos donde hay violencia armada y darles herramientas como técnicas de respiración, inteligencia emocional, resolución de conflictos, entre otras, que les ayuden a enfrentar situaciones adversas con resultados positivos. Así, Marlene menciona: "Ya tomo las cosas de la mejor manera que puedo, controlo mis emociones y siento que tengo calidad de vida gracias a esa ayuda. Por ejemplo, hace unos días hubo una situación y ya nosotros sabíamos qué era lo que teníamos que hacer. Sin ponernos nerviosos ni nada".

Estas sesiones de salud mental son vitales para los docentes, dado su rol central en las comunidades, ya que pueden replicar los aprendizajes, herramientas y técnicas que hayan adquirido, generando un efecto multiplicador. Además, estos conocimientos no solo les traen beneficios en su rol profesional, sino también en otras áreas. Elisa, por ejemplo, destaca que los ha usado para explicarle a su hijo a través de historias de princesas y héroes, todo lo que lo que ella ha aprendido, lo cual la ha ayudado a mantenerlo motivado para seguir asistiendo a clases.

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Otro aspecto importante que resalta la maestra Rosario*, es que las sesiones además de ayudarles a mejorar la gestión de sus emociones, también fueron un espacio para la retroalimentación entre el CICR y la comunidad, ya que se ha generado la confianza para conocer de primera mano la realidad de quienes viven en El Callao, lo cual nos ha permitido preparar una respuesta integral y oportuna basada en las necesidades de protección vinculadas a la violencia armada.

*Los nombres de las participantes fueron cambiados para proteger su privacidad.

Somos una organización humanitaria que, a través de nuestra experiencia en entornos con violencia, nuestro trabajo neutral y el diálogo confidencial con todos los portadores de armas en esta zona afectada por la violencia armada, proponemos actividades y programas para proteger y asistir a las personas afectadas.

En los meses recientes, hemos trabajado con diferentes comunidades en el área de salud mental y apoyo psicosocial:

• También en El Callao, el equipo de Salud Mental y Apoyo Psicosocial ha apoyado al personal de salud en los ambulatorios de las comunidades La Ramona, El Perú, El Chocó y Nacupay, a través de sesiones grupales de apoyo psicológico.

• Asimismo, ha capacitado a psiquiatras que acompañarán al CICR en la implementación de proyectos de Salud Mental y Apoyo psicosocial en ambulatorios en Aragua, El Callao y La Victoria (estado Apure).