Responder a la violencia sexual: apoyo a las víctimas/sobrevivientes, cambio de actitudes, reducción del riesgo

La violencia sexual ocurre en muchos lugares, puede prevenirse y nunca debe aceptarse. Ninguna persona, sin excepción, debe ser sometida a forma alguna de violencia sexual, jamás.

An ICRC employee visits a beneficiary at her home, where she recounts her experience and discusses her depression after her husband's death.

La violencia sexual suele ser parte de un patrón de violencia en relación con otras violaciones del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos, como la tortura, los asesinatos, el reclutamiento de niños, los saqueos o la destrucción de bienes.

Cuando está relacionada con situaciones de conflicto armado, puede exacerbarse la violencia sexual y por motivos de género que ya existía en la población civil, como la violación intramatrimonial y el matrimonio infantil.

Es probable que estos factores deriven en la aparición de nuevas tendencias o patrones, como el sexo transaccional o de supervivencia y la trata de personas con fines de abuso o explotación sexuales.

El devastador impacto de la violencia sexual

Si bien la violencia sexual está prohibida en marcos jurídicos internos e internacionales, sigue siendo un problema generalizado y frecuente en conflictos armados y otras situaciones de violencia, así como en lugares de detención y en rutas migratorias. En conflictos armados, se suelen utilizar medios tácticos o estratégicos para abrumar y debilitar a la parte adversaria atacando a la población civil. La inmensa mayoría de las víctimas son mujeres, niñas y minorías sexuales y de género. Sin embargo, también pueden ser hombres y niños, que corren mayor riesgo si cargan con algún estigma social o si están detenidos. En definitiva, la violencia sexual constituye un crimen de lesa humanidad, un crimen de guerra, una forma de tortura y un potencial acto de genocidio. Puede tener consecuencias graves y rara vez es un problema aislado. 

Acompañamiento de víctimas / sobrevivientes de violencia sexual: un esfuerzo colectivo con objetivos alcanzables

La violencia sexual es devastadora y tiene consecuencias nocivas para las víctimas/sobrevivientes (mujeres, hombres, niñas y niños), así como para sus familiares y toda la comunidad. En la inmensa mayoría de los casos, estos actos de violencia no se denuncian y, por otra parte, se los subestima en términos de prevalencia y consecuencias. No obstante, la respuesta humanitaria tiene que reunir perspectivas tan diversas como las necesidades de las propias víctimas/sobrevivientes. Mediante una respuesta multidisciplinaria e integral que comprende la asistencia, la protección y la prevención, procuramos que se satisfagan las necesidades de las víctimas/sobrevivientes y se realicen actividades para prevenir este tipo de delitos. La prioridad es el acceso a los servicios. En algunos casos, podemos ofrecer esos servicios nosotros mismos de manera directa y, en otros, derivamos a las víctimas/sobrevivientes a socios externos.

Prestación de asistencia en la atención clínica de violaciones

Ofrecemos asistencia relacionada con la atención clínica de una violación, lo que incluye la administración de profilaxis posterior a la exposición contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el tratamiento de lesiones e infecciones de transmisión sexual, la inmunización y la curación de heridas, en forma segura, oportuna y confidencial. 

Video "Las primeras 72 horas: apoyo fundamental para víctimas/sobrevivientes de violencia sexual

Ayuda para sanar las heridas psicológicas

Trabajamos para poner a disposición de las víctimas/sobrevivientes de violencia sexual servicios de salud mental y apoyo psicosocial que ayuden a aliviar la angustia, que probablemente también surja de otras fuentes.

Formación de prestadores de servicios y comunidades educativas

Nos dedicamos a brindar la formación adecuada al personal de salud local, los voluntarios y los miembros de la comunidad —por ejemplo, parteras tradicionales— para que puedan identificar los casos y las necesidades, ofrecer estos servicios y hacer las derivaciones correspondientes. Organizamos sesiones informativas para la comunidad con el fin de generar conciencia sobre los servicios existentes y promover que tanto las víctimas/sobrevivientes como sus familiares busquen apoyo.

Apoyo a sobrevivientes en la continuidad de la asistencia

Una vez que prestamos los servicios a las víctimas/sobrevivientes o las derivamos a otras organizaciones, realizamos un seguimiento para verificar que no se interrumpa la continuidad de la asistencia que necesitan, por ejemplo, en cuanto a atención médica, asesoría jurídica o ayuda económica. Primero, siempre se obtiene el consentimiento informado de la víctima/sobreviviente.

Gestiones para la prevención

Les recordamos a las partes en los conflictos armados, ya sean fuerzas militares y de seguridad estatales o grupos armados no estatales, que la violencia sexual está prohibida por el derecho internacional humanitario. Instamos a que cumplan con sus obligaciones de proteger a las personas de la violencia y de garantizar el acceso irrestricto de las víctimas/sobrevivientes a la atención médica y a otros servicios esenciales.

Documentación de situaciones de violencia

Como parte del diálogo que entablamos con todas las partes de un conflicto, nos esforzamos por fomentar las conversaciones sobre situaciones específicas de violencia —por medio de intervenciones orales o escritas—, así como las estructuras en las que se enmarcan y las graves consecuencias para las víctimas/sobrevivientes, sus familiares y comunidades, con el objetivo de reducir y poner término a esos delitos. Además, conversamos con las comunidades y las autoridades acerca de las medidas disciplinarias y jurídicas que deben tomarse para sancionar a los perpetradores y prevenir las transgresiones.

Preguntas frecuentes

  • El término "violencia sexual" se emplea para describir actos de naturaleza sexual impuestos por la fuerza o mediante coerción, como los causados por el temor a la violencia, la coacción, la detención, la opresión psicológica o el abuso de poder ejercidos contra cualquier víctima. También constituye una forma de coerción sacar ventaja de un entorno coercitivo o de la incapacidad de la víctima para dar su libre consentimiento. La violencia sexual abarca la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado, la esterilización forzada, la desnudez forzada, obligar a una persona a cometer u observar un acto de violencia sexual o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable. 

    Esos actos rara vez ocurren en forma aislada. Forman parte de un patrón de abuso y violencia, que incluye asesinatos, reclutamiento de menores, destrucción de bienes y saqueos. La violencia sexual puede usarse como una forma de represalia, una manera de generar miedo o a modo de tortura. También puede utilizarse sistemáticamente como método de guerra, con el fin de destruir el tejido social.

  • Ante todo, cuando se responde a las necesidades de las víctimas/sobrevivientes de violencia sexual, se les debe dar un trato humano, con absoluto respeto de su privacidad y en la más estricta confidencialidad. También es de suma importancia promover la seguridad de las víctimas/sobrevivientes y evitar futuros ataques. En muchos casos, las víctimas/sobrevivientes evitan denunciar los actos de violencia sexual por miedo a las represalias y a los ataques; aquellas que sí denuncian pueden quedar en condiciones precarias que las hacen más vulnerables a las agresiones.

    La violencia sexual es una emergencia médica, que puede generar consecuencias graves para la salud física y psicológica de las víctimas. Es fundamental que tengan acceso irrestricto a una atención médica rápida y de calidad dentro de las 72 horas del ataque, para reducir el riesgo de contraer enfermedades e infecciones de transmisión sexual, en particular el VIH, y para obtener acceso a la anticoncepción de emergencia conforme a la legislación nacional. 

    Cuando la violación deriva en un embarazo no deseado, en ocasiones las víctimas recurren a prácticas peligrosas para interrumpir el embarazo, por lo que ponen en riesgo su salud y su vida. Los abortos peligrosos constituyen un grave problema de salud pública. Tanto los niños nacidos como consecuencia de violaciones como sus madres son extremadamente vulnerables y corren un mayor riesgo de que la comunidad los excluya. Esos niños pueden, incluso, ser víctimas de infanticidio o de otras formas de violencia. 

  • Es un marco basado en la evidencia que tiene en cuenta las necesidades, deseos y bienestar individuales de cada víctima/sobreviviente, y brinda una respuesta que favorece su seguridad y recuperación. 

    Tiene por objetivo crear un entorno en el que cada víctima/sobreviviente tenga acceso a los servicios necesarios y se sienta respetada, segura, escuchada y dueña de sus decisiones. El enfoque se sustenta en cuatro principios: respeto, seguridad, no discriminación y confidencialidad. Los principios sirven de guía para establecer la prestación de servicios coordinados de procedimientos y derivaciones, así como para cada interacción con las víctimas/sobrevivientes. Deben respetarse los principios en todo momento y en todos los ámbitos: individual, familiar, comunitario e institucional.

  • El Estatuto de la Corte Penal Internacional clasifica la violación y algunas otras formas de violencia sexual como crímenes de guerra y como actos que constituyen crímenes de lesa humanidad cuando se los comete como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil.

    Asimismo, la violación y otras formas de violencia sexual pueden constituir crímenes internacionales de otro tipo. Por lo general, la violación se equipara con la tortura, por ejemplo cuando un funcionario del Estado la perpetra intencionalmente con el fin de obtener una confesión de la víctima. 

    La violencia sexual también puede constituir un acto de genocidio, por ejemplo cuando se la comete con la intención de impedir los nacimientos en el seno de un grupo mediante actos como la mutilación sexual o la esterilización. La violación también puede ser una medida que se aplica intencionalmente para cambiar la composición étnica de un grupo: por ejemplo, en sociedades patriarcales, es posible que se embarace deliberadamente a una mujer de otro grupo étnico para obligarla a dar a luz a un niño que, debido a esa circunstancia, no pertenecerá a la etnia de su madre. En algunos casos, ese hecho puede constituir genocidio. 

    Cada una de las violaciones cometidas durante un conflicto armado y en relación con este constituye un crimen de guerra y debe ser sancionada. Además, la violencia sexual siempre constituye una infracción del derecho internacional de los derechos humanos y de muchos ordenamientos jurídicos nacionales y religiosos o tradicionales.