La Estrategia de Salud para el periodo 2020-2023 se basa en la Estrategia de Salud para el periodo 2014-2018 y aborda el volumen creciente de necesidades sanitarias y humanitarias insatisfechas, muchas de las cuales resultan de los factores siguientes: conflictos prolongados, pobreza y conmociones climáticas; grave escasez de personal de salud a nivel mundial y sistemas de salud debilitados; y un espacio humanitario cada vez más difícil y complejo. Esta estrategia, acompañada de una hoja de ruta para guiar su implementación a lo largo de cuatro años, será la referencia para las actividades de salud durante el periodo que va de 2020 a 2023. Está en consonancia con la Estrategia del CICR para el periodo 2019-2022, en el sentido de que enfatiza que la acción humanitaria debe centrarse en las personas, prestarse en colaboración con otros actores en la mayor medida posible y mirar al futuro (es decir, tender hacia efectos humanitarios sostenibles).
