Comunicado de prensa

El CICR se muestra alarmado ante el inaceptable uso de armas explosivas en zonas urbanas

Ginebra (CICR) – De forma previa a su alocución ante la Primera Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, esta semana, en Nueva York, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) llama de nuevo a las partes en los conflictos armados a que no utilicen armas explosivas con una amplia área de impacto, en zonas densamente pobladas, en vista de las devastadoras consecuencias que entrañan para los civiles.

 En las hostilidades recientes y en curso, la artillería, los morteros, las bombas de propósito general lanzadas desde el aire, los cohetes y los sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, entre otras armas explosivas, se han cobrado innumerables víctimas entre los civiles y han causado muertes, lesiones, discapacidades y traumatismos. Resulta inaceptable que se emplee esas armas en áreas pobladas, donde existe una gran probabilidad de que acarreen efectos indiscriminados, debido a su imprecisión o al vasto alcance de la explosión y la fragmentación.

"De repente cayó una granada de mortero en la sala de mi casa e hirió a mis pequeños. Mi hijo murió camino al hospital. Mi hija todavía tiene problemas con el brazo pero sobrevivirá. Tenemos que cuidarla todo el tiempo y, por consiguiente, no podemos trabajar. Los vecinos nos ofrecen los alimentos y todavía no hemos podido reparar los daños en la casa".
Padre de dos niños, este de Afganistán.

"Los civiles en Siria, Gaza, Israel, Afganistán, Libia, Ucrania oriental y en otras zonas de conflicto se ven afectados en última instancia cuando los proyectiles lanzados contra blancos militares terminan por impactar en las viviendas, los hospitales y las escuelas", declaró el presidente del CICR, Peter Maurer. "Sencillamente hay que poner fin a esta situación".

"Esas armas explosivas están diseñadas para campos de batalla abiertos y no para zonas urbanas edificadas. Sobre la base de lo observado en conflictos recientes, ponemos seriamente en tela de juicio que se puedan emplear con suficiente precisión contra objetivos militares en áreas pobladas o que sus efectos se puedan limitar conforme exige el derecho internacional humanitario", precisó. "El problema no radica en las armas en sí, sino en el lugar y la forma en que se utilizan".

Las víctimas civiles y los daños en los edificios o la destrucción de estos constituyen los efectos más visibles del uso de armas explosivas en áreas pobladas. No obstante, otros daños menos patentes –por ejemplo, en sistemas vitales de suministro de agua y electricidad– pueden perturbar con igual gravedad la prestación de la atención de salud, en un momento en que los hospitales se ven sobrepasados por la cantidad de víctimas, y de forma más general pueden socavar la capacidad de supervivencia de la población.

"Pasé la noche en el sótano porque mis padres están viejos y no querían dejar la casa a pesar de los enfrentamientos. A la mañana siguiente, mi casa estaba destruida y sin techo. Han pasado tres meses y las pesadillas siguen sin dejarme dormir. Siento los bombardeos como si fuera ayer".
Habitante de la provincia de Donetsk, este de Ucrania.

La guerra en entornos urbanos plantea desafíos que es necesario afrontar. Todas las partes en los conflictos armados deben adoptar medidas para proteger a los civiles de los efectos de las hostilidades. Las operaciones emprendidas desde el interior de las áreas urbanas suponen un peligro para la población. Sin embargo, las fuerzas atacantes deben conferir constante atención a reducir al mínimo la incidencia de las operaciones para los civiles, incluido mediante la elección de los medios y métodos de guerra. Se debe contemplar el uso de otras armas y tácticas.

Para más información:
Ewan Watson, CICR, Ginebra, tel.: +41 22 730 33 45 ó +41 79 244 64 70